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Columna
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‘Operación Triunfo’ mató al rockero indomable

Maialen cantó ‘Si te vas’, de Extremoduro, y demostró que el repertorio de Robe Iniesta funciona sin la suciedad y el feísmo que les imprime su compositor

Maialen, durante la interpretación de 'Si te vas' en 'Operación triunfo'.
Maialen, durante la interpretación de 'Si te vas' en 'Operación triunfo'.Jose Irun
Sergio del Molino

No sonaban en Los 40 ni salían en Rockopop, o salían muy poquito, casi como cuota, pero eso no les impedía reunir públicos masivos que llenaban plazas de toros y pabellones deportivos de toda España. Y, sin embargo, eran marginales. Su paradoja era su fortaleza: sostenían una industria rentable y vendían muchos más discos que cualquiera del canon de la Movida, pero lo hacían como eremitas, sin mover un dedo por salir en la foto ni ganarse los elogios de la crítica.

Eran heterogéneos, aunque desde fuera sonasen idénticos. Nada tenían que ver los viejos heavies de los ochenta con los desaliñados poetas urbanos de los noventa: comparar Barón Rojo con Extremoduro supone insultar a ambos, pero en el fondo los dos grupos cantaban a las mismas calles y sus públicos compartían bares y repertorio de camisetas.

Los heavies de los ochenta ya estaban muy echados a perder. Fortu, el cantante de Obús, se convirtió en concursante de realities, y Sherpa, quien fuera cantante de Barón Rojo, es hoy el intelectual más destacado de Vox (con permiso de Sánchez Dragó). Los rockeros urbanos de los noventa, en cambio, permanecían puros. Hasta esta semana.

Maialen cantó Si te vas, de Extremoduro, en la última gala de OT, y demostró que el repertorio de Robe Iniesta funciona sin la suciedad y el feísmo que les imprime su compositor. Por más que a sus fans nos espante escuchar esos versos en una voz bonita que da cada nota en su sitio, hay que reconocer que suena bien.

OT rompió el espejismo de toda una cultura que se creía tan irreductible como los galos de Astérix. Resulta que sí encaja en el canon de la decencia y de ese romanticismo de postal de San Valentín. Lo poquito que quedaba de aquellos barrios se lo llevó una voz bien empastada.

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Sobre la firma

Sergio del Molino
Es autor de los ensayos La España vacía y Contra la España vacía. Ha ganado los premios Ojo Crítico y Tigre Juan por La hora violeta (2013) y el Espasa por Lugares fuera de sitio (2018). Entre sus novelas destacan Un tal González (2022), La piel (2020) o Lo que a nadie le importa (2014). Su último libro es Los alemanes (Premio Alfaguara 2024).

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