Fibra óptica hasta el hogar para impulsar la sociedad de la información
Administraciones europeas impulsan la creación de redes de alta velocidad que permiten a empresas y ciudadanos acceder a servicios avanzados y nuevas formas de comunicación
Amsterdam y Nuenen en Holanda, las cuencas mineras de Asturias, Estocolmo en Suecia... Los proyectos públicos que impulsan la instalación de redes de fibra óptica hasta el hogar y los negocios locales no paran de crecer, con el objetivo de hacer llegar a los ciudadanos la banda ancha real (100 Mbps simétricos), con la que disfrutar de verdad de la sociedad de la información.
La Comisión Europea ayuda a las zonas más atrasadas en tecnologías de la información a conectarse con banda ancha, dedicando fondos estructurales y de desarrollo rural. Y es que según sus propios datos, el año pasado, en poblaciones rurales o alejadas de las grandes ciudades europeas sólo tenía banda ancha el 60% de las empresas y hogares, frente a más del 90% que disfrutaba de estas conexiones en las urbes.
Eurocities, una red de más de 120 ciudades de 30 países europeos fundada en 1986 como foro de intercambio de ideas y experiencias, señala que no existe Sociedad de la Información sin una velocidad de conexión alta, y que la banda ancha no es real si no se accede a la red a través de fibra óptica, también conocida como cable. Cuando estas infraestructuras llegan hasta la puerta de casa o de la oficina se conocen por las siglas FTTH (Fiber To The Home), y se consideran ideales porque permiten el uso de servicios avanzados de todo tipo.
Las ventajas que aporta FTTH son muy importantes, pues en las ciudades que se ha implantado se empieza a utilizar la videoconferencia para hablar con los servicios médicos, en sistemas de seguridad, contra los incendios, o con fines educativos. También se utiliza telefonía a través de redes de datos para que los ciudadanos contacten con el ayuntamiento o los niños participen en actividades del colegio.
Un estudio de la unidad de investigación de mercados de Light Reading afirma que en todo el mundo hay en la actualidad 11 millones de usuarios de FTTH, que pasarán a ser 86 millones en 2011. Pero este crecimiento, impulsado desde el sector privado por compañías como la japonesa NTT o la estadounidense Verizon, no es uniforme. En poblaciones rurales o distantes de los grandes centros urbanos las operadoras se siguen mostrando reacias a instalar fibra, por lo que algunas administraciones locales buscan la forma de dotarse de esta infraestructura por su cuenta.
Nuevos servicios con redes de alta velocidad
Una de las ciudades que ha realizado la instalación de FTTH es Nuenen, en Holanda. Kees Rovers es el padre del proyecto Ons Net, que ha creado una red colectiva en esta ciudad de 7.000 habitantes situada al este de Eindhoven (Holanda). En una charla mantenida durante su participación en el encuentro IPCIties de Vilanova (Barcelona), explica que la idea de llevar la fibra hasta el hogar surge de la constatación de que "la necesidad actual de banda ancha es mayor que la oferta que pueden realizar las operadoras de telecomunicaciones".
Hace cuatro años, cuando se planteó la posibilidad de llevar conexiones de alta capacidad a todos los ciudadanos de Nuenen, "las operadoras dijeron que no era necesario, que ya teníamos suficiente, así que buscamos alternativas", cuenta Rovers. "Pensamos que la gente debía ser la propietaria de la red, por lo que reinventamos el concepto de las cooperativas para prefinanciar el proyecto". En seis semanas el 90% de la población se había suscrito y dado así el paso adelante para conectar sus hogares a las redes avanzadas de comunicaciones. Éstas, por su gran capacidad, permiten conectar todas las casas entre sí a través de servicios de VoIP y videoconferencia, que también se utilizan para conectar los hogares con hospitales, crear servicios de seguridad, proyectos educativos, servicios para personas mayores...
Las ventajas no son únicamente tecnológicas, el cambio también tiene efectos sociales. "La red construye comunidad, da una sensación de comunidad", según las palabras de Kees Rovers. "Escuelas, deportes, todo está conectado. Lo que está pasando ahora es que gracias al fácil acceso a la televisión, el teléfono e Internet, se generan servicios que tienen su origen en la comunidad". Esto es posible en buena parte porque la conexión es simétrica, es decir, se recibe información a 100 megabytes por segundo y se envía a la misma velocidad. Y todo por menos de 40 euros.
