El portavoz vaticano afirma que "la seguridad del Papa no se puede blindar al cien por cien"
La mujer que hizo caer ayer a Benedicto XVI sufre problemas psíquicos y ya lo intentó el año pasado.- Susanna Maiolo, de 25 años, ha sido ingresada en un centro médico.- Benedicto XVI llama a acoger a los inmigrantes en el Mensaje de Navidad
La mujer que hizo caer al Papa ayer durante la Misa del Gallo en la basílica de San Pedro del Vaticano ha sido identificada como Susanna Maiolo, de 25 años y nacionalidad italo-suiza. Padece problemas mentales y ya intentó saltar la valla y zarandear al Pontífice el año pasado durante la misma ceremonia, según han informado fuentes del Vaticano. Benedicto XVI está "bien" y ha pronunciado hoy el Mensaje de Navidad, en el que ha impartido la bendición Urbi et Orbi. Maiolo ha sido ingresada en un centro médico debido a que sufre problemas mentales, ha asegurado el portavoz vaticano, Federico Lombardi. El incidente ha vuelto a poner sobre la mesa el tema de la seguridad del Pontífice. Lombardi ha tratado de minimizar lo ocurrido al señalar que "la seguridad de Benedicto XVI no se puede blindar al cien por cien si no es creando una muralla de separación entre el Pontífice y los fieles". "Y eso es algo impensable", conociendo el deseo del Papa de acercarse a las personas, ha destacado el portavoz vaticano.
Las fuerzas de seguridad vaticanas, aunque actúen rápido, no pueden evitar que se produzcan estos hechos, ha añadido. No obstante, ha reconocido que "de cada episodio se puede sacar alguna lección, así que se intensificará la seguridad pero esto lo decidirá quien corresponde". "Sin embargo, hay que abandonar la ilusión de que exista un riesgo cero", ha insistido.
El suceso se produce poco más de una semana después de que otro desequilibrado atacara al primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, golpeándole con una estatuilla.
El incidente de ayer ha traído a la memoria el ocurrido el 6 de junio de 2007 en la plaza de San Pedro del Vaticano, cuando un alemán de 27 años logró superar las vallas de protección e intentó subir al vehículo que trasladaba al Papa mientras éste realizaba el tradicional paseo entre los fieles antes de la audiencia general. Tras saltar la valla, el joven se arrojó sobre la parte posterior del vehículo, aunque fue reducido por los guardias de seguridad que acompañaban a pie al Pontífice. La escena duró escasos segundos y Benedicto XVI no se dio cuenta de lo que había ocurrido y continuó saludando a los presentes. Al igual que la mujer de ahora, el alemán también dio claras señales, según dijo en aquella ocasión Lombardi, de estar perturbado.
El ataque más grave contra un Papa fue el sufrido por Juan Pablo II el 13 de mayo de 1981 en la plaza de San Pedro del Vaticano cuando celebraba una audiencia pública y fue tiroteado por el terrorista turco Ali Agca.
Una caída aparatosa
Ayer, cuando el Papa, vestido de blanco y dorado, recorría el pasillo central de la basílica de San Pedro durante la celebración de la Misa del Gallo, presidiendo la procesión de cardenales y otros religiosos que se dirigían hacia el altar mayor, Maiolo, vestida igual que en 2008, con camisa roja y pantalón, saltó la valla y llegó hasta el Papa. Se agarró al palio (la estola blanca con cruces negras que pende de los hombros sobre el pecho) del Pontífice, que cayó al suelo en medio del desconcierto general. Benedicto XVI no resultó herido y se levantó inmediatamente. Ayudado por el personal del protocolo pontificio, prosiguió en procesión hasta el altar mayor para celebrar la Misa del Gallo. La mujer fue trasladada a las dependencias de la Gendarmería vaticana.
En el incidente también cayó al suelo el cardenal francés Roger Etchegaray, de 87 años, que formaba parte de la procesión, y que tuvo que ser hospitalizado en el Policlínico Gemelli de Roma. El purpurado tendrá que ser operado del fémur aunque no está grave, según ha señalado el portavoz vaticano.
Benedicto XVI, de 82 años, comenzó la tradicional Misa del Gallo en la basílica de San Pedro del Vaticano, la quinta de su pontificado, dos horas antes de la medianoche (hora local) -por primera vez en la historia reciente de la Iglesia Católica- para evitar que se fatigase demasiado.
En su tradicional mensaje de Navidad hoy en la plaza de San Pedro del Vaticano, Benedicto XVI ha llamado a "acoger" a los inmigrantes expulsados por el "hambre", la "intolerancia" y la "degradación" del medio ambiente. "Ante el éxodo de los que emigran de sus tierras y quienes son expulsados lejos por el hambre, por la intolerancia o por la degradación medioambiental, la Iglesia es una presencia que llama a la acogida", ha declarado Joseph Ratzinger desde el balcón de la basílica de San Pedro, recuperado de la caída de ayer. Ha añadido que la sociedad está "profundamente marcada por una grave crisis económica, y aún más moral, y por las dolorosas heridas de las guerras y los conflictos".
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