Pueblos que mueren, pueblos que renacen
Mientras Yebes (Guadalajara) ha cuadruplicado su población desde 2009, San Fulgencio (Alicante) es el pueblo que más habitantes ha perdido. Este es el relato de ambas caras del cambio demográfico en España
En la última década, el 76% de los municipios españoles ha perdido habitantes, pero en total la población española ha crecido en 326.000 personas. Esto ha ocurrido porque se vacían los pueblos y crecen las ciudades, que es donde vive la mayoría: más de dos de cada tres habitantes se concentra en el 1% de la superficie. Aunque en España hay 8.108 municipios, la mitad de la población vive en los 108 más grandes.
Ocho de cada diez pueblos de menos de mil habitantes han perdido población. De los que tienen entre 1.000 y 10.000, el 65% tiene menos vecinos que en 2009. Uno de ellos es San Fulgencio, en Torrevieja, el que más población ha perdido (tenía 12.000 habitantes en 2009 y ahora no llega a 8.000). En el otro extremo, hay algunos municipios pequeños que sí han crecido. Es el caso de Yebes, en la provincia de Guadalajara, que ha multiplicado por cuatro su población en estos 10 años, pasando de tener menos de 1.000 vecinos a superar los 3.700.
Los municipios que más crecen y
decrecen en la última década
Variación porcentual de la población en los
municipios de más de 1.000 habitantes
−50%
0
+100%
Los que más población pierden
Variación
2009-2019
Habitantes
en 2019
San Fulgencio
7.855
−35%
Arbo
2.580
−33%
Algorfa
2.935
−32%
Algarinejo
2.520
−32%
Avión
1.795
−31%
Castrelo de Miño
1.349
−30%
Canillas de Aceituno
1.677
−28%
Ibias
1.251
−27%
Sarreaus
1.162
−27%
Pinos Puente
9.930
−26%
Padrenda
1.748
−26%
San Miguel de Salinas
6.034
−26%
Benalúa de las Villas
1.066
−26%
Los Gallardos
2.794
−26%
Rairiz de Veiga
1.266
−25%
Los que más población ganan
Yebes
+341%
3.791
Aldeanueva de la Vera
+286%
2.066
Garafía
+140%
1.667
Arroyomolinos
+117%
32.193
Valle de Egüés
+96%
21.128
Castellanos de Moriscos
+88%
2.677
Benahavís
+85%
8.085
Paracuellos de Jarama
+76%
25.269
Cuarte de Huerva
+73%
13.303
Arroyo de la Encomienda
+72%
20.179
Torrecampo
+69%
1.059
Liétor
+69%
1..175
Villamantilla
+68%
1.441
Berrioplano
+67%
7.256
Aldeamayor de San Martín
+67%
5.524
Fuente: INE.
EL PAÍS
Los municipios que más crecen y
decrecen en la última década
Variación porcentual de la población en los municipios
de más de 1.000 habitantes
−50%
0
+100%
Los que más población pierden
Variación
2009-2019
Habitantes
en 2019
San Fulgencio
7.855
−35%
Arbo
2.580
−33%
Algorfa
2.935
−32%
Algarinejo
2.520
−32%
Avión
1.795
−31%
Castrelo de Miño
1.349
−30%
Canillas de Aceituno
1.677
−28%
Ibias
1.251
−27%
Sarreaus
1.162
−27%
Pinos Puente
9.930
−26%
Padrenda
1.748
−26%
San Miguel de Salinas
6.034
−26%
Benalúa de las Villas
1.066
−26%
Los Gallardos
2.794
−26%
Rairiz de Veiga
1.266
−25%
Los que más población ganan
Yebes
3.791
+341%
Aldeanueva de la Vera
2.066
+286%
Garafía
1.667
+140%
Arroyomolinos
32.193
+117%
Valle de Egüés
21.128
+96%
Castellanos de Moriscos
2.677
+88%
Benahavís
8.085
+85%
Paracuellos de Jarama
25.269
+76%
Cuarte de Huerva
13.303
+73%
Arroyo de la Encomienda
20.179
+72%
Torrecampo
1.059
+69%
Liétor
1..175
+69%
Villamantilla
1.441
+68%
Berrioplano
7.256
+67%
Aldeamayor de San Martín
5.524
+67%
Fuente: INE.
