El Gobierno calienta motores para la lucha contra la discriminación
El Gabinete presentará antes de agosto el proyecto de ley de igualdad de trato
La discriminación tiene muchas caras. También un hombre, blanco, occidental y heterosexual puede sufrirla. Por gordo, por padecer sida, por ser joven, mayor... El Gobierno calienta motores para la lucha contra la discriminación en sus múltiples formas, una batalla que formalizará antes de agosto, cuando presente lo que denomina el proyecto de ley de igualdad de trato y no discriminación. Una ley que, según el vicepresidente de la Fundación Ideas (vinculada al PSOE), Jesús Caldera, debe "prohibir el uso del criterio racial en la identificación de personas", es decir, prohibir expresamente la práctica, excepcional según el ex ministro, de pedir la documentación en función del color de la piel.
Pedro Zerolo, secretario federal del PSOE de Movimientos Sociales y Relaciones con las ONG, ha adelantado que la futura ley creará una fiscalía específica para luchar contra la discriminación y, si la crisis económica lo permite, un organismo que desarrolle e implante la norma. Estos serán los encargados de analizar la situación y proponer, si procede, medidas concretas. Zerolo insiste en que "no es una ley para minorías, sino para la mayoría" porque cualquiera puede ser discriminado.
La Fundación Ideas ha elaborado un informe que traza el marco general de la nueva política. Sostienen sus autores que no existe un déficit legislativo para castigar conductas discriminatorias sino un déficit de aplicación. Aunque a largo plazo, Ideas querría que la lucha contra la discriminación tradicional (por sexo, etnia o raza, religión o convicciones, edad, discapacidad y orientación o identidad sexual) se ampliara a la discriminación por enfermedad, transexualidad, origen nacional, patrimonio, características genéticas, lengua, apariencia física o por vivir en la calle.
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