Otra vecina de Pistorius relata una hora de gritos y pelea antes de los disparos
Las peleas irritaron a la mujer porque no la dejaban coger el sueño Después oyó un llanto y el marido dijo que "era de Oscar"
Otra vecina de Oscar Pistorius desmontó hoy martes la versión del paralímpico sudafricano durante la madrugada en que murió su novia, la modelo Reeva Steenkamp. La testigo explicó a preguntas del fiscal que poco antes de las dos de la madrugada le despertó una discusión entre dos personas que duró “aproximadamente una hora”.
Esta es la segunda testigo que declara en el juicio que se sigue en los juzgados de Pretoria en contra de Pistorius, acusado del asesinato premeditado de Steenkamp, aunque él siempre ha mantenido que disparó contra ella al confundirla con un ladrón que habría entrado en el apartamento.
Sin embargo, Estelle Van der Merwe, que vive a 98 metros en diagonal del velocista doblemente amputado, afirmó a preguntas del fiscal que los gritos de una discusión la pusieron en alerta a las 1.56 horas de la madrugada. Hubo, dice, una hora de peleas y gritos que la “irritaron” porque le impedían coger otra vez el sueño.
Aproximadamente al cabo de ese tiempo, escuchó “cuatro sonidos” que ayudada por el fiscal ha aceptado que podrían resumirse en “bang, bang, bang, bang”, la misma onomatopeya que utilizó ayer lunes Michelle Burger, la primera vecina en subir al estrado. “Después oí a alguien llorar y le pregunté a mi marido quién lloraba así y me dijo que era Oscar”, relató la testigo. “A mí me parecía una voz de mujer”, matizó en su respuesta.
El testimonio encaja con la secuencia de tiempo que relató Burger, que reside más alejada de la casa de Pistorius, a 177 metros. Según su testimonio, los cuatro tiros que terminaron con la vida de la modelo detonaron hacia las tres de la madrugada, poco después de que los “dramáticos gritos de una mujer” la despertaran y le “helaran la sangre”.
Burger tuvo en la sesión de esta mañana una segunda ronda de interrogatorio del abogado de la defensa, Barry Roux, que siguió con su guión de desacreditar a la testigo, de la que dijo había declarado bajo la influencia del testimonio de su marido, también presente aquella madrugada y que subirá al estrado para ser interrogado, y de las noticias que leyó sobre el caso. El matrimonio no acudió a la policía hasta después de que Pistorius explicara su versión en la vistilla por la fianza, una semana después de los hechos, por lo que podrían estar contaminados por los detalles publicados, insistió el letrado.
Sin embargo, Burger se mantuvo en la defensa de sus vivencias. “Explico lo que vi lo mejor que puedo”, dijo una y otra vez ante el interrogatorio agresivo de Roux, a quien la juez incluso le llegó a advertir de que estaba "abusando de este punto”.
Roux cuestionó de nuevo que Burger se reafirme en que aquella madrugada escuchó junto a los gritos “de miedo que le petrificaban” de una mujer, los de un hombre pidiendo auxilio. “¿Cómo explica que un hombre que dice que mató a su novia pida ayuda?, le preguntó a la testigo, a lo que la vecina le respondió: “Yo no estaba allí, habría que preguntárselo al señor Pistorius, a lo mejor estaba burlándose”.
Además, el letrado también puso en entredicho su testimonio de que esa mujer en apuros habría continuado gritando tras el primer disparo ya que, apuntó, “Reeva habría caído tras el primer tiro que le dio en la mano con la que se tapaba la cabeza” y le habría impactado en el cerebro.
Otra vez la mujer le respondió lo mismo: “Yo explico lo que escuché, no estaba allí para verlo”.
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