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Los vecinos de El Hoyo de Pinares inauguran el voto por Internet: "La romería será el sábado"

Los habitantes de este pueblo abulense participaron ayer en el primer experimento oficial de sufragio electrónico con una consulta sobre su calendario de fiestas

En las últimas elecciones generales, la mayor parte de los vecinos de El Hoyo de Pinares (Ávila, 2.706 habitantes) no acudió a las urnas. No votaron porque querían protestar contra la autoridad que negaba a su pueblo un instituto de secundaria y obligaba a sus hijos a estudiar fuera cuando cumplían doce años. Tres años después, el mismo pueblo que renunció a su derecho al voto se ha convertido en un modelo de sufragio para la sociedad española.

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Funcionarios de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT) y de los ministerios de Interior y de Ciencia y Tecnología observaron ayer cómo los vecinos de El Hoyo de Pinares desfilaban por el salón de plenos de su ayuntamiento para sentarse delante de un ordenador y enfrentarse a la siguiente pregunta: "¿Qué día prefiere que se celebre la Romería de la Virgen de Navaserrada? Marque sólo una de las opciones -sábado, domingo o voto en blanco-, espere un momento y pulse el botón 'Continuar votación'".

Para gran parte de los vecinos de este pueblo abulense la pregunta es importante. Las elecciones municipales coinciden casi siempre con el último domingo de mayo, la fecha que el párroco fijó para celebrar la fiesta de la Virgen de Navaserrada, así que debían decidir si cambiarla para no complicar los comicios.

Pero para los funcionarios de la Administración española esta pregunta es mucho más importante. La votación que se celebró ayer en El Hoyo de Pinares es el primer experimento oficial de sufragio electrónico que se celebra en España y un tubo de ensayo perfecto para estudiar las consecuencias sociológicas y tecnológicas que este tipo de votación puede tener en la sociedad española.

Tarjeta electrónica

Para poder ejercer su derecho al voto, los vecinos de El Hoyo debían registrarse en el Ayuntamiento, que les entregaba una tarjeta parecida a las de los teléfonos móviles: con un chip, un código PIN y otro de desbloqueo. Esta tarjeta debía introducirse en una ranura del equipo informático de votación antes de teclear la clave dos veces y demostrar al ordenador que quien tocaba su ratón para votar era quien tenía derecho a hacerlo.

Los más avezados usuarios de informática podían, además, solicitar un lector de tarjetas para instalarlo en su ordenador y votar sin moverse de casa, a través de la página web de la FNMT.

En cualquier caso, el sistema debía servir para sustituir el procedimiento de votación tradicional, en el que los ciudadanos muestran su carné de identidad en una mesa electoral antes de introducir una papeleta en una urna de plástico.

Fiesta popular

La votación comenzó a las 9 de la mañana y los vecinos acudieron al ayuntamiento, donde les esperaban 20 ordenadores que funcionarían durante todo el día como urnas públicas electrónicas.

Para Víctor Martín, administrativo del Ayuntamiento, la jornada electoral, por muy electrónica que fuera, se estaba desarrollando como en sufragios anteriores: "A las 9 de la mañana venimos a ver cómo se monta todo. Después, vamos a misa, y votamos a la hora del vermú. Lo mismo que está pasando hoy".

Uno tras otro, los vecinos se sentaron delante de los ordenadores y cumplieron con el rito máximo de la democracia, no sin cierta desconfianza. "No me fiaba del sistema, así que me he sentado de nuevo y he comprobado que no se puede votar dos veces", admitía un votante.

Los más expertos ni siquiera tuvieron que moverse de casa. Según Carlos Javier Galán, teniente de alcalde de El Hoyo de Pinares y principal promotor de este experimento, los vecinos que habían solicitado un lector de tarjetas montaron sus propias mesas de votación familiares, adonde acudían "su suegra, su cuñado, sus primos..." para votar a través de la Web asesorados por sus parientes.

Entretanto, uno de los votantes del consistorio exclama con tono socarrón "¡Eh, que el ordeñador no funciona!", mientras busca, entre enfadado y divertido, la ayuda de un técnico. Y es que algunos vecinos tuvieron dificultades con el voto electrónico. Sobre todo los más ancianos, para los que los ordenadores son instrumentos muy complicados y las letras de la pantalla, demasiado pequeñas para unos ojos cansados. Así que la mayor parte de los mayores renunció al secreto y al anonimato de la votación y pidió la ayuda de los técnicos de Telefónica -socio tecnológico de la Administración en este proyecto- para introducir su voto en el ordenador.

El recuento

Al final de la jornada electoral, 1.036 vecinos de los más de 1.700 registrados habían votado desde su casa o desde alguno de los ordenadores del Ayuntamiento.

Pocos minutos después, el alcalde de El Hoyo de Pinares, el teniente de alcalde y dos funcionarios de la FNMT abrieron la urna electrónica bajo la atenta mirada del subdelegado del Gobierno. Introdujeron sus llaves electrónicas en el ordenador y activaron el proceso que contaba los votos. Diez minutos más tarde, la máquina había terminado su trabajo: sábado, 619 (59,75%); domingo, 400 (38,61%); votos en blanco, 17 (1,64%).

Hace tres años, los vecinos de El Hoyo de Pinares renunciaron a su voto y consiguieron un instituto para sus hijos. Ayer, decidieron cambiar la fecha su romería y la forma de nuestras urnas.

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