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¿Qué ha destruido el volcán de La Palma desde el día de su erupción? Casas por valor de 150 millones, dos colegios y kilómetros de carreteras

Ponemos datos a los efectos del desastre, tres semanas después, con una estimación del valor de cada vivienda engullida y contabilizando las infraestructuras destruidas

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Imágenes de dron de una zona antes y después de la erupción del volcán. Cabildo de La Palma

Tres semanas después, el volcán de La Palma sigue en erupción y su energía empuja ríos de lava que avanzan imparables, engullendo casas, rotondas, una iglesia y todo lo que encuentran a su paso. Las imágenes de los satélites permiten poner números a un panorama desolador: 480 hectáreas arrasadas, 1.200 edificios destruidos, dos colegios desaparecidos y muchas carreteras cortadas. A continuación detallamos todo lo que ha arrasado la lava hasta ayer.

El primer coste evidente son las casas. La lava ha sepultado construcciones de 775 parcelas, que hemos identificado a partir de la imagen satélite del viernes, como explica la metodología. Esas parcelas tienen un valor de 150 millones, según una valoración automática de la empresa de tasación Valmesa, que ha publicado los datos de los inmuebles de la zona afectada. Cada punto representa una parcela alcanzada por las coladas:

Aunque las coladas han alcanzado tres fincas valoradas en un millón de euros, la mayoría de los edificios destruidos son casas más modestas que esas, de entre 100.000 y 300.000 euros. Según la información del Catastro, son viviendas de unos 150 metros cuadrados de media, con parcelas grandes.

Una de las casas desaparecidas es la de Johannes Faukner. Pensionista muniqués de 51 años, antiguo empleado de Siemens, se mudó a La Palma al jubilarse. Eligió Todoque “por su tranquilidad y la buena vecindad que se vivía ahí”. Al día siguiente de que el volcán entrase en erupción, Faukner perdió su casa. “Solo me dio tiempo a coger a mis tres gatos para irme a casa de un amigo”, explica nervioso, casi en estado de conmoción, en el exterior del pabellón Severo Rodríguez, en Los Llanos de Aridane. “Todas mis abejas se han quemado”, recuerda con una amargura que crece cuando se le pregunta por el futuro. “No tenía asegurada la casa. Lo he perdido todo”.

El de Johannes no es un caso único: la mitad de las viviendas de La Palma no están aseguradas y eso complicará sus indemnizaciones. Solo los propietarios con seguro en vigor contarán con la compensación del Consorcio de Compensación de Seguros, que ya está enviando dinero a algunos afectados. El resto dependerán de las ayudas del Gobierno, que el martes pasado aprobó un nuevo conjunto de medidas urgentes.

Por desgracia, esta es solo la factura provisional. El volcán sigue emitiendo material y las lenguas de lava se extienden cada día. La Universidad de La Laguna ha publicado una predicción de las zonas en peligro. En esa superficie, hemos contabilizado 580 parcelas amenazadas, con una valoración de 110 millones, según Valmesa.

Más destrucción: carreteras, cultivos, colegios y parques

En su camino hacia el mar la lava no ha arrasado solo edificios. El coste de la destrucción se estima ya en 400 millones de euros, sumando edificios e infraestructuras, según cifras adelantadas por el Gobierno canario. La información cartográfica de la zona permite contabilizar —y ver— las carreteras desaparecidas, los terrenos sepultados, las acequias cortadas y hasta las palmeras muertas.

Desde la erupción del 19 de septiembre, la lava ha engullido más de 1.000 edificios.

En su avance, ha cubierto decenas de calles y carreteras, más de 30 kilómetros hasta el momento.

La lava ha sepultado 165 hectáreas de cultivos en uso, principalmente plataneras (cerca de la costa) y viñedos (en el este, en la montaña), muchos en el litoral. Otras 190 hectáreas de campos arrasados estaban sin cultivar.

También sufrirán los efectos del volcán agricultores de los alrededores: la lava ha acabado con varias conducciones de regadío. Se ha anunciado la compra de dos desalinizadoras portátiles para garantizar el riego.

Los colegios de Los Campitos y Todoque, donde estudiaban más de 50 niños, han desaparecido. La lava también ha alcanzado un centro de salud y tres parques municipales.

Muchos otros elementos urbanísticos elevarán el coste del desastre. Por ejemplo, sabemos que han desaparecido unas 203 farolas.

La colada también ha engullido 630 palmeras, de las 24.000 que se contabilizan en la isla.

La erupción ha sacado de sus casas a más de 6.000 personas. Unos 50 niños han visto desaparecer su colegio y cientos llevan semanas sin poder ir a clase. Muchos agricultores han perdido sus cultivos y otros los ven peligrar. La zona afectada concentra la mitad de las plataneras de la isla de La Palma y las pérdidas económicas podrían ser cientos de millones. El sector del turismo, que es un motor de la región y que empezaba a recuperarse tras la pandemia, también ha visto esfumarse muchas reservas hoteleras.

Francisco Gómez, de 86 años, se puede considerar “relativamente afortunado”. Ha conservado su casa en Tacande Alto, barrio alejado de la colada de lava. “Pero el volcán me ha jodido dos casas y un invernadero lleno de plátanos ahí abajo”, y señala hacia la montaña. “Es el trabajo de una vida, nací pobre y he perdido mucho”, explica en la puerta de su domicilio. “Me lo he trabajado todo y duele perder las cosas así”.

Pero los efectos de la catástrofe los sufren todos los isleños, en menor o mayor medida. Un ejemplo es la desaparición de carreteras, que obliga a los vecinos del sur a dar grandes rodeos. Los habitantes de Las Manchas tardan ahora unos 15 o 30 minutos más en llegar a la capital, Santa Cruz de la Palma, que antes de la erupción. Son estimaciones de David Mateo y Agustín Marrone, de la empresa KIDO, dedicada al análisis de movilidad. Esos mismos vecinos del sur necesitan recorrer media isla para ir a Los Llanos o El Paso, justo al otro lado de la brecha que causó el volcán. Lo que antes eran viajes de 10 minutos exigen ahora más de una hora de su tiempo.

Metodología y fuentes

Metodología. Para determinar los edificios alcanzados por la colada hemos usado la cartografía del área ocupada por la lava (tomada del programa Copernicus) y la geolocalización de cada inmueble según el Catastro. Esos edificios se encuentran en ciertas parcelas afectadas, y es de esos terrenos de los que tenemos valoraciones económicas. Nos las ha cedido la empresa Valmesa; salen de su servicio de valoración automática. Lo que llamamos inmuebles 'en riesgo' son aquellas parcelas que contienen edificios en zonas a las que podría llegar la colada, según una estimación probabilística de la Universidad de la Laguna.
Fuentes. La información de carreteras destruidas la ofrece Copernicus; los regadios son de Idecan; los cultivos y las palmeras son del portal de datos abiertos del Gobierno de Canarias; los servicios públicos y las farolas son del sistema de infraestructuras y equipamientos locales de Canarias, Unifica.


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