EL PAÍS
Los 15 municipios que más crecen y decrecen en la última década
Variación porcentual de la población en los
municipios de más de 1.000 habitantes
−50%
0
+100%
Los que más población pierden
Los que más población ganan
Variación
2009-2019
Variación
2009-2019
Habitantes
en 2019
Habitantes
en 2019
Yebes
San Fulgencio
3.791
+341%
7.855
−35%
Aldeanueva de la Vera
Arbo
2.066
+286%
2.580
−33%
Garafía
Algorfa
1.667
+140%
2.935
−32%
Arroyomolinos
Algarinejo
32.193
+117%
2.520
−32%
Valle de Egüés
Avión
21.128
+96%
1.795
−31%
Castellanos de Moriscos
Castrelo de Miño
2.677
+88%
1.349
−30%
Benahavís
Canillas de Aceituno
8.085
+85%
1.677
−28%
Paracuellos de Jarama
Ibias
25.269
+76%
1.251
−27%
Cuarte de Huerva
Sarreaus
13.303
+73%
1.162
−27%
Arroyo de la Encomienda
Pinos Puente
20.179
+72%
9.930
−26%
Torrecampo
Padrenda
1.059
+69%
1.748
−26%
Liétor
San Miguel de Salinas
1..175
+69%
6.034
−26%
Villamantilla
Benalúa de las Villas
1.441
+68%
1.066
−26%
Berrioplano
Los Gallardos
7.256
+67%
2.794
−26%
Aldeamayor de San Martín
Rairiz de Veiga
5.524
+67%
1.266
−25%
Fuente: INE.
EL PAÍS
Yebes: hay vida después de la burbuja
"Es el mejor sitio para criar a los hijos"
En una ciudad pensada para 30.000 personas solo hace falta un taxista. “Hasta ahora no se necesitaban más”, dice Miguel con los ojos clavados en el retrovisor. La constante llegada de nuevos vecinos ha permitido ampliar su negocio. Y ahora también ha comprado varias licencias de vehículos de transporte concertado (VTC, como Cabify o Uber) para satisfacer la demanda. Yebes es el municipio que más ha crecido en población en la última década, según los datos del padrón del Instituto Nacional de Estadística (INE), publicados la semana pasada. En 2009 los vecinos de esta localidad de Guadalajara no superaban el millar (859). Actualmente hay 3.791 personas empadronadas. Más del 300%.
El crecimiento de Yebes solo se explica a través de Valdeluz, el segundo núcleo urbano que compone el municipio situado a menos de 70 kilómetros de Madrid. Valdeluz fue el paradigma de la burbuja inmobiliaria en España: a finales de 2006 se empezaron a construir viviendas para 30.000 personas cuando la ciudad apenas contaba con 800. Las obras se paralizaron con la crisis y chalés valorados en 240.000 euros bajaron sus precios más del 60%. La cercanía a la capital y la rebaja de precios fueron el gancho para el perfil del nuevo yebero: familias jóvenes que trabajan en Madrid y el Corredor del Henares. El alcalde, Miguel Cócera (PSOE), asegura que es una tendencia “al alza”. “El siguiente paso", dice, "es hacer atractiva la ciudad también a empresas”.
Las pocas personas que se animan a pasear a cinco grados son mujeres embarazadas o con carritos y niños en bicicletas. Caminan por la “gran manzana”, como le dicen con cariño los vecinos, entre parcelas vacías y edificios sin acabar. Modestos negocios se hacen hueco entre locales con carteles de “se alquila”. Una farmacia, una frutería, un local de comida preparada… “Estamos creciendo para que sigan llegando familias”, repiten los lugareños. Yebes rompe el esquema de ciudad de interior con población envejecida: el 61% de los empadronados tienen menos de 40 años, según el INE.
