_
_
_
_

“Te quiero, ¿qué tal si te ahorcas?”: el misterio sin resolver de ‘The Girl From Plainville’

La serie protagonizada por Elle Fanning indaga en qué llevó a Michelle Carter, condenada en 2019 por homicidio involuntario, a incitar por SMS a su novio a quitarse la vida

Elle Fanning interpreta a Michelle Carter en 'The Girl from Plainville', disponible en Starzplay.Foto: STEVE DIETL ( HULU) | Vídeo: YOUTUBE

El 29 de junio de 2014, poco después de enviar uno de sus “te quiero” habituales, Michelle Carter mandó otro mensaje a Conrad Roy III desde su teléfono móvil: “¿Qué tal si te ahorcas o te apuñalas?”. Al día siguiente, sugirió: “¿Por qué no bebes lejía?”. Lejos de inquietarse ante su proposición, Conrad apostó por una tercera vía: “Monóxido de carbono o gas helio. Quiero privarme de oxígeno. Quiero morirme”, contestó. Michelle, tras recordarle que ella solo estaría triste durante “dos o tres semanas” si su hermana pequeña muriese y saldría adelante, decidió añadir: “¿Vas a dejarme una nota?”.

¿Qué pasa por la cabeza de alguien que alienta a su novio a quitarse la vida? Esto es lo que plantea la miniserie The Girl from Plainville (disponible desde el pasado domingo en Starzplay), una adaptación del reportaje de investigación de Esquire del periodista Jesse Barron con el mismo nombre que publicó en 2017 sobre el caso real y sin precedentes de “suicidio por mensajes de texto” que conmocionó a Estados Unidos hace media década. El suceso tenía como protagonista a Michelle Carter (interpretada con instinto y contención por Elle Fanning), una joven blanca y de buena familia de Boston que en el momento de los hechos tenía 18 años y que acabó condenada por homicidio involuntario por el suicidio de Conrad Roy III (Colton Ryan), un chaval depresivo y marcado por un padre abusivo que había intentado suicidarse sin éxito en varias ocasiones, hasta que lo consiguió en 2014. Pese a que solo se habían visto cinco veces durante dos años desde que se conocieron en unas vacaciones familiares en Florida, Michelle y Conrad vivieron una intensa relación en la esfera digital hasta que el joven se quitó la vida. Aunque Michelle había intentado decenas de veces eliminar de su cabeza la idea del suicidio, suplicando en sus mensajes que buscase ayuda psicológica y que sería muy desgraciada si se matase, todo dio la vuelta en el último mes de vida de Conrad, cuando su novia cambió de parecer y no dejó de animarle a perpetrar aquellos instintos suicidas. ¿Qué le llevó a hacerlo?

El 'show' también recrea las vacaciones en las que se conocieron Michelle (Elle Fanning) y Conrad (Colton Ryan).
El 'show' también recrea las vacaciones en las que se conocieron Michelle (Elle Fanning) y Conrad (Colton Ryan). Steve Dietl ( HULU)

Las palabras pueden matar

The Girl from Plainville parte del fatídico 13 de julio de 2014, cuando la policía de Fairhaven, Massachusetts (Estados Unidos) encontró en el aparcamiento de un supermercado el cuerpo sin vida de Conrad, asfixiado en el interior de la camioneta de su abuelo. Todo apuntaba a un suicidio por envenenamiento con el monóxido de carbono de una bomba de agua que emitía gas y que había colocado en el asiento trasero. Cuando los dos agentes encargados del caso cargaron el teléfono móvil sin batería que tenía junto a su cuerpo y accedieron a sus últimos mensajes recibidos, se encendieron todas sus alarmas: “¿Vas a suicidarte hoy?”, “¿lo harás ahora?” o “tranquilo, cariño, sal de casa sin que tu madre se dé cuenta”, fueron algunas de las indicaciones que recibió ese mismo día de Michelle Carter, una adolescente de un pueblo a unos 100 kilómetros de distancia. Al imprimir toda la conversación que habían mantenido durante sus dos años de contacto virtual llenaron 317 páginas. Era como estar dentro de sus cabezas.

