Viento a favor en Teruel
La construcción de 38 molinos eólicos dispara la actividad de Muniesa, un municipio de 600 habitantes de la antigua cuenca minera turolense, que busca un hueco también como punto privilegiado para la observación de estrellas
Existen pocos lugares para contemplar las estrellas como Muniesa. De noche, la cúpula de este municipio de la cuenca minera turolense, de unos 600 habitantes, aparece oscura y libre de polución y las estrellas brillan. Bajando la vista hacia la tierra, destacan también otros objetos blancos. Son molinos de viento, 38 aerogeneradores de energía eólica. Forman parte del parque de energía renovable que Endesa está ultimando en el pueblo y en las cercanas localidades de Farlán y San Pedro de Alacón. Una obra que ha estimulado la economía local, donde tradicionalmente convive la ganadería de ovejas con el cultivo de cereales, almendros y pistachos.
"Los molinos ya están puestos. Lo que están haciendo es cablear. Es la última fase de la construcción. No me lo creía, pero llegó. Ya tienes ahí el nuevo skyline de Muniesa", explica José Luis Iranzo, alcalde del lugar por el PP, recién reelegido a sus 55 años en las últimas municipales. "La obra civil está casi terminada. Queda trabajar dentro de los aerogeneradores para ultimarlos y que cuando los conectemos a la red funcionen correctamente", apunta Lorenzo Gutiérrez, responsable del proyecto de Endesa sobre el terreno.
Los datos de la energía eólica
- Los parques de renovables de Muniesa, Farlán y San Pedro de Alacón tendrán una capacidad de 128 megavatios (mw).
- Los 38 aerogeneradores previstos estarán en servicio a finales de 2019 y han supuesto una inversión superior a los 128 millones de euros.
- Cuando estén plenamente operativos, tendrán capacidad para generar 412 gigavatios hora (GWh) por año, el equivalente al consumo anual de más de 100.000 familias.
- La energía generada evitará la emisión a la atmosfera de 270.000 toneladas de CO2.
- 616 personas trabajan en el proyecto, entre empleos directos e indirectos.
- Un total de 550.000 euros se destinarán a planes de creación de valor para la comunidad: sistemas de iluminación eficiente en alumbrado y edificios públicos, y un proyecto de bombeo de agua mediante energía fotovoltaica.
La instalación de los molinos ha agitado el tranquilo ecosistema de Muniesa. Trabajadores locales y de otras zonas de la comarca, pero también de lugares más lejanos como Almería, vienen a diario a rematar las tareas restantes. "Empleamos a unas 100 personas para ejecución de obra civil, excavaciones, control de acceso y servicios auxiliares, entre otras labores", explica Gutiérrez. 14 son de Muniesa, 21 acuden desde municipios cercanos y, considerando los empleos indirectos creados, la cifra se eleva a 616, según datos de Endesa.
Como en cualquier intervención de este calibre, los habitantes que han alquilado sus terrenos durante la obra han sido informados de los impactos paisajísticos. "Hemos consensuado con los vecinos el desarrollo del proyecto para no alterar su actividad, respetando los acuerdos con ellos. La relación ha sido buena", hace balance Gutiérrez.
Esta situación de ajetreo laboral ha repercutido en el único alojamiento de Muniesa. Desde que comenzó la obra en septiembre del año pasado, el hostal Rosa Mari sirve unas 150 comidas al día, el triple de lo habitual. Lo regenta desde hace años Manuel Torralba, dueño junto a su hermano del negocio. "Hemos pasado de trabajar de vez en cuando a tener las 16 habitaciones llenas. También hemos contratado a personal. Solíamos ser cuatro o cinco, hoy estamos nueve", detalla por teléfono Torralba. Se oye bullicio de fondo. "Tenemos trabajo todo el año. Esta época es un extra que te salva la temporadilla".
"Aparte del hostal, hay gente que ha alquilado su casa a los trabajadores que han llegado. Y se han llenado todas", refrenda el alcalde Iranzo. La ocupación ha paliado la merma de población en Muniesa. "No queda mucha gente joven. Estudian fuera, en ciudades como Zaragoza o Valencia", continúa el regidor. "Lo suyo sería que la gente que contraten para el futuro mantenimiento se quedara a vivir en el pueblo. Sería una gran ventaja".
Un alumbrado sostenible
Las luces de Muniesa serán pronto led. Una condición necesaria para que el pueblo reciba la certificación de la Fundación Starlight que garantiza ciertas condiciones lumínicas para explotar el llamado turismo de estrellas. "Estamos en la tercera fase del cambio de alumbrado, promovida por Endesa, con la que nos adecuaremos a las condiciones del programa", explica Iranzo. La instalación será un nuevo paso en la transición verde del municipio y una oportunidad de empleo adicional a la de la construcción del parque eólico.
Aparte de su cielo estrellado y su atractivo rural, Muniesa despliega hoy otros encantos. Su torre mudéjar, patrimonio de la UNESCO y la única octogonal existente de esas características, es el orgullo del pueblo. "En los alrededores, un poco más escondidos, tenemos oasis dignos de ver. Aquí se come bien, el ternasco de Teruel es delicioso, el mejor del mundo. Y la gente es agradable. Cada uno defiende lo suyo", cierra Iranzo.