Una foto de playa puede ayudar a estudiar el calentamiento global

Son anhelos tan universales como recurrentes: el mar, el sol, la playa, el relax y una cerveza bien fría. Seguramente, al margen de prejuicios religiosos o culturales, la postal más dibujada en la lista de deseos del ser humano tiene varios de esos elementos. Corona, la cerveza líder en México –y presente en más de 180 países de todo el planeta– ha tenido una conexión especial con la playa y el mar: desde su histórica publicidad (una botella con el sol, la arena y el mar como coprotagonistas), hasta los más recientes Campeonatos de Pesca de Plástico (comunidades de pescadores locales en distintos puntos del mapamundi compiten por capturar la mayor cantidad de residuos plásticos en su ámbito de trabajo), la compañía ha estado involucrada y comprometida con el ecosistema marítimo y todo lo que lo rodea.

Ahora, con el fin de reforzar su compromiso con los océanos y las playas, ha lanzado ‘Guardacostas Corona’, una iniciativa que convierte las fotos de playa de cualquier persona –como las de sus tradicionales anuncios– en datos que ayudarán a los científicos a estudiar los peligrosos efectos del aumento del nivel del mar sobre las costas mexicanas, a consecuencia del calentamiento global.

Objetivo: frenar una deriva fatal

Según un reciente estudio de la NASA, Informe técnico sobre el aumento del nivel del mar 2022, en menos de cien años varias playas mexicanas podrían desaparecer, a menos que se tomen medidas para preservar su restauración y conservación. En los últimos años, algunos científicos han instado a monitorear la evolución de las playas a través de mediciones que permitan determinar su estado actual (por ejemplo, un informe de 2017 del Servicio Geológico de Estados Unidos) y, con ello, proponer posibles acciones que promuevan su supervencia, como las que propuso el Laboratorio Nacional de Resiliencia Costera (Lanresc) en 2022.

La fotografía del litoral se ha revelado como uno de los métodos científicos más eficientes y simples para la recolección de información, tal y como las muestra el clásico anuncio de Corona. La doctora Amaia Ruiz de la Alegría Arzaburu, Investigadora del Instituto de Investigaciones Oceanológicas de la Universidad Autónoma de Baja California, refrenda la valía de esa documentación. “Al analizar estas fotografías en el tiempo, podemos entender el efecto de las tormentas y el aumento del nivel del mar en la erosión costera, y por tanto, conocer las implicaciones del cambio climático en las costas mexicanas”, explica.

En este sentido, las secuencias fotográficas permiten ‘escanear’ el comportamiento de cada playa con relación a los efectos del cambio climático y ayudar a definir acciones concretas para asegurar su resiliencia a largo plazo. Diseñar regeneraciones artificiales de playas, promover acciones de restauración de dunas o modificar estructuras de protección costera existentes para mejorar su efectividad son algunas de ellas. “Cuantas más fotografías del mismo lugar se analicen, mejor será la comprensión y el seguimiento sobre el estado de las costas”, concluye Ruiz de la Alegría.

Un siglo mirando al mar

El grupo Modelo, al que pertenece Corona (junto con otras 16 marcas), cumplirá cien años en 2025. Desde su nacimiento ha guardado una íntima relación con el océano, en un país trufado de playas idílicas. “Esa relación de Corona con el mar es tan icónica que las redes sociales están llenas de fotografías de personas que replican, de forma orgánica, el tradicional anuncio de una Corona en la playa”, reflexiona Yune Aranguren, directora de Cerveza Corona en México. En la compañía decidieron aprovechar este poderoso hallazgo para invitar a la gente a seguir haciendo lo que ya hacen naturalmente, fotos en su lugar de descanso. “Pero, esta vez, con la finalidad de apoyar a la ciencia con algo que nos concierne a todos”, concluye Aranguren.

A través de esta campaña, Corona invita a mexicanos y turistas a convertirse en guardacostas y ayudar a la ciencia a monitorear el litoral con un acto tan sencillo como tomar una foto. Así se logaría recolectar la mayor cantidad de información posible desde diversos puntos. Un big data costero en toda regla.