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El Chicle rompe su silencio y asegura que la Guardia Civil “mintió”

La defensa vuelve a sembrar la duda sobre la brida que estranguló a Diana Quer para anular la prisión permanente de José Enrique Abuín Gey

Juan Carlos Quer, en la vista de apelación contra la sentencia que condenó a El Chicle, este martes en A Coruña. En vídeo, el comienzo de la vista oral del juicio.Vídeo: Pool Efe | Atlas
Santiago de Compostela -

Si en la última sesión del juicio por el asesinato de la joven madrileña Diana Quer el acusado solo abrió la boca para pedir perdón a la familia, seis meses después, al concluir en A Coruña la vista de apelación en la que su abogada ha tratado de desmontar el proceso que lo condenó a prisión permanente revisable, El Chicle sí ha querido hablar. Y lo ha hecho para asegurar que la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil “mintió”. En su turno, su letrada también ha defendido que el proceso es “nulo” porque desde el principio se basó en la “presunción de culpabilidad” y ha puesto en duda la autenticidad de la prueba principal: la brida de plástico negro con la que un tribunal popular según ella condicionado por una “insoportable” presión mediática concluyó que había sido estrangulada la víctima.

“El abogado de la parte acusatoria, de los padres de Diana Quer, dice que mi abogada trata de confundir al decir que los de la UCO no han sido objetivos”, ha expuesto con su habitual precisión el autor confeso de la muerte de la muchacha de 18 años que falleció en la madrugada del 22 de agosto de 2016, cuando veraneaba con su madre y su hermana en A Pobra do Caramiñal (A Coruña). “Hay una cosa en la que se puede demostrar que han mentido”, ha expuesto durante el alegato final. “Me pidieron los dos coches y se los cedí voluntariamente", ha relatado José Enrique Abuín. “Los revisaron y en el maletero [donde se concluyó que transportó a Diana para luego agredirla sexualmente y asesinarla] no encontraron nada. Pero cortaron un trozo de tela por un ADN” que no tenía “nada que ver”.

El hombre que en diciembre fue sentenciado a la pena máxima asegura que los investigadores “mintieron” en este y en otros aspectos del caso, al concluir, por ejemplo, que aquella noche él había salido a la caza de alguna joven y que no se encontraba robando gasoil en camiones de feriantes. El Chicle insiste en que sí robaba combustible para mantener viva la tesis de la defensa de que se sintió sorprendido por Diana y la mató sin querer cuando le echó las manos al cuello. Para ese robo, según él, llevaba cuatro grandes garrafas que ocupaban el maletero en el que, según la acusación, introdujo por la fuerza a la joven para después agredirla y estrangularla en una nave industrial abandonada del municipio de Rianxo. “Si como dice el abogado que Diana iba en mi coche [Alfa Romeo 166], en el maletero llevaba cuatro garrafas”, ha dicho. “Yo puedo sacar gasoil de un depósito de 300 litros y el camionero no se da ni cuenta”, ha asegurado el vecino de Rianxo (A Coruña) para justificar por qué los feriantes que declararon como testigos en el juicio dijeron que no habían notado que sus vehículos estuvieran forzados o les faltase combustible.

Además, Abuín ha apelado a otro caso por el que todavía no se ha celebrado el juicio, el de la supuesta violación de su cuñada, reabierto tras su implicación en el suceso de Diana Quer. “En la grabación donde declara mi exmujer ella confirma que su hermana le dijo que era mentira que yo la hubiera agredido”, se ha defendido ante el presidente de la sala en el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, Pablo Sande. “La UCO ha mentido. Cuando me detienen no es por Tania [el ataque a una mujer diferente, ya enjuiciado, en la Navidad de 2018], sino que me acusan directamente de la muerte y desaparición de Diana Quer, y eso no figura en ninguna parte”, ha dicho. “No oculté nada”, ha concluido el condenado a prisión permanente por el asesinato con alevosía, la agresión sexual y la detención ilegal de Diana Quer. “Nada más, muchas gracias”, se ha despedido justo antes de que Sande declarase “visto para sentencia” nuevamente el caso ya juzgado en primera instancia en la Audiencia Provincial en Santiago.

“Entiendo que el proceso es nulo, la sentencia es nula e injusta”, ha clamado en su intervención, la primera de esta mañana, María Fernanda Álvarez, la abogada de oficio de José Enrique Abuín Gey, alias El Chicle, en la vista de apelación celebrada en el TSXG a la que ha asistido el padre de la víctima, Juan Carlos Quer. La letrada, que ha recurrido la condena, ha desgranado todo lo que ella considera “irregularidades” de un caso en el que “la presunción de culpabilidad colonizó todo el proceso”. Y como punto clave, para desmontar la sentencia, la abogada se ha amarrado a la brida plástica, la que fue considerada el arma homicida, e igual que hizo en el juicio sembró dudas sobre la cadena de custodia, los análisis periciales y la autenticidad de la prueba.