En junio de 2017 un juez declaró culpable a Carter de homicidio involuntario y sentó un precedente único en Estados Unidos: en la era digital, las palabras de una persona pueden causar la muerte de otra, aunque no esté presente en el lugar de los hechos. Como Michelle no alertó a los servicios de emergencia ni a sus familiares de las intenciones de Conrad, y se negó a prestarle ayuda con mensajes “temerarios”, el juez decidió condenarla a dos años y medio de prisión. Nunca se podrá saber qué se dijeron en las dos conversaciones de voz de 45 minutos que mantuvo esta tortuosa pareja en los momentos previos a la muerte de Conrad, pero la acusada reveló parte del contenido en un incriminatorio mensaje de móvil meses después del suicidio: “Ha muerto por mi culpa. Honestamente, podría haberlo parado. Me llamó porque estaba asustado, salió del coche porque vio que estaba funcionando y le dije que hiciese el puto favor de volver a meterse dentro”.

La serie no solo se centra en la relación de Conrad (Colton Ryan) con Michelle. También se acerca al duelo de sus familiares, como su madre Lynn Roy (interpretada por Chloë Sevigny).
La serie no solo se centra en la relación de Conrad (Colton Ryan) con Michelle. También se acerca al duelo de sus familiares, como su madre Lynn Roy (interpretada por Chloë Sevigny). Steve Dietl ( HULU)

Ansiosa y sin amigas

Creada por Liz Hannah (guionista de Los archivos del pentágono) y por Patrick Macmanus (Dr. Death), esta adaptación televisiva pretende ofrecer respuestas más allá de la demonización mediática que Carter vivió en su día. Atrapada en la fábula de la mujer que engatusa y vuelve loco a los hombres, Carter se convirtió en la portada recurrente de los tabloides, el tema favorito de las tertulias televisivas, retratada como un ser maléfico y sibilino —el Boston Herald llegó a colocar en su portada, y en negrita sobre su foto, la palabra Heartless (Sin corazón)—. Una reina de hielo ambiciosa que llevó hasta al suicidio a su novio para poder conseguir la fama y notoriedad que nunca había recibido gracias a convertirse en la novia marcada por la tragedia. ¿Fue así realmente? ¿Era una sociópata o una adolescente atrapada en su propia fantasía?

Lejos de aquella imagen de psicópata embaucadora, la serie describe la realidad de una joven insegura, incapaz de superar el rechazo de una compañera de instituto de la que se había enamorado en secreto. Una chavala tan necesitada de amigas y de empatía que no hacía más que espantarlas al intentar conquistarlas, asqueada de su cuerpo y marcada por un trastorno alimenticio desde niña que la llevó a internarse en centros de terapia.

La auténtica Michelle Carter, escuchando el veredicto del juez que la condenó por homicidio involuntario.
La auténtica Michelle Carter, escuchando el veredicto del juez que la condenó por homicidio involuntario.Matt West (AP)

Protagonista de su drama

Fruto de sus atracones por ansiedad y su bulimia, Carter llevaba medicada desde los 14 años con Prozac y Citapaloram. También había fantaseado con el suicidio y, para cuando conoció a Conrad, llegó a pensar que lo suyo era una historia de “dos amantes cruzados por las estrellas”. Como prácticamente toda la relación que mantuvo con el joven fue por mensaje de texto, la serie dramatiza las conversaciones haciendo que los dos lean sus diálogos cara a cara, como si estuviesen en la intimidad, uno delante del otro. Solo que casi nunca fue así. La mayor parte del tiempo esas frases iluminadas en su pantalla solo resonaban en sus cabezas.

Bajo la dirección de Lisa Cholodenko (Los chicos están bien), la serie recurre a números musicales para simbolizar la constante disociación de la realidad que la joven sufría. Una teoría que desarrolló Jesse Barron en su artículo de Esquire y explicó en 2019 en profundidad en el documental Te quiero, muérete (disponible HBO Max), un filme dirigido por Erin Lee Carr (hija de David Carr, el mítico periodista de The New York Times) que sirve como eficaz síntesis del suceso para aquellos que prefieran saltarse las más de seis horas de la miniserie. Según Barron, Carter estaba obsesionada con la serie Glee —en especial con su protagonista, la actriz Leah Michelle— y se apropiaba de diálogos para explicar cómo vivía su duelo por Conrad, citando palabra por palabra frases que había visto en los capítulos que trataron el suicidio de uno de sus actores en la vida real, Cory Monteith. Había convertido el drama de aquella serie en su propia vida. O viceversa.

Sin resolver el misterio de qué le llevó realmente a jalear un suicidio y tras cumplir dos años y tres meses, Michelle Carter salió de prisión en 2021 y volvió a casa de sus padres. Ahora tiene 25 años. No ha participado en esta serie ni en el documental de 2019. En su sentencia, el juez le prohibió escribir un libro o involucrarse en ficciones sobre el caso. Le negó la posibilidad de ser la protagonista de su propia película.

Puedes seguir EL PAÍS TELEVISIÓN en Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_