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Digitalización para un planeta más verde

A través de sus productos y servicios, Telefónica acompaña y ayuda a sus clientes (particulares y empresas) a construir entre todos una sociedad descarbonizada. Toda una muestra de lo que supone la sostenibilidad en la estrategia de la compañía, que trabaja por alcanzar las cero emisiones netas en carbono en 2040

El cambio climático es uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la humanidad. El último informe de la Organización Meteorológica Mundial, publicado a finales del año pasado, ya confirmó los peores augurios: el periodo 2015-2021 registró las temperaturas más altas de la historia, con récord de concentraciones de gases de efecto invernadero y una subida constante del nivel del mar. Y este año, con un verano de calor extremo, la peor sequía que se recuerda en décadas y fenómenos atmosféricos extremos repartidos por los cinco continentes, corrobora la necesidad de actuar con urgencia para combatir este drama que amenaza la propia supervivencia del planeta tal y como lo conocemos.

Desde Naciones Unidas advierten: nadie está a salvo del calentamiento global, por lo que avanzar en la descarbonización de la economía es imprescindible. Pero ya no basta con reducir las emisiones de CO₂, sino que resulta vital encontrar soluciones que ayuden a evitar que se expulsen más gases contaminantes a la atmósfera. En este punto, la digitalización juega un papel fundamental.

Para alcanzar la neutralidad climática en 2050, la Comisión Europea ha aprobado una hoja de ruta con un amplio paquete de medidas, resumidas en el documento Fit For 55. En él se mencionan algunos de los instrumentos indispensables para avanzar hacia un mundo alejado de las energías fósiles: internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés), big data, inteligencia artificial y Blockchain, entre otros. Estas herramientas digitales contribuyen tanto a mejorar la salud del planeta como a hacer más fácil la vida de los seres humanos. En todas ellas, la tecnología ocupa un rol protagonista. De hecho, la red es el primer facilitador de esta transición verde: por ella se transmiten los datos necesarios para el correcto funcionamiento de las soluciones digitales.

Pero se puede hacer mucho más. Tecnologías digitales como, por ejemplo, el 5G o el IoT, cuentan con un enorme potencial para reducir las emisiones de dióxido de carbono –entre un 15 y un 35% en los próximos diez años, según calcula la iniciativa Exponential Roadmap–. ¿Cómo? Gracias a su capacidad de acelerar la descarbonización de otros sectores de la economía, como los transportes, la industria o la energía.

Pioneros en la lucha contra el cambio climático

Fomentar ese impacto positivo es una prioridad para empresas como Telefónica, pionera en luchar contra los efectos climáticos en el sector de las telecomunicaciones. Desde 2006, la sostenibilidad es uno de los pilares estratégicos de la compañía. Entre sus elementos centrales, sobresale la protección del medio ambiente, con la puesta en marcha de distintas acciones como el uso de energías renovables, la prolongación de la vida de los equipos electrónicos y la reducción del consumo de recursos y las emisiones de CO₂.

El objetivo es ir más allá. “Queremos contribuir a que nuestros clientes puedan reducir su propia huella de carbono y su impacto en el medioambiente”, avanza la directora de Medioambiente y Derechos Humanos de Telefónica, Maya Ormazabal. “Por eso, les ofrecemos multitud de productos y servicios que están enfocados en esa dirección”.

Porque contribuir a la descarbonización de la Tierra es una tarea conjunta en la que deben involucrarse todas las partes (también clientes, proveedores, fabricantes). Sostiene Ormazabal que hoy toda la sociedad, incluidas las empresas, están expuestas a unos riesgos que, hace una década, no eran tan evidentes: desafíos ligados al cambio climático, a la escasez de recursos como el agua, a la energía… “Es muy importante que la transición digital se produzca en todos los sectores y estamentos sociales”, añade.

