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MIDE, 15 años contando lo que cuenta

Desde su fundación y hasta los días de distanciamiento social y digitalización, el Museo Interactivo de Economía ha desarrollado una labor vital para la sociedad mexicana: despertar el interés por la economía

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Ricardo Pineda

Ubicado en la calle de Tacuba, número 17 esquina con Simón Bolívar, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, se encuentra uno de los tantos palacios pertenecientes el estilo barroco novohispánico de mediados del Siglo XVIII, el cual por muchos años fue el Antiguo Convento y hospital de los Betlemitas, orden eclesiástica que se dedicaba principalmente a asistir y ayudar a los más necesitados.

Quizás algo de ese sentido de apoyo, filantropía y cobijo que dieron sentido a sus salas y muros haya quedado impregnado en ese portento de palacio por años enteros, para que un 16 de julio de 2006, justo en medio de uno de los momentos de mayor complejidad económica y financiera en el mundo, el Museo Interactivo de Economía (MIDE) abriera sus puertas al público mexicano con una firme misión: que la sociedad mexicana pueda tener acceso a comprender algunos conceptos básicos de economía, finanzas y sostenibilidad, además de descubrir cómo estos conocimientos pueden funcionar como herramientas para mejorar el bienestar de las personas.

El equipo que conforma y articula uno de los museos más sui generis de la capital mexicana hoy se encuentra de manteles largos, al cumplir 15 años contra viento, marea, crisis financieras y pandemia incluidos, acercándonos de forma didáctica, amena y dinámica con esos temas y conceptos vitales que no siempre resultan atractivos o fáciles de comprender.

Para Silvia Singer Sochet, directora general del MIDE, el principal desafío y satisfacción simultánea de formar parte de una iniciativa de cuño moderno y dinámico como la que encabeza, es “haber llegado y tenido éxito en una ciudad en donde habiendo tantos museos que son buenas alternativas para el uso del tiempo libre, la población eligiera venir al MIDE, el que las escuelas nos prefirieran, pero no solo como un espacio de ocio para niños de educación básica, sino como un espacio interesante para jóvenes de entre 15 y 25 años, que constituyen el 85% de los visitantes, convirtiéndonos en visita obligada para los primeros años de estudios profesionales de muchas carreras”.

Al cierre de 2020, desde la apertura de sus puertas el MIDE ha recibido casi tres millones de visitantes registrados, siendo a su vez un ejemplo de diseño y operación de excelencia en el país, lo cual le ha granjeado cerca de 20 premios y reconocimientos nacionales e internacionales, además de dar vida a un espacio en donde es deseable trabajar y en donde existe la posibilidad de ser parte de una comunidad de aprendizaje.

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“Como museo no pretendemos enseñar de la forma en que lo haría una escuela, nuestro propósito es incitar el interés por saber nuevos temas”: Silvia Singer Sochet, directora general del MIDE.

Con el reto cada vez mayor de mantener su prestigio y vitalidad que hoy lo caracteriza, el MIDE tiene además la enmienda de actualizar, explorar y refrescar desde la novedad, el asombro y el expertise su misión principal, que es la de conocer cómo funciona nuestro mundo desde tres perspectivas: la economía, las finanzas y la sostenibilidad. Tal es así que en septiembre de 2020, el museo reabrió temporalmente sus puertas para dar a conocer a sus visitantes los efectos de la pandemia.

Una nueva ecuación del conocimiento

Desde su llegada hace 15 años, el MIDE ha contado a distintos niveles una historia de alto valor al mundo, ya que además de ser el primer museo de economía a nivel global, ha inspirado un imparable dinamismo que hoy se traduce en la creación de más de 20 espacios museísticos en diferentes países y continentes, muchos de ellos asesorados por el mismo MIDE y otros totalmente influidos por su modelo museológico, siendo el MIDE el más grande de todos y el que ha congregado más visitantes a la fecha, siendo parte de una comunidad que fomenta el diálogo profesional y el intercambio de experiencias a nivel global.

No obstante, este éxito y prestigio no han estado exentos de reformulaciones y un arduo trabajo dentro y fuera de los linderos museísticos, toda vez que el equipo del MIDE ha tenido que seguir de cerca a su cambiante público, así como sus hábitos y espacios en los que se desenvuelve. Su directora recuerda los primeros días y cómo ha evolucionado la forma de trabajo en función de sus visitantes:

“En 2006 aparece Facebook y es hasta 2008 que surge en español, sin embargo, entre nuestras muchas estrategias innovadoras estaba el diálogo ‘público-privado’ que proponemos en todos los pisos del museo, estaba la construcción de contenido desde las experiencias propias de los visitantes y la solución de los juegos, más que en las computadoras, a través del diálogo entre las personas. Un modelo en donde la tecnología facilita la interacción entre el público y no con las computadoras mismas. Esto ha sido profundamente innovador en el mundo de los museos interactivos y ha sobrevivido a la llegada de las redes sociales, sin embargo el público ha cambiado de manera profunda. Pensemos tan solo que el primer visitante al museo que tuviera en ese entonces 15 años hoy tiene 30 y es seguramente madre o padre de familia”, reflexiona Silvia Singer Sochet.

El día que nos sintamos capaces de entender de ciencia y economía seremos libres de tomar mejores decisiones acerca de nuestra vida cotidiana y podremos alcanzar la movilidad social y un mejor bienestar”

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De frente a un presente y futuro en donde la virtualidad, el distanciamiento social y la cada vez más inminente digitalización en todos los ámbitos de la vida socioeconómica conforman el panorama habitual, el MIDE ostenta una responsabilidad mayúscula de fungir como un puente de comprensión, pensamiento crítico y asertivo al respecto. Y aunque su directora reconoce que hoy en día los profesionales de museos aún no sabemos qué es un museo digital, esta es una discusión profunda que se está llevando a cabo justo ahora.

“Es por ello que el MIDE apuesta por llevar sus contenidos hasta tantas personas como sea posible y así lograr un gran impacto. Pero la competencia es terrible: demasiada información, parte de ella falsa, saturación del tiempo de uso de las redes y sobre todo el entretenimiento de poca demanda intelectual. Pero seamos honestos, este tipo de barreras han sido siempre el reto del museo, así que seguiremos trabajando por lograr una oferta de calidad en las redes sociales”.

Respecto a temas como la criptoeconomía, el llamado ecosistema financiero touchless y cashless, así como las soluciones digitales del mundo contemporáneo, Silvia Singer Sochet confía que una de las herramientas son la información verificable y de máxima calidad, así como aprovechar los nuevos vehículos para entregar las ideas a la mayoría de los públicos posibles y de ninguna manera a los más equipados “intelectualmente”.

La directora del MIDE enfatiza que el museo busca ser una institución verdaderamente incluyente independientemente del género, nivel educativo o procedencia de sus visitantes. “Esperamos cumplir con la promesa de que el MIDE es para todos y, en la medida de lo posible, acerca de todo. Porque la economía y la sostenibilidad están en todos los aspectos de nuestra vida cotidiana”, concluye.

Sobre la firma

Ricardo Pineda
Es branded content analyst para El PAÍS México. Periodista, locutor y especialista en contenidos y estrategias digitales. Trabajó en Forbes México, El Financiero, Radio UNAM e Infosel Financiero. Ha colaborado también como columnista sobre temas culturales en diversos medios locales. Es egresado de la UNAM y actualmente vive en Ciudad de México.

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