Problemas de competencia
Al tiempo que impulsan la popularización de las redes de banda ancha, las autoridades comunitarias intentan garantizar que los proyectos que respaldan las administraciones no distorsionan la competencia, por lo que dedicará los próximos seis meses a redefinir el marco legal en el que debe moverse el sector público para fomentar la implantación de estas infraestructuras.
La cuestión se está dirimiendo actualmente en el ámbito nacional. En el caso de Nuenen las operadoras intervinieron "cuando vieron que se estaba conectando al 95% de los ciudadanos, pidiendo a las autoridades políticas que lo detuvieran, pero éstas dijeron que no contradice las normas comunitarias", explica Rovers. El debate continúa en Holanda con el proyecto que ha iniciado Ámsterdam, cuya municipalidad ha llegado a un acuerdo con una operadora propiedad de la división inmobiliaria de ING para que haga llegar la fibra óptica a 40.000 hogares. Esto llevó la cuestión al parlamento nacional, que el martes aprobó una nueva ley de telecomunicaciones que permite a los ayuntamientos participar en proyectos de FTTH.
El estudio de Light Reading señala que las compañías telefónicas no deberían preocuparse porque la implicación del sector público perjudique a la competencia. Éstas, indica el análisis, construyen sus redes en colaboración con operadoras pequeñas, lo que jugará un importante papel al estimular la extensión de la redes de fibra óptica en Europa y EE UU. Las redes impulsadas desde el sector público, afirma el informe, difícilmente dominarán el mercado.
Redes neutrales y otros proyectos
En nuestro país la intervención de las autoridades locales se dirige más a facilitar el acceso a la red que a que éste se realice por medio de fibra, pero existe conciencia de que ese paso será necesario. En IPCities también se presentó el Principado de Asturias presentó un proyecto para llevar la banda ancha a las comarcas mineras, financiado al 60 % por el Plan General de la Minería y en un 40% por fondos autonómicos. Se aprobó en 2003 y supone un gasto de 18,7 millones de euros para conectar a más de 30.000 hogares. Según Angel Cabal, director general de Modernización se prevé que la extensión de la red se termine este año.
José Ramón Rodriguez, gerente de Organización y Sistemas de Información del Ayuntamiento de Barcelona, reconoce que existe "una demanda social de banda ancha que tenemos que cubrir con iniciativas imaginativas, públicas, privadas o mixtas". El responsable de la capital catalana cree "en la posibilidad de tener un operador neutral que se quede con un canal de uso interno, como ha hecho Filadelfia con Verizon. A nivel europeo son muy interesantes los modelos de Ámsterdam y Estocolmo, con soluciones técnicas que permiten llevar la fibra hasta las casas".
Por la creación de un operador neutral optó precisamente la ciudad sueca de Estocolmo, que constituyó la empresa Stockab en 1994, y le adjudicó la misión de hacer que los pequeños negocios de la capital sueca accedieran a proveedores de servicio online por redes de alta velocidad, animase el mercado de la banda ancha, y crease nuevos productos para garantizar la seguridad de las comunicaciones. Para abordar esta tarea, Stockab ha creado una red de fibra óptica de 1.200 kilómetros en torno a Estocolmo, invirtiendo en ello cerca de 35 millones de euros.
Otra ciudad que afronta desde el sector público su acceso a la socidedad de la información es la francesa Pau, de 160.000 habitantes. Su ayuntamiento ha lanzado un plan de modernización que incluye la creación de redes de alta velocidad, tanto de fibra óptica como inalámbricas, la construcción de un nuevo distrito 'inteligente' y un complejo post-industrial basado en la nanotecnología, según explicaron representantes del proyecto en IPCities.
El proyecto Pau Broadband Country comenzó en 2002, está dotado con un presupuesto de 35 millones de euros, y desde septiembre de 2004 da conexión a través de FTTH, a 100 megabits por segundo, por 30 euros al mes. El objetivo es que dentro de tres años el 80% de la población pueda acceder a esta oferta de banda ancha.
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