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Más de 140 millones de dólares en obras de arte: la estafa de una mujer a su madre en Río de Janeiro

La hija y una vidente convencen a la víctima de la necesidad de pagar millonarios “trabajos espirituales”. Entre los cuadros robados hay originales de Tarsila do Amaral y Di Cavalcanti

Sabine Boghici junto a su madre, Geneviève Rose Marie Coll Boghici.Foto: SABINE BAGHICI (RR.SS.) | Vídeo: EFE

Una mujer fue detenida este miércoles por la Policía Civil de Río de Janeiro acusada de una monumental estafa contra su madre. Entre transferencias, joyas y cuadros, ella y su banda le robaron 725 millones de reales (más de 142 millones de dólares). La historia está llena de detalles rocambolescos que empiezan en enero de 2020.

Geneviève Boghici, viuda de un importante coleccionista y marchante de arte, Jean Boghici, sale de una agencia bancaria del barrio carioca de Copacabana cuando se le acerca una vidente. La mujer le dice que su hija Sabine está enferma y que morirá en breve si no se somete a unos “trabajos espirituales”. La acompaña hasta la puerta de su apartamento, donde lanza unas conchas que, fatalmente, confirman la tragedia. La víctima, de 82 años, que ya era adepta a rituales místicos y sabía que su hija había tenido problemas psicológicos en el pasado, acaba convencida de realizar el pago para salvar a su hija. Así empieza la historia; en apenas dos semanas transfirió cinco millones de reales (más de 980.000 dólares).

Días después, la mujer empezó a desconfiar y dejó de hacer las transferencias, después de que hija la empezara a aislar cada vez más de amigos y conocidos. Le impidió usar el teléfono y también despidió a los trabajadores domésticos que frecuentaban la casa. La excusa para tanto aislamiento era el covid-19. Pero no había problema para que ella y sus compinches entraran en la casa a por los objetos más valiosos. Varias videntes entraban y se los llevaban con el incontestable argumento de que estaban “malditos” y tenían que ser “rezados”. La viuda, cada vez más consciente de toda la estafa, intentaba resistirse, pero Sabine la amenazaba de muerte. Según la policía, llegó a negarle comida y a ponerle un cuchillo en el cuello.

Agentes de policía sostienen el cuadro 'Sol poente', de la pintora brasileña Tarsila do Amaral, luego de recuperarlo.
Agentes de policía sostienen el cuadro 'Sol poente', de la pintora brasileña Tarsila do Amaral, luego de recuperarlo.Policia Civil de Rio de Janeiro (EFE)

La víctima relató a la policía que estaba segura de que su hija tenía una relación con una de las supuestas videntes, Rosa Stanesco Nicolau, relativamente popular en Río como ‘Mãe Valéria de Oxossi, ya conocida por la policía por varios timos. A partir de septiembre de 2020, ante las coacciones y amenazas, la anciana realizó otras 38 transferencias bancarias a la banda que lideraba su hija.

En total, robaron 16 cuadros y esculturas. Todos fueron vendidos a galerías de arte o particulares. Dos de esas obras -Elevador Social, de Rubens Gerchman, y Maquete para o menú espelho, de Antonio Días, fueron compradas por el argentino Eduardo Costantini, propietario del Museo de Arte Latinoamericana de Buenos Aires (Malba), para su colección privada. El galerista de São Paulo que intermedió dijo no desconfiar porque conocía a la familia desde hacía tiempo y la vendedora era la hija del coleccionista fallecido. Constantini, por su parte, difundió un comunicado donde aclara que fueron compras “de buena fe y debidamente registradas” y que mantiene “un vínculo directo” con Genevieve Boghici.

No es la primera vez que estas obras de arte sufren alguna que otra aventura. En 2012, parte de la colección de Boghici fue pasto de las llamas tras un incendio en su apartamento de Copacabana que destruyó clásicos como Samba, de Di Cavalcanti, y A Floresta, de Alberto Guignard.

La obra Sol Poniente, que Tarsila do Amaral pintó en 1929, es una de las más valiosas de la colección (está valorada en 250 millones de reales, más de 49 millones de dólares) y sobrevivió a aquel incendio, pero no a la ambición desmedida de la hija Sabine. El cuadro fue robado y apareció este miércoles, escondido bajo una cama en una de las casas visitadas por la policía. En la operación policial fueron detenidos, además de Sabine, otras tres personas, incluidas la supuesta vidente, que para darle el último toque surrealista a la historia, intentó, sin éxito, escaparse por una ventana.

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