Por ejemplo, las líneas móviles y la fibra que llegan a los hogares de los abonados de Telefónica permiten el teletrabajo, la formación a distancia o la atención sanitaria en remoto. Todo ello fomenta que haya menos desplazamientos, por lo que se disminuyen las emisiones de gases contaminantes y, por lo tanto, ayuda a que el aire de las ciudades sea más limpio.

Por un negocio sostenible

Esta conectividad se consigue gracias a una serie de dispositivos electrónicos que proceden de diferentes proveedores. “La única manera de sobrevivir como empresas es apostar por modelos de negocios sostenibles. No solo lo hacemos en nuestra propia compañía, sino que también trabajamos para favorecer la sostenibilidad de nuestros clientes a través de la transformación de sus negocios digitales”, insiste Ormazabal. “Porque si todos vamos a una y en la misma dirección a la hora de proteger el medio ambiente, será posible una digitalización inclusiva, justa y sostenible que aporte beneficios económicos y sociales, y no deje atrás a nadie”.

La sostenibilidad forma parte de nuestra razón de ser y afecta a la transformación total de la compañía
Maya Ormazabal, directora de Medioambiente y Derechos Humanos de Telefónica

Telefónica, además, integra la economía circular en todos sus procesos con la intención de convertirse en una empresa Cero Residuos en 2030. Por un lado, tiene en cuenta aspectos como el ecodiseño, la posibilidad de reparar piezas o de reciclar material a la hora de adquirir equipamientos electrónicos. Solo en 2021, la compañía ya evitó el consumo de 190 toneladas de plástico en sus tarjetas Half-SIM, y su router inalámbrico HGU consume un 30% menos de energía que los anteriores.

En la misma línea, la compañía prolonga la vida útil de los equipos: si es posible, los reutiliza. Y si están muy estropeados, recicla los materiales –muchos de ellos, metales como el cobre o el níquel– que pueden recuperarse para fabricar un producto nuevo. En 2021, la compañía ha reacondicionado hasta 4,7 millones de estos dispositivos, un 19% más respecto al año anterior, lo que ha evitado la fabricación de nuevos productos y, por tanto, la emisión de 381.569 toneladas de CO₂. Para 2024, la corporación pretende reutilizar el 90% de los equipos fijos recogidos de sus clientes, sobre todo routers y decodificadores.

Todas estas acciones están alineadas con el objetivo de Telefónica de ser una compañía con cero emisiones netas en el año 2040, tal y como recoge el compromiso del Acuerdo de París para limitar el aumento de la temperatura del planeta en 1,5 grados, y adelantándose al de 2050 de Naciones Unidas. “La sostenibilidad forma parte de nuestra razón de ser y afecta a la transformación total de la compañía”, admite Maya Ormazabal. Y enumera algunos de los hitos alcanzados en los últimos tiempos. Hoy, el 80% de la energía que se consume en Telefónica ya es renovable (el objetivo es alcanzar el 100% en 2030 en todos los mercados en los que opera); y desde 2015, la empresa ha reducido sus emisiones un 70%. “Trabajamos muy de la mano de nuestros proveedores para ayudarles a que sus objetivos climáticos sean igual de ambiciosos. No solo es importante disminuir las emisiones que genera nuestra actividad, también las que proceden de nuestros clientes y de la cadena de suministro”, apunta.

Precisamente para fomentar la innovación y motivar a sus proveedores a que reduzcan el impacto ambiental de sus procesos de fabricación, Telefónica ha impulsado Eco Rating, sistema que evalúa el impacto ambiental de los teléfonos móviles en todo su ciclo de vida, desde la extracción y uso de materias primas a su facilidad para el reciclaje. Mediante esta certificación, los fabricantes pueden identificar cuáles son los beneficios para el medio ambiente al implantar determinadas medidas. Y los consumidores pueden tomar mejores decisiones, al tomar conciencia del impacto positivo de sus compras.

