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Por Chiqui de la Fuente

¿Seguro que no tienes nada que esconder? Cuidado, otros no piensan lo mismo que tú y lo aprovechan

Lo que antes era una simple conversación de bar entre amigos es hoy fuente de conocimiento para empresas globales que quieren vender tu vida privada al mejor postor

Chiqui de la Fuente

Seguro que estás muy cómodo almacenando tantas fotos como tengas en un repositorio remoto, descargando cientos de aplicaciones para el móvil o disponiendo de una cuenta de correo con espacio casi ilimitado. Y seguro que no has tenido que pagar ni un solo euro por ello. Si entiendes la economía de mercado te habrás preguntado cómo es posible que las empresas con mayores ingresos del mundo tienen beneficios si regalan sus productos a sus clientes. A lo mejor es que no has entendido aún que tú no eres su cliente y que lo que venden es a ti. No solo venden esos datos, fotos o contenido, sino que vende lo que opinan de ti, lo que piensan que eres de verdad, más allá de lo que tú te creas que eres, tus secretos y, lo más grave, tu futuro. Las empresas les compran los datos para decidir sobre ti, específicamente.

Todos esos datos que recaban de todos nosotros (miles de millones cada minuto) conforman ingentes bases de datos que usan para sus propios intereses o para revender a terceros. Luego, complicados algoritmos se encargan de rentabilizar económicamente ofreciéndonos publicidad personalizada o vendiendo tu perfil.

Veamos cómo, a través de su propia publicidad, cada actor intenta poner en valor sus posiciones frente al tratamiento de los datos y su protección.

Este anuncio de El Corte Inglés, aunque no deja de ser una parodia jocosa, es muy significativa de lo que mucha gente piensa sobre la privacidad de nuestras comunicaciones y el uso que se hace de ellas.

Safe Internet Banking, una web especializada en seguridad y finanzas en la red, fue una de las primeras en dar la voz de alarma por el uso que se podía hacer de los datos personales que vamos desperdigando por las diferentes webs por las que navegamos. Esta promoción, rodada hace ya unos 10 años, en el que el afamado mentalista belga Dave simula adivinar datos muy personales de personas anónimas con tan solo abrazarlos. Al final se descubre que la vida privada de la gente está más a la vista de lo que creemos.

“Nada es privado” es el título del documental que realizo Netflix dónde saca a relucir los trapos sucios de las grandes tecnológicas, y en especial el escándalo de Cambridge Analytica y Facebook, en la que con la recogida de datos y su procesado logró influir en grandes asuntos de orden mundial como pudieron ser la campaña del Brexit de Reino Unido o la campaña electoral estadounidense de 2016 que ganó Trump.

Curiosamente, la empresa de Mark Zuckerberg intenta ahora erigirse en paladín de lo privado orientando a sus usuarios a que ajusten sus preferencias de la mejor manera a sus necesidades.

Otra aplicación de Mark que tan poco es “sospechosa” de fisgar en nuestros quehaceres cotidianos es WhatsApp (sic). Asegura que se preocupa de que nuestros secretos estén a buen recaudo y presume que todas sus comunicaciones están encriptadas punto a punto (de emisor a receptor) con lo que nadie puede meter la nariz en nuestros mensajes.

Una de las empresas más activa y que está más vigilante con el tema de la privacidad es Apple. La marca de la manzana incorpora elementos en sus dispositivos que hacen más difícil obtener datos del propietario ya sea con o sin su consentimiento. Y eso lo publicita. Uno de los últimos anuncios que ha lanzado simula una subasta pública dónde por lo que se puja es la por la vida privada de una usuaria de Apple. Lógicamente, la historia acaba con final feliz.

Más de Apple. Todo lo que haces a lo largo del día lo van recogiendo alguna de las muchas aplicaciones que tienes instaladas en tu dispositivo móvil o tableta. Con las máquinas que llevan el sistema operativo de la manzana mordida es decisión tuya permitírselo o no.

Iuvia es una iniciativa española que también intenta preservar la privacidad de sus usuarios poniéndoles a cubierto si a la nube la da por ponerse a llover. Actualmente, el proyecto está en pausa debido a la crisis de componentes electrónicos en Asia.

En otro orden de cosas, los niños son el blanco perfecto además de futura cantera de clientes para las empresas que se dedican al “oscuro” comercio del dato. Que conozcan lo que otros pueden o no hacer con su filiación es esencial para prevenir situaciones difíciles en el futuro. Unicef ha simulado una rueda de prensa entre chavales de un colegio para que se conciencien hasta qué punto tienen su vida expuesta en internet y los peligros que conlleva.

Aunque al principio no todo el mundo estaba de acuerdo con preservar la privacidad en la red. En 2017, un grupo de presión lanzó la campaña #likeabadmovie, en la que denunciaba que todas las leyes europeas que iban a regular la privacidad a partir de ese momento provocarían desconcierto en los usuarios y problemas de todo tipo. No hubo más noticias de este movimiento.

Pero nuestra privacidad no solo se nutre de nuestros datos personales ni está expuesta tan solo dentro del conjunto de cables que conforman internet. La vida real, también está llena de fisgones intentando ver lo que no deben para sacar partido de ello o simplemente por cotillear. Dos anuncios de objetos útiles para la vida cotidiana. El primero es de la multinacional americana 3M. Se trata de un protector de pantalla para el ordenador que evita esas miradas aviesas por encima del hombro que alguna vez hemos sentido cuando estamos al teclado en el trabajo, en una cafetería…

Por último, y con el sello de la firma de muebles sueca Ikea, una mampara de las de siempre puesta en contexto para las nuevas realidades. El lema es esclarecedor en lo referente a lo relacionado con la vida privada: “Finalmente, internet se está poniendo al día con la vida real”.

Ikea

Así que, la próxima vez que digas que no tienes nada que ocultar piénsatelo mucho.

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Sobre la firma

Chiqui de la Fuente
Es responsable de Formación de Redacción y ha desarrollado toda su carrera profesional en EL PAÍS en diversos departamentos: Nuevas Tecnologías, Confección, sistemas editoriales... Es autor del blog Publizia y tiene una perra que se llama Rosca.

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