Del ‘tampongate’ a la entrevista en la BBC: ‘The Crown’ se adentra en la década ‘horribilis’ de la corona británica
La quinta entrega de la serie de Netflix aborda años de escándalos con los príncipes de Gales en el centro del huracán. “Esta temporada generará encendidos debates”, dice Dominic West, Carlos de Inglaterra en la ficción
Isabel II de Inglaterra describió el año 1992 de la familia real británica como un “annus horribilis”. Lo hizo en un discurso dentro de los actos en su honor al cumplir 40 años en el trono. Annus Horribilis es el título del cuarto episodio de la quinta temporada de The Crown, que Netflix estrena este miércoles día 9. Pero bien podría ser el titular de toda la década de los noventa para los miembros de la realeza británica. En aquel 1992, la princesa Ana se divorció de Mark Phillips, el príncipe Andrés se separó de Sarah Ferguson, Carlos y Diana de Gales anunciaron su separación, el castillo de Windsor sufrió un grave incendio y, para remate, las encuestas mostraban una importante caída de la popularidad de la monarquía. Y eso que aún no habían llegado a los escándalos que provocaron la publicación en 1993 de una conversación privada (y muy gráfica) entre el entonces Príncipe de Gales y Camila Parker-Bowles, el conocido como “tampongate” (para ese momento, el espectador tendrá que esperar al quinto episodio) y la entrevista que Diana de Gales concedió a la BBC en 1995 (en el octavo capítulo). La década horribilis no terminó ahí: dos años después murió en un accidente de coche Diana de Gales. Pero para eso habrá que esperar a la sexta y última temporada de The Crown.
Para afrontar los años más peliagudos del reinado de Isabel II, la serie que firma el guionista Peter Morgan renueva su elenco principal para ajustarse a la edad de los personajes retratados. Imelda Staunton, Jonathan Pryce, Dominic West, Elizabeth Debicki, Lesley Manville y Olivia Williams son ahora Isabel II, Felipe de Edimburgo, Carlos de Inglaterra, Diana de Gales, la princesa Margarita y Camila Parker-Bowles. Reciben unos personajes que ya han tenido una o dos encarnaciones previas en la misma serie, y lo hacen para retratar una época y unos hechos más frescos en la mente de los espectadores.
Ese fue uno de los grandes retos para Dominic West al meterse en la piel de Carlos de Inglaterra, “la dificultad de encontrar el equilibrio entre hacer el personaje tuyo y hacer reconocible la persona de la que todo el mundo conoce su apariencia y cómo habla. Todo el mundo me decía que no era una imitación, pero de cierta forma tienes que hacer algo reconocible”, dice el actor de The Wire en unas entrevistas por videollamada. “Nosotros no somos imitadores”, concuerda Lesley Manville. “Mi trabajo no es replicar necesariamente lo que Helena Bonham Carter o Vanessa Kirby hicieron, tomas lo que hicieron y lo absorbes y luego el resto depende de ti”, dice en referencia a las anteriores actrices que han dado vida a la rebelde princesa Margarita en The Crown.
Cuanto más se aproximan al presente los acontecimientos narrados en la serie, más voces han surgido planteando los problemas de ficcionar una realidad tan sensible como la de la realeza. Netflix ya ha tenido que incluir en varias ocasiones avisos de que esta ficción es, no se nos olvide, una ficción. Imaginar, o enfocar desde otro punto de vista, hechos y personas conocidos por casi todos permite también a sus actores conocer otras facetas de sus personajes. Por ejemplo, Imelda Staunton destaca la importancia que su fe tenía para la reina y la fortaleza que obtuvo de ella. “Creo que le dio cierta estabilidad y que, aunque era una persona tímida, esa fe le dio la confianza para hacer el trabajo que tenía que hacer y los discursos que dio”. Para Jonathan Pryce, que interpreta a Felipe de Edimburgo, toda la serie es un viaje a su pasado. “Yo tenía seis años cuando Isabel se convirtió en reina y recuerdo ver la coronación en la única televisión que había en mi calle, yo estaba tumbado boca abajo jugando con un cañón de juguete y disparando cerillas hacia la coronación. Quizá ese fue el comienzo de mi republicanismo”, recuerda con ironía quien interpretara al papa Francisco en la película Los dos papas.
Sería fácil ver a Carlos y Camila como los malos de la película, y más en esta temporada en que su relación se hace masivamente pública. Sin embargo, el guion se acerca tanto a sus figuras como a su relación desde un punto de vista comprensivo y empático. “No creo que Carlos fuera el malo de la historia. Es un papel que le asignó la prensa en ese momento”, reflexiona Dominic West, embajador de The Prince’s Trust, entidad caritativa cofundada por el príncipe Carlos en 1976 enfocada en la juventud.
“Incluso en sus momentos más íntimos, están compartiendo una broma y ríen. El humor puede ayudarte a sobrevivir a casi cualquier situación”, dice Olivia Williams, Camila en esta nueva temporada, sobre la relación en los años noventa entre los actuales reyes de Inglaterra. “Su relación explotó delante de todo el mundo con aquella cinta, la transcripción de la llamada, que mostraba su relación en lo más íntimo”, continúa Dominic West. “Lo importante es lo que hizo la prensa con eso. Puedes ver la conversación como algo divertido, con humor, pero luego la prensa lo pone en blanco y negro y…, ya sabemos que no puedes contar una broma en una entrevista, porque cuando queda impresa, ya no es divertida”, argumenta Olivia Williams.
El papel del actual Carlos III cuando todavía era el heredero es otro de los asuntos que afronta esta temporada. Carlos empieza a estar ansioso por relevar a su madre. “Creo que es fruto de la impaciencia por tener influencia en el mundo mientras aún está en la flor de su vida y la ligera frustración que sería terminar haciéndose viejo antes de ser rey. En realidad creo que ha sido capaz de hacer muchas más cosas como Príncipe de Gales que como rey. Pero Peter Morgan quería explorar esa frustración de un hombre en la flor de la vida que todavía no ha cumplido su destino”, sostiene West.
Si The Crown ya recibió atención abundante —y merecida, a juzgar por los 21 premios Emmy que ya acumula— en las temporadas pasadas, la cercanía de la muerte de su protagonista pondrá todavía más el foco en esta producción que ahora rueda la sexta y última temporada, que llevará la historia hasta principios del siglo XXI. “Las primeras temporadas se han convertido en muy populares desde la muerte de la reina porque la gente quiere conectar con ella y con su historia otra vez, pero no va a influir en el programa que hacemos porque ya estaba escrito antes”, dice Lesley Manville. “Tampoco sé si hubiéramos hecho nada de forma diferente. La belleza de The Crown es que se hace con una enorme integridad y honestidad”, añade Jonathan Pryce.
“Es muy extraño mirar cosas que grabamos hace un año y que su significado se haya transformado completamente. El guion es el mismo y las escenas no han cambiado, y aun así, el significado y su importancia se ha transformado”, apunta Olivia Williams. “Mucho de la temporada cinco es sobre Carlos siendo preguntado ‘¿crees que serás rey?’ o hablando con su madre sobre cuándo lo dejará. Y ahora, inevitablemente, lo es y ha sido instantáneamente aceptado como el nuevo monarca”, tercia Dominic West. “A diferencia de temporadas anteriores, mucha gente ha vivido los hechos que reflejan esta temporada y todo el mundo tiene opiniones sobre ello y recuerdos. Creo que generará encendidos debates”, completa.
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