Ropa anticovid: ¿pueden las chaquetas y gabardinas protegernos del coronavirus?
Algunas firmas han lanzado en la pandemia prendas pensadas para destruir el SARS-CoV-2. Algunos expertos creen que es algo innecesario y que puede generar una falsa sensación de seguridad
La firma de moda española Javier Simorra ha diseñado una colección de invierno que, según asegura, “protege frente a gérmenes nocivos”. “Agente testado frente al Covid-19”, indica en su web. No es la única compañía que ha lanzado prendas y tejidos de este tipo durante la pandemia. Por ejemplo, la italiana Albini asegura haber creado un tejido que puede acabar con el SARS-CoV-2 en pocos minutos. Pero, ¿hasta qué punto puede la ropa protegernos del coronavirus? ¿y tiene sentido que lo haga?
Sonia Zúñiga, investigadora de coronavirus en el Centro Nacional de Biotecnología, considera que este tipo de ropa en general “tiene muy poco sentido”. “Al menos para prendas que se lleven normalmente”, añade. Según explica, diferentes estudios indican que la supervivencia del coronavirus en tejido es, como mucho, de entre tres y seis horas. “Personalmente no le veo mucho sentido a gastarse más de 300 euros en una prenda de estas”, indica Zúñiga, que considera que habría que explorar la utilidad de estos tejidos en equipos de protección individual.
“No perdamos de vista en este debate que lo que produce la infección es la inhalación del virus y su contacto con mucosas”, afirma Dolo Vidal, profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Castilla-La Mancha en Ciudad Real y miembro de la Sociedad Española de Microbiología (SEM). La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la covid-19 se propaga principalmente de persona a persona a través de las gotículas que salen despedidas de la nariz o la boca de una persona infectada al toser, estornudar o hablar. “Una persona puede contraer la COVID‑19 si inhala dichas gotículas procedentes de una persona infectada por el virus”, según la OMS.
Pero además estas gotículas pueden caer sobre objetos y superficies que rodean a la persona. Otros podrían infectarse si tocan esos objetos o superficies y luego se tocan los ojos, la nariz o la boca, según la OMS. De ahí, la importancia de lavarse las manos con agua y jabón o gel hidroalcohólico. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos sostienen que, aunque el contagio por contacto con superficies se puede producir, no se cree que sea una forma común de propagación de la covid-19.
Vidal explica que la ropa solo puede contener el virus “si estamos con personas que excretan virus, van sin mascarillas y no guardan distancias de seguridad”. En ese caso, es cierto que algunas de las partículas exhaladas podrían quedar en nuestras prendas. Pero “echarla a lavar es 100% efectivo en la reducción de carga viral”. La microbióloga también considera importante evitar el contacto de la ropa que pudiera estar infectada con la nariz y la boca. La SEM diferencia entre aquellas prendas para un público general y los materiales utilizados en productos sanitarios que cuenten con la validación de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps).
El virus sin un organismo vivo en el que reproducirse se muere, tal y como explica la farmacéutica Gemma del Caño, especialista en seguridad alimentaria. Pero dependiendo del virus, puede tardar más o menos tiempo. Por eso, según cuenta, hay tejidos que se usan en centros concretos que tienen un tratamiento específico para conseguir que esto ocurra antes. Algunos fabricantes de tejidos están intentando crear prendas contra la covid-19 para un público general, algo que para Del Caño no es necesario, ya que contagiarse a través de la ropa “parece poco probable”: “Es más un tema de marketing que de necesidad”. “A veces nos olvidamos de la claridad de las medidas preventivas e intentamos aprovecharnos del miedo de la gente para vender algo innecesario”, afirma.
Magdalena Martínez Cañamero, microbióloga de la Universidad de Jaén y miembro de la Sociedad Española de Microbiología, considera que este tipo de prendas puede contribuir a una falsa sensación de seguridad que podría empeorar la situación. Para ella, este es un debate secundario y lo importante es seguir las medidas establecidas: “Jabón, distancia y mascarillas homologadas”.
