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Apostar por el agua es apostar por el planeta

Mitigar el cambio climático. Convertir las depuradoras de agua en biofactorías. Minimizar los efectos de las inundaciones y gestionar los humedales como refugio para la regeneración de la fauna autóctona. Para el grupo Agbar, la gestión sostenible del agua es el futuro. Del planeta, y del ser humano. El Día Mundial del Medio Ambiente es el momento perfecto para demostrar la eficacia de sus estrategias

Las lagunas artificiales de almacenamiento de agua creadas en Cabezo Beaza (Cartagena, Murcia) sirven de refugio a más de 30 especies de aves acuáticas, algunas de ellas en peligro de extinción.
Las lagunas artificiales de almacenamiento de agua creadas en Cabezo Beaza (Cartagena, Murcia) sirven de refugio a más de 30 especies de aves acuáticas, algunas de ellas en peligro de extinción.

Cada 5 de junio, el Día Mundial del Medio Ambiente es, desde hace 50 años, la cita más importante de Naciones Unidas para impulsar y difundir la acción ambiental y la necesidad de proteger el planeta. Con Suecia como país anfitrión de la edición 2022, se recupera aquel primer lema, Una sola Tierra, más vigente que nunca. A este respecto, la ONU destaca “la necesidad de vivir de forma sostenible, en armonía con la naturaleza, a través de cambios sustanciales impulsados por políticas y elecciones cotidianas que nos guíen hacia estilos de vida más limpios y ecológicos”.

Alineada con este objetivo global, se revela fundamental una gestión responsable del ciclo del agua, ya que es precisamente el agua lo que hace extraordinario nuestro planeta y genera su rica biodiversidad. En palabras de la directora ejecutiva de PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) Inger Andersen, “continuamos enfrentando las tres crisis planetarias que amenazan nuestro futuro: la crisis del cambio climático, la pérdida de la biodiversidad y la crisis de la contaminación y los desechos”. Desde el grupo Agbar, referente en la gestión del agua y el medio ambiente en España y Latinoamérica, se están ya implementando soluciones innovadoras de regeneración de las aguas residuales y revalorización de los residuos, producción de energía verde o mejora de la calidad del aire. Estas son algunas de las iniciativas que, en España, desarrollan una estrategia eficaz contra el cambio climático y sus consecuencias sobre los recursos hídricos y naturales.

Mitigar los efectos del cambio climático

Es responsabilidad de todos mitigar las consecuencias de la deriva del cambio climático: está agravando la pérdida de biodiversidad en océanos y bosques, lo que a su vez acelera los desarreglos climáticos. En 2030, se estima que el 47% de la población vivirá en áreas con estrés hídrico, mientras que en 2050 la demanda de agua para la agricultura, la industria y las ciudades habrá aumentado entre un 20% y un 30%.

El parque La Marjal en Alicante, el primer parque urbano inundable de España.
El parque La Marjal en Alicante, el primer parque urbano inundable de España.

Para frenar este proceso y propiciar un futuro más sostenible, Agbar está desarrollando una estrategia que pasa por la compra de energía verde, generación de energías renovables y el impulso de la movilidad responsable, entre otras iniciativas. En 2021 la compañía ha generado 90,02 Gigavatios hora (un GWh equivale a mil millones de vatios-hora) de energía eléctrica renovable. Esta energía proviene en un 89% del aprovechamiento del biogás, en un 9% de la energía solar fotovoltaica y en un 2% de turbinas hidráulicas. Además, se ha inyectado a la red eléctrica 14,03 GWh de energía verde, evitando 2.104,8 toneladas de CO₂ equivalentes.

Es necesario (y posible) prevenir sus efectos

Quizá no podamos evitar algunos de los efectos nocivos del cambio climático, como las inundaciones, cada vez más frecuentes especialmente en las zonas de clima mediterráneo. Pero es perfectamente posible minimizar sus consecuencias, desarrollando planes de resiliencia sobre los recursos hídricos e impulsando la preservación de los ecosistemas.

En 2030, se estima que el 47% de la población vivirá en áreas con estrés hídrico, mientras que en 2050 la demanda de agua para la agricultura, la industria y las ciudades habrá aumentado entre un 20% y un 30%

En este sentido, Agbar ha creado una plataforma digital que analiza las infraestructuras de una ciudad para mitigar los efectos de las inundaciones y evaluar medidas que mejoren su capacidad de reacción.

La economía circular, nuevo punto de partida

Los principios de la economía circular, apoyados en la digitalización y la tecnología, tienen ya un referente en nuestro país: la biofactoría Sur de Granada. Este modelo de transformación de las depuradoras tradicionales en biofactorías desarrollado por el grupo Agbar –y premiado por Naciones Unidas tras su puesta en marcha en Aguas Andinas, empresa del grupo en Chile– consigue regenerar el agua para nuevos usos (riego agrícola, industrial…), crea nuevos recursos a partir de los residuos, produce energías renovables y genera un impacto positivo sobre su entorno.

La biofactoría Sur de Granada consigue regenerar el agua para nuevos usos, crea nuevos recursos a partir de los residuos, produce energías renovables y genera un impacto positivo sobre su entorno.
La biofactoría Sur de Granada consigue regenerar el agua para nuevos usos, crea nuevos recursos a partir de los residuos, produce energías renovables y genera un impacto positivo sobre su entorno.

Prácticamente el 100% del agua depurada en esta biofactoría se reutiliza para el riego de cultivo. Casi la totalidad de los lodos, arenas y grasas se utilizan como abono y se consigue generar más energía renovable de la que consume la red eléctrica.

Las soluciones basadas en la naturaleza son parte de la respuesta

Tanto en núcleos urbanos como en espacios de interés natural, el desarrollo de soluciones basadas en la naturaleza es clave para el futuro. El grupo Agbar ya trabaja en ello, por ejemplo con la creación de una zona de ocio inundable en Alicante, el parque de La Marjal. Su función es retener las aguas pluviales y mitigar así las inundaciones en la ciudad en episodios de lluvias torrenciales. Sirve también de refugio para la vegetación y la fauna de la región. En lo referente a zonas naturales, Agbar gestiona dos humedales en el Delta del Ebro, creando espacios de gran valor ecológico. Y ha creado en Cabezo Beaza (Cartagena, Murcia) una serie de lagunas artificiales de almacenamiento de agua que sirven de refugio a más de 30 especies de aves acuáticas, algunas de ellas en peligro de extinción.

El ejemplo de los humedales

Hace una década, se destinaron 150 hectáreas del Delta del Ebro a crear humedales artificiales que sirvieran de filtro verde para depurar de forma natural -mediante la vegetación acuática y los microorganismos presentes- las aguas usadas en los arrozales. Años después, los humedales de Illa de Mar y de L’Embut, gestionados por Agbar, se han convertido en espacios privilegiados para la avifauna para ser declarados, en 2020, reserva natural de fauna salvaje por el Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat de Cataluña. A día de hoy es una zona de alto interés ornitológico, que ofrece espacios idóneos para la observación de aves -algunas de ellas amenazadas-, paseos naturalistas y de educación ambiental para la ciudadanía. 

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