Cerca de la calle María Moliner, que hace unos años recibía el nombre de la esposa del promotor inmobiliario encargado de la macroedificación, una mujer espera a que llegue el autobús. En la marquesina se lee: “Tu tarjeta aquí vale mucho”. El Ayuntamiento lleva meses tratando de incrementar el número de tarjetas sanitarias en el pueblo. Casi un tercio de los empadronados se beneficia de la sanidad pública de otra localidad. “Hasta que no seamos al menos 5.000 tarjetas sanitarias, será imposible crear un centro de salud aquí”, lamenta el alcalde cuyo municipio cuenta con dos consultorios sanitarios y el servicio de urgencias de Horche, localidad situada entre ambos núcleos yeberos.
“Ni ciudad fantasma ni nada”, reclama Jesús Lema en el bar Capri, uno de los dos del pueblo. Lema y su mujer, Sonsoles Galán, son vecinos “de toda la vida” y critican la etiqueta que ha acompañado todos estos años a Valdeluz. Presumen de que en su municipio hay talleres, cursos, oferta cultural... Ellos mismos forman parte de un grupo de 10 voluntarios responsables del ropero social gratuito. “Vivir aquí tiene muchos beneficios. Y desde que tenemos el colegio público más”, cuenta Rosi Pérez, otra vecina, sacando pecho.
Hasta el 2017, Yebes-Valdeluz cargó también con el título de ser la localidad más grande del país sin centro educativo público. El centro lleva tres cursos activo, el primer curso tenía 183 alumnos; actualmente hay 393. “De enero de 2019 al de este año se han incorporado más de 100 niños nuevos”, explica Santiago Nova, director del colegio público Jocelyn Bell.
“Nos dijeron que los pisos estaban bien y la verdad es que es el mejor sitio para criar a los hijos”, dice en la biblioteca municipal, Beatriz Ospina, colombiana de 39 años, que se mudó hace cuatro años con una hija y su pareja. Aquí ha tenido otra. “Este para Lucas, este para Adri… Os podéis llevar hasta cuatro libros”, dice Álvaro Pérez, encargado de la biblioteca municipal sita en una antigua cantina para los obreros de la burbuja. Saluda a algunos en inglés, a otros les choca los cinco. “Hacemos de este espacio el auditorio que aún no tenemos”, cuenta el bibliotecario mientras coloca con mimo los libros en la colorida estantería. En este espacio, que mantiene la estructura de un container, se organizan talleres literarios, cursos de inglés, exposiciones, representaciones musicales… Es una buena metáfora de lo que es Valdeluz: un espacio que se recicla sobre los esqueletos de la burbuja.
San Fulgencio se vacía a la sombra del Brexit
"Nadie sabe lo que va a pasar, aunque la mayoría queremos quedarnos"
En la Plaza de la Constitución, centro neurálgico del municipio de San Fulgencio (Alicante), no suena más que el rumor de una fuente. Uno, dos, cinco minutos sin que nada ni nadie interrumpa el sonido del agua. La iglesia de Nuestra Señora del Remedio está cerrada; solo oficia misas por la tarde. Cruza una señora con un carrito de la compra. La vida de San Fulgencio parece detenida en el tiempo. Es el pueblo de España que más habitantes ha perdido en la última década, un 35% de la población.
Javier es uno de los cerca de 7.900 vecinos que constan en el padrón. En 2009 eran unos 12.000. “En el casco urbano, solo queda gente mayor, que se va muriendo”, sostiene, mientras almuerza en el único bar de la zona. “Esta es la calle Manresa, la principal”, señala, “y basta ver la inmensa cantidad de casa vacías que hay”. Él trabaja en una empresa de limpieza de colegios, pero la mayor parte de sus paisanos, sobre todo los mayores, se dedican a la agricultura. Los jóvenes se marchan fuera. “El pueblo se está vaciando y se nota, claro que se nota”, lamenta.