99% de los virus inactivados en cinco minutos
Las chaquetas y gabardinas de Javier Simorra utilizan una combinación de fibras y tejidos llamada Nakeba VirProtect+. “Nakeba VirProtect+ es una reciente innovación tecnológica desarrollada con motivo de la crisis sanitaria del COVID-19”, indica Nakeba, una marca perteneciente a la compañía Textil Dimas. Eduardo Dimas, CEO de la compañía, afirma que el resultado es que en unos cinco minutos el 99% de los virus en el tejido quedan inactivados.
El desarrollo de tejidos especialmente diseñados con tratamientos antivíricos no es algo nuevo. “Es algo que existe, es eficaz y se desarrolla para la ‘alta competición’ o para entornos de riesgo. ¿Quiere decir esto que no debamos utilizarlo para la vida normal?, ¿que no debamos democratizarlo?, ¿que no podamos protegernos un poco más? ¿Por qué no tener y vestir una prenda, que además de las virtudes que se le suponen de diseño y confort pueda incorporar discreta e invisiblemente una protección añadida?”, añade.
Dimas explica que en la vida real a menudo hay que convivir “con situaciones que en pandemia incomodan”. “La lista sería interminable, pero por ser breve basta con acceder en hora punta a un transporte público, tener que moverse por entornos sensibles, ya sean hospitalarios, con colectivos de riesgo o simplemente estando de cara al público en un mercado, tienda o servicio en general”, afirma Dimas. Para él, es cada usuario el que debe decidir si llevar esta ropa, que en ningún caso sustituye a otras medidas como la distancia social.
Nakeba afirma haber fabricado el tejido de la mano de la multinacional química japonesa Teijin y la suiza HeiQ. Que las prendas destruyen el coronavirus, según la compañía, se ha comprobado en dos laboratorios independientes de Japón y China especializados en pruebas antivíricas. Maria José Valderrama, microbióloga de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y miembro de la SEM, considera que la página web de la empresa “deja muchas lagunas en el aspecto científico-técnico, con apartados vacíos o textos escritos en latín con frases sin relación alguna”.
La tecnología de la compañía suiza HeiQ es también la que ha utilizado el grupo Albini para desarrollar sus tejidos Viroformula. “Durante la pandemia trabajamos intensamente tratando de crear un nuevo tipo de tejido capaz de inactivar el virus, ofreciendo una respuesta concreta a la necesidad inmediata de los consumidores”, afirma Albini por email, que ha remitido a este periódico a esta web. En ella, se explica que los tejidos Viroformula han sido creados para todo tipo de ropa, “haciéndolos ideales para la producción de camisas, chaquetas y pantalones, así como para máscaras, batas y cualquier otra prenda”. Además, se asegura que los tejidos han sido puestos a prueba por algunos centros de investigación.
Mientras tanto, algunas compañías como Vollebak exploran el potencial de la ropa inteligente. La empresa ha creado una chaqueta confeccionada en un 65% por cobre. “Su capacidad [la del cobre] para conducir calor y energía mientras mata bacterias y virus lo convierte en un posible primer componente para el futuro de la ropa”, indica. Esta chaqueta no ha sido diseñada para proteger contra el SARS-CoV-2 ni ha sido testada con el virus. Pero Steve Tidball, CEO y cofundador de la compañía, explica que fue diseñada pensando “en el papel que puede desempeñar la ropa en la protección contra enfermedades y virus en entornos remotos de la Tierra y en el espacio”. “Ahora, por supuesto, todos se enfrentan a este tipo de riesgos y no solo las personas que buscan aventuras por diversión”, afirma.
El reto de discernir si una prenda es efectiva contra el coronavirus
Maria José Valderrama, microbióloga de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y miembro de la SEM, explica que al parecer ciertos tejidos llevan un polímero (un compuesto químico) al que se adhieren partículas: “Bacterias, hongos y virus, según los fabricantes”. Discernir si este tipo de prendas son efectivas o están homologadas puede resultar complicado, especialmente para el público general.
A ello se suma que la mayoría de empresas no tienen la posibilidad de cultivar el virus, según Víctor Jiménez Cid. Es catedrático de microbiología y también miembro de la SEM y destaca que esta sería “la manera más rigurosa de comprobar su semivida”. “Por lo tanto, basan sus tesis en hipótesis razonables que sustentan su marketing, pero en su mayoría no apoyadas por datos experimentales que pasen un control riguroso”, indica.
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