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Reportaje:

La carroñera más elegante

El quebrantahuesos europeo resiste a duras penas en la isla griega de Creta, la francesa Córcega y en especial en los Pirineos, donde reside el 80% de la población actual. La persecución directa, los venenos utilizados para otras especies y la destrucción de su hábitat le han puesto en peligro

Es la carroñera más elegante de nuestra fauna, tiene un ojo penetrante, con pupila negra, iris amarillo y anillo ocular rojo, y una bigotera a la que debe su nombre científico: Gypaetus barbatus. El popular, quebrantahuesos, le viene de otra curiosa característica, la de despeñar en vuelo huesos u osamentas de animales para luego digerirlos mejor. "Es un seductor", afirman científicos y conservacionistas españoles acostumbrados a trabajar en su protección.

Ninguna de todas estas peculiaridades sirvieron para que no entrara en la lista de especies en peligro de extinción de España y Europa. Sólo las poblaciones asiáticas y africanas lo mantienen alejado del máximo riesgo a escala mundial. Las europeas han ido cayendo en picado desde principios del siglo pasado, cuando se extendía por todas las montañas del sur del continente. En 1913 desapareció de los Alpes; en los años sesenta, de los Pirineos, y a mediados de los ochenta, de las sierras andaluzas. La persecución directa (había leyendas que le acusaban de despeñar a escaladores) e indirecta (venenos para el control de predadores) y la alteración del hábitat acabaron por borrar su silueta de las sierras.

Las islas de Creta (Grecia) y Córcega (Francia), pero especialmente los Pirineos (80% de la población europea), son los tres únicos puntos aislados donde resisten los últimos quebrantahuesos autóctonos de Europa occidental. Pero la situación es precaria en los dos primeros enclaves y engañosamente optimista en la cordillera pirenaica. "Tenemos un problema porque hay una clara saturación del hábitat y donde debería haber 20 parejas hay 40 y eso repercute en una reproducción insatisfactoria", resume Antoni Margalida, experto que asesora al Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino y a la Generalitat de Cataluña sobre la especie y forma parte del Grupo de Estudios y Protección del Quebrantahuesos.

Amenazas

Para colmo, las amenazas siguen ahí fuera. Lo apunta Margalida con los resultados de una novedosa técnica de marcaje con emisores satélite GPS que su grupo lleva a cabo en los Pirineos: de cinco adultos marcados, sólo dos siguen con vida. De los tres desaparecidos, uno murió envenenado y otro intoxicado por plomo.

Pero las fuerzas no flaquean a la hora de romper esta dinámica. Planes de recuperación en las comunidades autónomas con presencia de la especie y, a nivel nacional, la Estrategia para la Conservación del Quebrantahuesos intentan frenar la caída de las poblaciones. En Andalucía, aún sin ejemplares desde 1986, la aprobación del plan llevó aparejada la creación de un centro de cría de referencia en la sierra de Cazorla (Jaén) y un programa de reintroducción. En 2006 se liberaron los primeros jóvenes quebrantahuesos en dicha sierra. Previamente, diferentes estudios confirmaron la viabilidad de las sueltas, al haberse erradicado en gran medida las causas de la desaparición de la especie. Pero se demostró, como en los Pirineo, que esto era así a medias. Dos de las aves murieron envenenadas, y a otras dos se les encontró una alta cantidad de plomo en sus huesos. En la Fundación Gypaetus, continuadora del programa emprendido por la Consejería de Medio Ambiente andaluza, afirman que algo se ha conseguido cuando su labor de divulgación y sensibilización ha permitido que sean los mismos ciudadanos los que señalan a los culpables de estas atrocidades y los persiguen por vía judicial.

Aragón es otra comunidad autónoma que trabaja junto a la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ) en fortalecer las poblaciones de quebrantahuesos de los Pirineo y devolver la especie a otra de sus montañas antaño habitadas, los Picos de Europa. Según Gerardo Báguena, director de la FCQ, "se trataría casi más de un reforzamiento de la población, ya que hay ejemplares procedentes de otros puntos de España que se quedan en Picos hasta tres meses". Báguena pone fecha, junio de 2010, para la liberación del primer ejemplar en esa zona.

Cría con aislamiento humano

Una suelta que culmina la cría con aislamiento humano, un método que se realiza en el cen¬tro aragonés inaugurado en marzo de este año. "Rescatamos huevos de parejas en libertad que llevan años fracasando en su puesta y criamos a los pollos en un centro y posteriormente en jaulones en el medio natural, aportándoles una alimentación con señuelos que reproducen a adultos y que impiden que vean a las personas que los accionan", explica Báguena.

Durante tres días con sus noches, miembros de la fundación se relevan para alimentar y atender a los polluelos, sin que éstos sean concientes de "la mano que mece la cuna". Tantos desvelos, trabajos y esfuerzos se merecen que la muerte no natural de los quebrantahuesos pase definitivamente a la historia.

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