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IBM pide el cierre de un proceso por colaboración con los nazis que podría costarle 10.000 millones

Ha solicitado al Supremo suizo que anule la autorización para que se juzgue el caso

IBM ha pedido al Tribunal Supremo suizo que detenga los intentos de un grupo gitano para que el gigante de la informática sea procesado judicialmente en este país por ayudar a los nazis a identificar y mantener los registros sobre sus víctimas. Este grupo acusa a IBM de facilitar con su apoyo la eliminación masiva de gitanos, al vender a los nazis alemanes una máquina de tarjetas perforadas llamada Holllerith, sabiendo de antemano cual iba a ser su función.

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Fred McNeese, portavoz del fabricante de ordenadores, que durante la Segunda Guerra Mundial tenía su cuartel general en Ginebra (Suiza), ha comunicado que la compañía ha apelado el caso ante el Tribunal Supremo de este país. La intención de IBM es que este órgano jurisdiccional anule una autorización anterior que dio luz verde a los tribunales de Ginebra para juzgar el caso.

Si los demandantes siguen adelante con sus acusaciones contra el gigante informático y la justicia suiza les da la razón, el caso podría costarle a IBM unos 10.000 millones de euros en indemnizaciones, según calcula el abogado del grupo gitano que impulsa el caso. Éste habrá acabado si el Supremo así lo declara.

En el proceso existen cinco demandantes que perdieron a miembros de su familia en los campos de exterminio nazis entre 1939 y 1945, un periodo en el que se estima asesinaron a unos seis millones de judíos y 600.000 gitanos en Europa. Éstos reclaman ahora 16.000 euros por cada víctima a IBM.

La apelación de IBM, que no comenta los detalles del caso, retrasará unos tres meses más el caso, que está en marcha desde 2001. Si el proceso sigue adelante podría durar otros cinco años más, sobre todo por lo complicado que será tratar con diferentes aspectos de la legislación internacional. Según explica el fiscal Henri - Philippe Sambuc, las apelaciones de IBM, que ya compensó con 2,48 millones a las víctimas que trabajaron como esclavos en la guerra, podrían retrasar el proceso otros cinco años más por la complejidad de la ley.

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