Unos metros más abajo, Josefina y Maruja, sanfulgentinas de toda la vida, están a punto de llegar a casa. La hija de Josefina vive en Holanda. “Los jóvenes no quieren trabajar en el campo y, además, se van a vivir en pueblos donde la vivienda es más barata”, cuenta Maruja.
Los vecinos apuntan a otro colectivo como causante de la sangría de población: “Los ingleses”. Según los datos del INE de 2018, son más del 50% de los residentes en San Fulgencio, donde los españoles no llegan ni al 30% del padrón. “Desde que empezó el Brexit”, dice Josefina, “se están yendo, porque se ve que España ya no les resulta tan asequible”. “Primero nos invadieron, y ahora se van”.
El alcalde, José Sempere Ballester (PSOE), lo corrobora. Los jóvenes prefieren vivir en Daya Nueva o Formentera del Segura, donde el metro cuadrado está “a 200 euros, frente a los 800 de San Fulgencio”. Y los británicos –“el primer aporte de personal” entre las décadas de los ochenta y noventa– “no han tenido relevo generacional”. El Brexit, dice, va a acabar de “machacar al pueblo”. Porque ni la agricultura ni la poca industria existente son los que dan de comer. La principal fuente de ingresos es el turismo. “Ofrecemos sol, tranquilidad y gastronomía”, señala Sempere, “pero tenemos el hándicap de que aquí no hay mar”. Tiene que luchar con las poderosas localidades costeras cercanas, Santa Pola, Guardamar o Torrevieja, aunque estas también se resientan de la pérdida de población.
El regidor se queja de que San Fulgencio no reciba tantas ayudas como debería. “Muchos extranjeros se resisten a empadronarse”. Si lo hicieran, la población crecería y recibirían más ingresos públicos con los que mejorar los servicios, instalar carriles bici o abrir una línea de autobuses que uniera el casco urbano con la Marina. Porque los extranjeros no viven en el pueblo, sino en la Marina. “Esto es muy aburrido”, asegura una familia británica que ha bajado al centro.
Sin embargo, el panorama invernal de la zona que ocupan los extranjeros también es desolador. La mayoría de adosados parecen cerrados o están en venta. Los pubs y supermercados en los que apenas se habla español funcionan al ralentí. Las instalaciones deportivas y parques son un desierto. Ursula, una londinense que lleva 50 años en San Fulgencio ha ido a comprar fish and chips a uno de los pocos restaurantes abiertos, The Chippy. “El problema no es el Brexit”, asegura, “porque no estamos seguros de lo que va a pasar”. “Lo que sucede es que los británicos no entienden la necesidad de empadronarse, necesitan más información”.
Sharon, también procedente de la capital inglesa, es la dueña del local. Y asiente. “Es verdad que por aquí no hay gente menor de 25 años”, relata, “y nadie sabe lo que va a pasar, aunque la mayoría queremos quedarnos”. A su juicio, sus compatriotas “no entienden que empadronarse traería beneficios al pueblo y más inversión”. Para justificarlo, subraya que en su negocio “no se ha notado” ninguna merma de clientela. “Este es un precioso país que ofrece una calidad de vida que no hay en Gran Bretaña”, asegura, “allí no se puede tomar un café tranquilamente al sol por la mañana”. “Si me preguntan, mi casa es la Marina”, zanja.
Así ha cambiado la población en España, por municipios y distritos
Los distritos del centro de las grandes ciudades pierden población, 31 provincias tienen menos habitantes y hay 285.000 niños menos que hace diez años: nuestro mapa interactivo permite navegar por un país más envejecido y más urbano.