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Detenido un hombre en La Rioja por la muerte de un niño de nueve años al que se llevó engañado de un parque

El menor fue hallado “muy grave e inconsciente” en el rellano de la vivienda junto al arrestado, que estaba en libertad condicional desde abril de 2020 tras cumplir una condena por asesinato

Detención del sospechoso de la muerte de un menor en Lardero (La Rioja).Foto: Guardia Civil | Vídeo: EFE |

Álex se había disfrazado de la niña de El Exorcista. Jugaba el jueves por la tarde con sus amigos en un parque a las afueras del municipio riojano de Lardero (en el área metropolitana de Logroño, con más de 11.000 habitantes). De pronto, lo perdieron de vista. Una niña dio la voz de alarma y comenzó una búsqueda desesperada que culminó muy cerca del lugar de la desaparición, a apenas 50 metros. Tres hombres hallaron al menor, de nueve años, en un edificio cercano y en los brazos de su presunto asesino, un hombre de 54 años que fue detenido poco después, según narra la esposa de uno de estos testigos.

Algunos vecinos denuncian que el sospechoso se dedicaba a “merodear a niñas”. Las invitaba a acompañarlo a su casa para “dar de comer a unos pajaritos de colores”, explica entre llantos este viernes Carlota, madre de una niña de siete años a la que, según señala la mujer, también tentó hace solo dos semanas el ahora acusado del infanticidio.

En el lugar de la muerte, el número 5 de la calle Linares, un osito de peluche de color azul se empapaba del agua de la lluvia este viernes. En una mañana desapacible, fría y lluviosa, los vecinos de la urbanización Villa Patro están conmocionados e indignados con lo sucedido. Centenares de flores recuerdan a Álex en el parque donde jugó por última vez y junto al portal que cruzó supuestamente engañado por Francisco Javier Almeida López de Castro, el detenido.

Una niña de 11 años que había estado jugando en el parque con el pequeño dio la voz de alarma sobre las 20.25. Con gritos de “¡falta Álex, falta Álex!”, avisó a los padres, que en ese momento se encontraban en un local con vistas al parque, relata su madre. “La niña señaló el portal, diciendo que era ahí donde estaba el hombre que se lo había llevado”, cuenta Susana Torres. En paralelo, la madre del menor llamó al 112. Varios padres salieron corriendo hacia el lugar indicado. Cuando subieron hasta el tercer piso, donde vive el supuesto autor del crimen, se encontraron a este en el rellano con el niño en brazos, relata la mujer. El menor estaba moribundo.

Esta vecina asegura que el acusado, al verse sorprendido, les dijo a los hombres que “el niño se había desmayado y que se lo había encontrado ahí”. Tomaron al menor y trataron de reanimarlo mientras llegaban al lugar de los hechos agentes de la Guardia Civil y de la Policía Municipal. Los servicios sanitarios solo pudieron certificar poco después su muerte.

La Guardia Civil detuvo posteriormente al hombre como presunto autor del crimen. Según fuentes cercanas a la investigación, el cuerpo del pequeño no presentaba heridas visibles y se está a la espera del resultado de la autopsia. El arrestado, que cumplió una pena de prisión por un delito de asesinato ocurrido en Logroño en 1998, contaba con antecedentes por agresión sexual, según confirman las mismas fuentes.

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Tras conocerse el suceso, se produjeron momentos de tensión, sobre todo cuando los agentes prepararon el operativo para sacar al detenido desde el garaje de la vivienda, donde se concentraron unas 200 personas, informa Efe. Durante varios minutos, increparon a los agentes, a los que reprocharon que protegieran al detenido y pidieron que los dejasen entrar. Varios de estos vecinos echaron en cara a los agentes que ya les habían advertido de que el detenido había intentado en otras ocasiones llevarse a niños de la zona. “Nos llamabais locos y solo veníais dos, y ahora ha tenido que morir un niño para que vengáis todos a proteger al asesino”, reprochó una vecina a los agentes.

