‘Time Zone’, el ‘reality’ de aventuras que enfrenta al hombre con el reloj
El concurso español de HBO Max cruza el programa de estrategia con el espíritu de las ‘escape rooms’ y la estética de videojuego
En Time City, el tiempo es cuestión de vida o muerte. Este lugar, unas antiguas instalaciones militares de 200.000 metros cuadrados, es el escenario de los ocho capítulos del concurso Time Zone, una suerte de enorme escape room combinado con la estética y el espíritu de los videojuegos que da lugar a un reality de aventuras fuera de lo habitual. Disponible en HBO Max y creado y producido por Zeppelin, las bases de este formato son sencillas: el objetivo es pasar niveles, para lo que sus participantes tendrán que superar, trabajando en equipo o de forma individual, tres pruebas que requieren poner en práctica diferentes habilidades físicas e intelectuales. Al final de cada nivel se elimina al jugador que más tiempo ha invertido en el juego.
Los jugadores, que llegan sin conocer mucho más que este planteamiento básico, proceden de diferentes ámbitos, desde la política (el exdiputado Alberto Rodríguez) hasta la moda (Ángela Ponce), la actuación y el humor (Antón Lofer), la televisión (Cristóbal Soria), el periodismo (Susana Yábar), el deporte (Joana Pastrana) o la creación de contenidos en internet (Alba Paul). Y por encima de todos ellos, la Master of Time, la persona que controla el juego, encarnada en la narradora Cristinini.
Time Zone es una creación original de la productora Zeppelin. “En España tenemos un bagaje creativo formidable, pero en entretenimiento se tiende a comparar ideas de fuera y cuesta mucho vender algo original”, cuenta Miguel Martín, director general de la compañía y productor ejecutivo de Time Zone. Este formato se ha desarrollado a lo largo de varios años y ha pasado por diferentes fases hasta que HBO entró en la ecuación y se terminó materializando en el ambicioso proyecto narrativa y técnicamente que se estrenó hace pocos días.
Entre las complicaciones de su desarrollo se encontraba la preparación de la localización, un espacio muy amplio que el equipo tuvo que acondicionar para crear los diferentes entornos que sirven de escenario a las diferentes pruebas. En esas mismas instalaciones convivían y dormían los concursantes durante los 12 días que duró la grabación del concurso. Otro de los retos fue el desarrollo de la tecnología que permite controlar el tiempo empleado por cada participantes en los juegos, una especie de reloj marcha atrás, que no marca la hora ni muestra el tiempo que les queda y que se para cuando entran en las time zones, unas áreas circulares que les permiten descansar y pensar estrategias, aunque no siempre sea fácil acceder a ellas. “Pero quizá lo más complejo fue pasar una idea en papel a una grabación y que el programa resultara divertido y fuera totalmente diferente. Que todo funcionara, que los concursantes jugaran… todo era una gran duda hasta que nos pusimos a grabar y todo funcionó. Entonces vimos que teníamos programa”, recuerda Martín.
Drones, cámaras subjetivas, dobles pantallas y elementos gráficos dan al espacio un acabado muy particular, próximo a los videojuegos. Entre los referentes estéticos que manejaron para su creación estaban películas y juegos como Ready Player One, Tron y Cyberpunk 77. En cuanto a las pruebas, toda la cultura pop de los ochenta en adelante sirvió para tomar ideas. En una de ellas, los concursantes tienen que robar unas obras de arte esquivando los láseres que, si tocan, les restan tiempo. En otra, una tormenta de arena les impide ver la estancia y tienen que adivinar cómo parar el ventilador que levanta la polvareda para poder seguir con el reto. La estrategia es clave en unas, mientras que el equilibrio, la fuerza física, las matemáticas o la intuición dominan en otras. Además, solo tienen unas pocas pistas para tratar de adivinar qué tienen que hacer en cada caso.
La estética cyberpunk que buscaba el programa se mantiene también en la figura de Cristinini, la Master of Time, cuya presencia sirve de guía al espectador y hace las veces de comentarista de las jugadas, como si se tratar de la retransmisión de una partida de videojuego por Twitch. Sus comentarios, según desvela Martín, se grabaron una vez que el programa estaba editado y la presentadora pudo ver el resultado.
En su espíritu, Time Zone tiene resonancias de otro reality español de estrategia de HBO Max, Traitors España. Ambos han apostado por un reparto de caras poco conocidas por el gran público y que, en su mayoría, no han frecuentado la televisión tradicional. Ese era uno de los objetivos que tuvieron en Time Zone a la hora de buscar a sus jugadores, según explica Miguel Martín. “También, que fueran perfiles de gente competitiva. La mayoría vivieron el programa de manera obsesiva. Y también buscamos que fuera un casting diverso”, explica el productor.
Uno de los perfiles que encajó en esos requisitos, tanto en Traitors España como en Time Zone, fue el de la exboxeadora Joana Pastrana, que explica que participar en el segundo exigió tener todas las capacidades al 100%. “Dormíamos lo justo, no se te podía escapar nada. En los ratos para estar con los compañeros, tenías que estar para que no hicieran pactos de los que no te enteraras. Había que estar arriba todo el tiempo y, aunque estuvieras cansado, hacer creer que estás superbien”, explica en conversación telefónica. Pastrana es una de las jugadoras que más destaca en el programa por su capacidad estratégica y su espíritu competitivo. “Me sentí muy realizada. Desde que me retiré de la competición no sentía tantos picos de adrenalina como grabando Time Zone. Me sentía viva, llena, válida. He llegado a la conclusión de que, como jugadora, me puedes odiar o querer, me lo hace saber la gente, y con eso tengo que lidiar, pero no cambiaría mi forma de jugar ni mis estrategias ni nada, porque me ha encantado”.
A Traitors España y Time Zone, Pastrana unirá en breve su participación en El conquistador, el reality de supervivencia que prepara La 1 y en el que será una de las capitanas de los equipos. ¿Qué aporta a estos concursos para que su perfil esté encajando tan bien en ellos? Responde la exboxeadora: “Lo que no aporto es miedo. No tengo miedo de enfrentarme, encarar las pruebas, plantarle cara a quien sea. Y perseverancia”. La deportista echaba de menos este tipo de formatos en la televisión española. “Permiten ver una cosa a la que no está acostumbrada la gente, que es una competición de verdad que no sea fútbol. La gente se involucra mucho, tanto los que participamos como los que lo ven. Te olvidas de las cámaras y eso a la hora de montar el programa está guay porque no hay nadie actuando”.
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