La sesión ha sido retransmitida a los medios para evitar las concentraciones de público en las salas de los juzgados. Al igual que el fiscal superior de Galicia, Fernando Suanzes, la acusación particular, ejercida por Ricardo Pérez Lama en nombre de la familia de la víctima, ha pedido a los magistrados que confirmen íntegramente el fallo de la Audiencia Provincial, y ha reprochado a la defensa que intente imponer su tesis como la única posible, “desacreditando absolutamente” para ello “a todos los peritos y a todos los testigos”, además de al jurado popular. Para este letrado, la brida, y el fragmento de cabello de la joven, que apareció tanto dentro del círculo que formaba la correa como apresado en su cierre, es el “cimiento” de la acusación. Para Pérez Lama es la prueba que hace encajar todos los demás indicios y que demuestra que la muchacha, cuyo cadáver permaneció oculto en un pozo 496 días, fue estrangulada voluntariamente por El Chicle para que no contase todo aquello a lo que antes, en la sórdida nave del lugar de Asados, había sido sometida.

“El veredicto es impecable; la alevosía es de libro”, ha defendido Pérez Lama. “Hay demostración total y absoluta de cinco extremos", ha expuesto el abogado: "El acusado abordó a Diana” al final del paseo de A Pobra; “la estranguló con una brida”; “la desnudó íntegramente”, algo “absolutamente coherente con la perpetración de un delito contra la libertad sexual”. Además, “en la nave Diana estaba indefensa, sin móvil [había sido arrojado minutos antes al mar desde un viaducto] y sin posibilidad de escapar”. “Estaba sometida a la superioridad física del acusado”, que según las señales de telefonía permaneció en la fábrica al menos una hora y 22 minutos.

“No quiero ni pensar lo que sufrió esa niña en ese tiempo”, ha lamentado el abogado de la familia. “El jurado motivó brillantemente el veredicto, el reproche de contaminación mediática no puede prosperar”, ha pedido al tribunal que asistía a la vista, como el padre de la víctima, con la mascarilla puesta, en un escenario tan distinto al de hace seis meses, sin presencia de los medios de comunicación a causa de las restricciones de la pandemia. En su momento, “la defensa recusó a multitud de candidatos” al jurado popular y el juez lo aceptó, ha recordado Ricardo Pérez Lama.

“La motivación de un veredicto debe ser la convición firme de que los hechos sucedieron como dijeron las acusaciones”, ha defendido sin embargo Fernanda Álvarez. “Pero los jurados ni siquiera hacen referencia a las pruebas, y en la agresión sexual, dicen bien claro que no hay prueba de violación ni de intento de violación”. Según ella, la condena se basa en “hechos indeterminados”. “¿Es esto posible en un estado de derecho, en un asesinato?", se ha preguntado. La defensa ha vuelto a recordar en esta vista las diferentes dimensiones de la brida que recogían dos informes, desde las primeras fotografías y mediciones tras el levantamiento del cadáver hasta que el arma homicida fue analizada y troceada en el Instituto Nacional de Toxicología. “Esa brida fue manipulada”, ha afirmado la letrada, para las fotos “fue colocada en la nuca, cuando no apareció en la nuca” del cadáver, sino desprendida. “La tesis de la defensa” es la de que la muchacha murió por “daño neurológico masivo” que se produjo al apretar El Chicle con las manos la zona cervical que conecta con "el bulbo raquídeo”.

Para la abogada de El Chicle, la desnudez de la víctima no demuestra la agresión sexual que el análisis forense del cadáver tampoco pudo hallar. La “versión razonable, factible y verosímil", ha afirmado Álvarez, es la de que Abuín desnudó el cuerpo para que no quedasen vestigios de su ADN. Únicamente una prenda de vestir apareció en el fondo del pozo de agua dulce situado en el sótano de la nave: la braga de la chica. Y esta “solo tenía ADN de Diana”.

Según la defensa, en el juicio no quedó demostrado que José Enrique Abuín acechase a la joven cuando regresaba a su chalé tras la última noche de fiestas patronales de A Pobra. Y los forenses no pueden afirmar que la joven fuera aturdida y amordazada antes de ser introducida en el maletero y trasladada a Rianxo. “Ah, es que el jurado dijo que le parecía razonable... Es otra suposición”, ha criticado: “Se supone por la presunción de culpabilidad”. “Se condenó al Chicle a prisión permanente revisable en base a suposiciones y en un proceso poco limpio", ha resumido la abogada, “que se infectó por el prejuicio de que violó a Diana”.


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