Lardero niño
Los servicios funerarios trasladan el jueves el cuerpo del niño de nueve años asesinado en Lardero (La Rioja).Raquel Manzanares (EFE)

Los testigos presenciales han explicado a los periodistas que en la zona había “inquietud” por la presencia habitual de este hombre. El detenido fue trasladado a las dependencias de la Guardia Civil en la capital riojana, mientras que los agentes permanecieron en el interior del inmueble buscando pruebas.

Óscar González, un vecino de la zona, se lamenta de lo sucedido: “Haces así [se chasca los dedos] y el niño ya no está”. En la zona no dan crédito a lo ocurrido, aunque algunos ya habían alertado de “cosas raras”. Carlota asegura que a su hija intento captarla un hombre que “suele rondar los parques”. “Es una persona que suele sentarse en un banco, siempre solo, y observa a los niños”, explica.

Los vecinos reconocen que no tenían identificado al detenido como “una persona peligrosa que había cometido otros crímenes”. Ahora van atando cabos y Carlota lo describe como “un hombre extraño, muy raro, que no transmite buenas vibraciones”, afirma. Villa Patro es una urbanización tranquila, en la que en los últimos años se han instalado parejas jóvenes con hijos pequeños. Álex no vivía en este barrio, pero solía acudir en algunas ocasiones a esta zona. Ana asegura que el presunto asesino solía “tentar” a las niñas, pero “su última presa ha sido un niño al que pudo confundir con una niña por el disfraz que llevaba”.

El detenido utilizaba como gancho los pájaros que tiene en su casa. Susana sostiene que los niños, entre ellos su hija de 12 años, ya estaban “mosqueados con este hombre”, hasta el punto de que hace una semana consiguieron hacerle una fotografía asomado a la ventana de su casa. Solía mostrarse así para invitar a las menores a subir a su casa, cuentan varios vecinos. Carlota asegura que su hija le ha confesado que “ese hombre fue el que la llamó para ir a su casa y le dijo que no”. “Ahora está en shock, porque la víctima podía haber sido ella”, cuenta esta madre.

A la concentración de protesta de este viernes en la localidad riojana se ha acercado Aura González, que vive a solo 100 metros del sospechoso. El pasado 25 de octubre presentó una denuncia ante la Policía Nacional porque su hijo, de 13 años, empezó a ser saludado en la calle por un hombre desconocido y, al mismo tiempo, comenzó a recibir “mensajes obscenos y de alto contenido sexual” en su teléfono móvil. Miguel Ángel Sáenz, portavoz de la Guardia Civil en La Rioja, ha afirmado este viernes en Lardero que la descripción física que se hizo del varón en esta denuncia “no coincide con la de la persona detenida” por la muerte del menor. No constaba ninguna otra denuncia formal sobre hechos relacionados con el acoso a menores en este municipio riojano, según ha precisado. Sin embargo, una madre asegura que se puso en contacto con la Policía Local para comunicarles que “un hombre intentó llevarse a mi hija hace solo dos semanas”.

Asesinato y agresión sexual

Francisco Javier Almeida López de Castro tiene dos condenas. En la primera, de 1993, se le impuso una pena de siete años por agresión sexual. Posteriormente, en agosto de 1998, fue condenado, en este caso a 30 años, por el mismo motivo y por asesinato con alevosía de una agente inmobiliaria a la que asaltó mientras esta le mostraba un piso que supuestamente él quería adquirir. La sentencia detalló que el hombre empujó a la víctima para que cayera sobre la cama y abalanzarse sobre ella. Inmediatamente, le causó numerosas heridas con un arma blanca. Una de ellas, que le alcanzó el corazón, le provocó la muerte en el acto.

La pena que se le impuso por aquel crimen —20 años por el asesinato y 10 por la agresión— se le refundió en una de 25 (la legislación permite que al autor de dos o más delitos en una misma causa se le fije un máximo de cumplimiento efectivo menor al de la suma de esas penas). Cuando había cumplido más de 22 años y estaba ya en tercer grado penitenciario o semilibertad, en abril de 2020, accedió a la libertad condicional. El artículo 90 del Código Penal establece que los jueces pueden conceder a un recluso la libertad condicional cuando cumpla tres requisitos: estar clasificado previamente en tercer grado penitenciario o semilibertad, haber extinguido tres cuartas partes de su pena y observar buena conducta.

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