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Cerrar brechas digitales, la siguiente pantalla del reto de la conectividad

España puede presumir del despliegue de sus redes de telecomunicaciones, pero tiene retos pendientes. Aumentar la alfabetización digital y acelerar el despliegue en entornos rurales son dos de los más importantes.

‘Un país para conectar’ es el título de la tercera sesión del ciclo ‘Un país para’, que organiza El País en colaboración con Telefónica.
El País

No con tanta importancia como mascarilla, antígeno o aerosol, pero la palabra ‘conectividad’ también tendría un espacio destacado en un hipotético glosario de la pandemia de la Covid-19. Alrededor del 10 de marzo de 2020, la sociedad española fue descubriendo, en apenas un puñado de días, la importancia de las redes de telecomunicaciones, que, en gran parte, permitieron que el país siguiese funcionando, desde las escuelas hasta las empresas del Ibex 35. La realidad confirmó lo que se decía en los círculos de expertos: el despliegue de la red en España destaca en Europa. Pero ese despliegue tiene que proseguir, atendiendo también a consideraciones sociales.

‘Un país para conectar’ fue el título de la tercera sesión del ciclo ‘Un país para’, que organiza El País en colaboración con Telefónica para analizar los grandes retos pendientes de la sociedad española en el horizonte del fin de la pandemia. Hasta ahora, la conectividad es una de las asignaturas en las España aprueba con holgura. Pero los retos que vienen son distintos, y hay pilares, como la alfabetización digital y el despliegue rural, que conviene asentar mejor.

No solo el 5G

La gran tarea pendiente es el despliegue de la red 5G, auténtica médula espinal de la digitalización. La llegada de la quinta generación de comunicaciones inalámbricas permitirá enormes avances en ámbitos como la movilidad, la gestión de servicios urbanos o la sanidad, pero Joaquín Mata, director de Operaciones, Red y Tecnologías de la Información de Telefónica, advirtió durante su intervención del riesgo de mitificar el 5G: “El despliegue del 5G va a generar una disrupción enorme”, explicó, “pero no va a sustituir las redes que tenemos, sino que las complementará. Cada red sedimenta sobre la anterior, y las infraestructuras que tenemos están en la vanguardia de Europa e incluso del mundo. Ahora tenemos que aprovecharlas para mantener esa posición”.

Junto a Mata también participaron en la sesión Roberto Sánchez, secretario de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales, y Elena Álvarez, directora general de Telecomunicaciones y Transformación Digital de la Junta de Castilla y León. Los tres resaltaron la importancia de cerrar dos brechas relacionadas con la conectividad: la de la alfabetización digital –de nada serviría tener una excelente red digital si los ciudadanos no saben exprimir sus posibilidades- y la brecha rural. “Tenemos que acabar con esas brechas para tener una economía más competitiva”, dijo Sánchez.

Castilla y León, con el mayor territorio de España, la densidad de población más bajas y una población envejecida, es un buen caso de análisis de los retos pendientes. Ahora que la pandemia ha abierto el debate sobre la vuelta a las pequeñas poblaciones, con más espacio para vivir y trabajar, Álvarez aseguró que “la decisión de volver a una zona rural no depende solo de la conectividad, pero desde luego sin conectividad no se vuelve. Estar en un sitio sin cobertura ya no se considera algo idílico”. Hay todavía mucho por recorrer, “pero llegar a los cien megas para el 100% de la población en 2025, como plantea el plan España 2025, es perfectamente posible”.

Según datos del Ministerio de Asuntos Económicos, al cierre de 2019 el 84% del territorio español disfrutaba de redes de cien o más megas por segundo. “Los buenos datos que tenemos se han conseguido gracias a la inversión de los operadores privados; ahora las administraciones públicas tenemos que poner todo nuestro esfuerzo para incentivarles a mejorar las infraestructuras de los pequeños entornos rurales”, afirmó Álvarez.

Pero los esfuerzos no se centran solo en aumentar la conectividad de cada domicilio, sino también en mejorar los servicios públicos mediante la digitalización. La Junta desarrolla desde 2017 el programa ‘Territorios rurales inteligentes’, en colaboración con las nueve diputaciones provinciales de la comunidad. La iniciativa se basa en la sensorización para la mejor prestación de servicios públicos, desde la gestión de las carreteras hasta la recogida de basuras, “llevando el paradigma de las ‘smart cities’ a los entornos rurales”.

Los fondos europeos de recuperación, como resaltó Sánchez, son una enorme oportunidad para este tipo de proyectos. Si se aprovechan a fondo, la visión futurista de una sociedad hiperconectada, con máquinas más inteligentes que se relacionen de forma más estrecha con los seres humanos, irá más allá de las ciudades. Pero si esa tarea se enfocase de forma exclusivamente técnica, el despliegue del 5G “podría ser una revolución fallida”, dijo Mata: “Estamos ante un proyecto de país, en el que deben colaborar empresas y administraciones, con inversiones y ayudas públicas que sean trascendentes para los ciudadanos”, aseguró.

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