La ilustradora española que se asoma a las ventanas de Nueva York en ‘Solo asesinatos en el edificio’

Un dibujo descartado para su último libro y colgado en las redes sociales a modo de despedida fue la llave que abrió a Laura Pérez las puertas del Arconia, el bloque de apartamentos de Nueva York en el que transcurre Solo asesinatos en el edificio, comedia que fue una de las revelaciones de 2021 y que este martes 28 estrena su segunda temporada en Disney+.

En realidad, a Pérez (Valencia, 38 años) esa imagen de una chica en diferentes ventanas de una casa de París que se cayó de su novela gráfica Tótem (Astiberri) le dio la oportunidad de mirar el Arconia pero, en principio, solo desde fuera. “La imagen la vio en mi Instagram Lisa Golan, una de las directoras del estudio Elastic. Estaban preparando un proyecto para los títulos de crédito de la serie y le encajó mucho”, explica. “Me dijeron cuál era la línea de trabajo que querían hacer, que estaba basada un poco en las portadas del New Yorker, en la estética de los años cincuenta y en los títulos de Saul Bass. Presentaron la propuesta con mi paleta de colores y mis personajes y la ganaron”, recuerda, aún con un punto de sorpresa.

A miles de kilómetros de distancia, esta ilustradora empezó a asomarse a las ventanas del The Belnord, el edificio del Upper West Side que es en verdad el exterior del Arconia, para contar en unos pocos segundos historias de soledades que se encuentran en ascensores o pasillos o que se intuyen con una pared de por medio.

Todo eso debía pasar en un escenario general del que todos tenemos una versión en la cabeza: Nueva York. “Yo había estado en un viaje de ocio pero, al final, lo tienes en el imaginario colectivo, a través de las series y películas que vemos. Lo tienes de una manera personal y ficticia”, asume.

Justo por todo eso, uno se puede asomar a esas ventanas desde donde esté. “Se pueden mirar las ventanas de Nueva York desde Valencia, podemos ver las ventanas de gran parte del mundo y tener una imagen cercana de algo muy lejano y con una visión personal y a la vez global por todo lo que consumimos diariamente, por el imaginario. Creativamente siempre inspira porque, al final, es una representación de la soledad humana y a la vez de la sociabilidad extrema”, reflexiona. Ahora ella ha puesto su particular contribución a esa idea colectiva de Nueva York. “Otros se fijarán en estos títulos para otros proyectos”, augura ilusionada.

Diseñar la portada de la serie fue al final lo que le dio la llave para entrar en el Arconia, que por dentro es otro edificio del mismo barrio de la ciudad estadounidense. En sus escaleras, descansillos y apartamentos entró de la mano, nunca mejor dicho, de Selena Gomez, una de las protagonistas de la producción. La que fuera estrella adolescente de Disney Channel es en la serie Mabel, una joven ilustradora que se une a dos entrañables y excéntricos vecinos, interpretados por Steve Martin y Martin Short, para investigar un crimen ocurrido en el edificio que creen que ha cometido uno de los inquilinos. Los tres son seguidores de un podcast de crímenes y crean el suyo propio mientras Mabel va confeccionando los retratos de la víctima y los vecinos/sospechosos. En realidad, esos bocetos son de Laura Pérez.

“Me escribió el productor para contarme que había un personaje que era una ilustradora y para decirme que veían coherente que los dibujos que hacía tuvieran el mismo estilo que los títulos de crédito. Me pidieron bocetos a mano alzada de cosas que Mabel iba enseñando. Los tenía que hacer poco a poco para que se fuera viendo su proceso”, desgrana.

La forma en la que pinta Mabel la sugirió la ilustradora valenciana. “Les dije que los iba a hacer en el Ipad con un pincel que es exactamente como el lápiz y que se puede imprimir después. Les comenté que podía salir haciéndolo así en la serie, porque muchos ilustradores trabajamos ahora de esa manera, y así sale. Hubo un aporte creativo”, reconoce orgullosa. También hubo un regalo porque envió un original de su retrato a cada personaje.

Eso sí, entre risas reconoce que la vida de una ilustradora se parece menos a la que lleva su alter ego que la que dibujó su paisano Paco Roca en sus Confesiones de un hombre en pijama.

“Es gracioso ver a Mabel tan arreglada, tan cuqui en su apartamento maravilloso cuando la realidad de la ilustradora es estar en pijama con una coleta o un moño. Lo de Mabel es lo que se desea, hacer tres dibujos al día. Yo me paso el día entero dibujando”, asume.

Un trozo del éxito

Mientras prepara una novela con Guillermo del Corral (autor de El tesoro del Cisne Negro, en la que se basa la serie La Fortuna de Alejandro Amenábar) y un nuevo trabajo en solitario del que no da pistas, Pérez ve la serie como cualquiera. “La veo en casa, cuando la ponen en la plataforma. En la primera temporada paraba de trabajar cuando iba a empezar y me ponía a verla con mi pareja e íbamos viendo qué dibujos salían”, recuerda. Se ríe al reconocer que es su pareja quien en realidad se dedica a los títulos de crédito. “Hubo competencia en casa, pero me pudo asesorar en muchas cosas. Yo fui la intrusa”, apunta.

Puede que el éxito de la serie (nominada a mejor comedia en los Globos de Oro y en los Critics Choice Awards) le permita hacer más trabajos en este campo aunque, de momento, ya le ha dado algunos nuevos lectores, pero ella también ha aportado espectadores a la serie. “No sé lo que va a pasar, es muy difícil anticiparse. La recepción ha sido muy guay. Ahora cuando voy a una firma de libros, porque yo en realidad hago libros y revistas, me viene gente con el libro pero que me ha conocido por la serie, y hay gente que está interesada en mi trabajo, porque llevo en esto desde 2010, y ha visto la serie por eso”, afirma. Ventanas que se comunican.

Puedes seguir EL PAÍS TELEVISIÓN en Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.