El arte de hacer sonar lo intangible: el diseño sonoro en ‘La esfera’

Llegó casi de casualidad a un estudio de radio y se ha convertido en un pionero del diseño sonoro en el podcast español. Precisamente en esta categoría Teo Rodríguez (Madrid, 48 años) recogerá este martes 24 de mayo en Málaga uno de los Premios Ondas Globales del Podcast, en la que es la primera edición de estos galardones [cuya gala podrá seguirse a partir de las 20:00 horas en directo vía streaming a través de la portada de la web de EL PAÍS]. El jurado ha destacado “su maestría para rodear una historia a un universo sonoro inconfundible, lleno de matices que llevan al oyente a vivir la experiencia sonora de un modo totalmente inmersivo”.

La ficción La esfera, producción de Podium Podcast (la plataforma de PRISA Audio), parte de una premisa real que se va desarrollando a lo largo de los episodios. Varios pilotos del Ejército estadounidense enviaron una carta a The New York Times en la que contaban que llevaban años viendo objetos voladores no identificados en sus maniobras de vuelo. A partir de ese hecho, el relato escrito y dirigido por Polo Menárguez nos presenta a una agente de policía (interpretada por Marta Nieto) relegada a un desconocido y misterioso departamento llamado UAD. El actor Luis Zahera (Entrevías, El reino) pone voz a su nuevo jefe, en un papel que también le ha dado uno de los Premios Ondas Globales del Podcast en la categoría de interpretación.

Pregunta. ¿Qué es el diseño sonoro?

Respuesta. Es un término relativamente nuevo, empleado para diferenciarlo del trabajo que se venía haciendo en la radio convencional. Consiste en saber contar historias con sonidos. Ya es un paso muy importante que en una categoría de premios haya una categoría dedicada a algo llamado el diseño sonoro. Es algo que hace tan solo tres años hubiese sido impensable.

P. ¿Cómo llegó al mundo del audio?

R. Comencé en el año 2000 en Anda ya [el programa despertador de Los 40 Principales]. Participé en un concurso en el que tenía que demostrar creatividad sonora y el premio fue una oferta de trabajo. Tardé un año en decidirme, porque acababa de estudiar Magisterio y estaba trabajando en un colegio y me parecía arriesgado meterme en un mundo que desconocía por completo. No soy ingeniero de sonido ni tengo formación técnica en audio. Lo he aprendido todo sobre la marcha.

P. Muchos profesionales dicen que se cuida más el sonido en el cine que en la propia radio...

R. En mis 20 años trabajando en programas, he tenido la suerte de estar en lugares donde sí que se valoraba mucho el sonido, como el A vivir que son dos días de Javier del Pino en La Ser, o en Milenio 3, con Iker Jiménez. Pero son excepciones en la radio española. Por desgracia, por norma general el tema del audio ha sido secundario. Es un medio donde no hay recursos suficientes para ello. En este aspecto, está muy alejado de los recursos que empleamos para realizar las producciones de ficción o documental sonoro. La competición que ha surgido con la llegada del podcast va a ser positiva en ese aspecto.

P. Entonces no es tan malo que a la profesión se le haya inventado una etiqueta.

.R. Me alegra y me hace sentir optimista al respecto. Yo suelo decir que los diseñadores sonoros van a ser las próximas estrellas de rock. Ahora todas las productoras de audio relevantes están como locas buscando a este tipo de profesionales, que sean capaces de entender este lenguaje. No son técnicos de radio, que siguen un guion. Son personas creativas que aportan cosas nuevas a lo que refleja el guion.

P. ¿Cómo afrontó un proyecto tan ambicioso como La esfera?

R. La esfera fue muy compleja en muchas cosas. Muchas de las situaciones que cuenta no son tangibles. Al principio, al leer los guiones, pensé que era imposible llevarlos a cabo. A base de probar muchas cosas, lo conseguimos. Me recuerda que con audio se puede hacer sonar cualquier cosa. Polo [Menárguez] piensa en imagen porque suele escribir para cine y televisión, así que trajo ese ritmo frenético al guion. Yo traté de capturar todos los sonidos que surgen cuando piensas en imagen. Y trabajar los silencios, que es de los aspectos más importantes de todo esto.

P. ¿Hasta qué punto es importante la suspensión de incredulidad del oyente?

R. En los dos primeros minutos, el oyente ya tiene que estar involucrado en la historia. Tanto en diseño sonoro como en la escritura de un guion, quien escucha tiene que ser el foco. Eso no significa que trabajes para gustar el oyente, porque es la forma más fácil de fracasar. Oyentes hay miles. Aunque solo sean dos, uno va a ser diferente del otro. Escribes para ti mismo, pero pensando en los otros.

P. ¿Y cómo es el trabajo con los actores?

R. El diseño sonoro se aplica después de que los actores hayan grabado. Es muy importante meterlos en situación, porque no ven ni escuchan la escena que están interpretando. Lo bonito es que, si el trabajo de preparación es el adecuado, los elementos sonoros terminan encajando a la perfección.

P. ¿Qué le sigue al triunfo de La esfera?

R. Ahora estoy preparando La firma de Dios (Podium Podcast), que ha escrito José A. Pérez Ledo y que me encargo de la dirección y la edición sonora. El objetivo es aportar algo más de lo que ya se ha escuchado en La esfera; ir un paso más allá.

P. ¿Y qué aprendió en Anda ya?

R. Aprendí a pasarlo mal en el trabajo, en el mejor sentido posible. Yo nunca me había metido en un estudio de radio. Aprendí a valerme por mí mismo, porque al principio no tenía ni idea de cómo funcionaba una mesa de mezclas. Y trabajaba en un programa que comenzaba a las seis de la mañana y era en directo... Antes de llegar, solo conocía el medio porque años antes iba a ver a Joaquín Luqui, como oyente de su programa, para que me diera noticias de Michael Jackson. Él me decía: “My friend, tú un día trabajaras en esto”. Y tenía razón.

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