Telefónica prolonga la vida útil de los equipos: si es posible, los reutiliza y si están muy estropeados, recicla los materiales.  En 2021 reacondicionó hasta 4,7 millones de dispositivos evitando la emisión de 381.569 toneladas de CO₂.
Telefónica prolonga la vida útil de los equipos: si es posible, los reutiliza y si están muy estropeados, recicla los materiales. En 2021 reacondicionó hasta 4,7 millones de dispositivos evitando la emisión de 381.569 toneladas de CO₂.vladteodor.ro (iStockphoto)

El compromiso de Telefónica con la revolución digital se refleja también en los numerosos servicios basados en la conectividad, IoT, cloud, big data o 5G que ofrece a pymes, grandes empresas o instituciones. Muchas de estas soluciones son las denominadas soluciones Eco Smart, ya que, además de favorecer la transformación digital de estos negocios, les ayudan a reducir suimpacto en el medio ambiente, mejorando así su eficiencia y sostenibilidad. “Con este sello, son capaces de entender el beneficio ambiental que están obteniendo cuando les vendemos este tipo de servicios digitales”, destaca Ormazabal.

Por ejemplo, para avanzar hacia las ciudades inteligentes, Telefónica ofrece herramientas basadas en la optimización de la iluminación, el uso de plazas de aparcamiento o la gestión y recogida de residuos. Entre sus beneficios se encuentran un control del encendido y apagado de luminarias más eficiente, que redunda en ahorro energético y de emisiones o una optimización de las rutas de los camiones de basura, lo que reduce consumos de combustible y emisiones, entre otros. Gracias a estos servicios, se consiguen ahorros de hasta el 30% en consumo en alumbrado público.

Otra muestra es lo que sucede en el ámbito de la gestión agraria, donde la compañía comercializa Smart Agro, que permite la innovación, digitalización y análisis de datos de cultivos como el café y el algodón con el fin de optimizar el uso de recursos. La gestión inteligente de los sistemas de riego conlleva un ahorro de agua, ya que se usa solo la cantidad necesaria, en función de las necesidades del cultivo y de los parámetros ambientales. Asimismo, se optimiza el riego a través de telemetría y telecontrol de los consumos, y se minimizan las fugas y roturas en los sistemas de almacenamiento y distribución del agua, al poder detectarse y actuar con anticipación. Todo ello permite un ahorro de hasta el 20% en consumo de agua en la agricultura.

O las redes privadas (5G o LTE) y las soluciones asociadas (por ejemplo, AGV, drones, mantenimiento predictivo, control de activos, seguridad para los operarios…), que llevan a las industrias de manufacturas, la minería y la gestión de puertos y aeropuertos a niveles óptimos de operación, flexibilidad, productividad y eficiencia.

Son solamente tres ejemplos del alcance del sello Eco Smart, que ha desarrollado la compañía en los últimos tiempos y verifica externamente AENOR, y que supone cerca del 60% del porfolio de Telefónica España y Telefónica Tech.

En 2021, Telefónica ayudó a sus clientes a evitar 8,7 millones de toneladas de CO₂, el equivalente a plantar un bosque de 143 millones de árboles, gracias a las eficiencias generadas por estos productos y servicios. Toda una muestra de cómo las nuevas tecnologías pueden acelerar la transformación de la economía hacia un modelo más sostenible.

Financiación responsable y nuevos modelos de negocio

Además de contribuir a un mundo más limpio, las ventajas que obtienen las empresas que apuestan por la sostenibilidad a través de la digitalización son numerosas. Una de ellas tiene que ver con la financiación. Telefónica fue la primera compañía de telecomunicaciones a nivel mundial que emitió un bono verde, en 2019. El objetivo ahora es que el 25% de la financiación esté asociada a indicadores sostenibles ambientales y sociales, lo que demuestra que la transformación impregna a todas las capas de la organización. “Al conjugar sostenibilidad y digitalización, también exploramos nuevos modelos de negocio. Esto, a su vez, nos ayuda a tener una mejor relación con nuestros grupos de interés, con los empleados y con los inversores”, reconoce Maya Ormazabal.

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