Hacia los códigos de buenas prácticas científicas
El maltrato de investigadores, el fraude y el conflicto de intereses son algunos de los problemas identificados en un documento elaborado por el Comité de Bioética
Temas como el reconocimiento del trabajo de un investigador cuando se publican resultados o los casos de fraude o plagio científico se incluyen en el documento aprobado por el Comité de Bioética para promover las buenas prácticas científicas en todos los estamentos y ámbitos implicados en la investigación. Según sus autores, no basta con reconocer que algunos investigadores pueden no actuar con la suficiente integridad que su trabajo requiere sino que es necesario instrumentar códigos que propicien el comportamiento más responsable posible en el ejercicio de la investigación científica. Además, se recomienda la creación de un órgano de arbitraje de carácter independiente ante el que se puedan presentar los conflictos y que promueva la defensa de las prácticas científicas adecuadas.
El informe del comité que preside Victoria Camps hace, en cumplimiento de la Ley de Investigación Biomédica, recomendaciones con la voluntad de que las administraciones públicas españolas instrumenten el establecimiento de Códigos de Buenas Prácticas Científicas. España es uno de los pocos países europeos que carecen de una reglamentación específica de este tema, aunque algunas instituciones disponen de códigos propios y en algunos programas de formación se incluye su enseñanza.
La evolución del sistema ciencia-tecnología-innovación en todo el mundo plantea nuevos desafíos y responsabilidades, tanto para el personal científico como para los organismos e instituciones que planifican y gestionan la investigación o que asignan los recursos que la hacen posible, señala el comité. Tres de sus miembros -Carlos Alonso Bedate, Jordi Camí y César Nombela- han comentado algunos de los problemas que se plantean, como el conflicto de intereses, la falta de tradición en torno a este tema en España, la necesidad de autorregulación para evitar una excesiva regulación externa o la diferencia entre las buenas prácticas científicas y las consideraciones éticas o morales relacionadas con la ciencia.
Se da la circunstancia de que el anteproyecto de Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, que hoy ha aprobado el Consejo de Ministros, prevé la creación del Comité Español de Ética de la Investigación, un órgano que se ocupará de la ética profesional en este ámbito y de los conflictos de intereses entre las actividades públicas y privadas, con el objetivo de establecer los principios generales para elaborar códigos de buenas prácticas en la investigación.
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