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El campo magnético controla la formación de una estrella

El astro está a una distancia de 23.000 años luz de la Tierra

Una estrella 20 veces más grande que el Sol, 200 veces más masiva y 100.000 veces más brillante ha permitido a un equipo de científicos, liderados por el español Josep María Girart, descubrir un truco esencial de la formación de los astros. Se trata del campo magnético de la nube de gas y polvo en que nace la estrella. En este caso se trata de una muy masiva, pero como las condiciones de su formación son similares a las que caracterizan el nacimiento de estrellas pequeñas, los astrónomos sospechan que el mismo mecanismo de campo magnético es determinante en el proceso en sí, independientemente del tamaño final del objeto.

Las estrellas se originan por colapso gravitacional en nubes de polvo y gas: la materia se va comprimiendo hasta que, si hay masa suficiente, la alta densidad en su interior desencadena los procesos de fusión nuclear y el astro empieza a brillar. Pero los mecanismos concretos de formación de estrellas masivas no se comprenden aún completamente.

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Girart (Instituto de Ciencias del Espacio, Barcelona) y sus colegas han estudiado una nube de polvo densa y caliente denominada G31.41+0.31, en la constelación Serpiente, a una distancia de 23.000 años luz de la Tierra. En ella hay estrellas muy masivas y jóvenes, que de por sí encierran un alto interés científico: "Los astros con más de ocho veces la masa del Sol suponen sólo el 1% de la población estelar de nuestra galaxia. Sin embargo, dominan la apariencia y evolución de su medio interestelar y son responsables de la producción de elementos pesados", explican estos astrónomos en su artículo, que se publica mañana en la revista Science. Ellos han realizado las observaciones del cielo con un radiotelescopio submilimétrico ubicado a 4.080 metros de altura, en el observatorio de Mauna Kea, en Hawai.

La clave del descubrimiento es que el campo magnético deforma la nube de polvo, que adquiere una forma de reloj de arena, lo que es una señal del proceso controlado magnéticamente que esta en acción. Girart y sus colegas consideran que esta energía magnética es dominante sobre la fuerza centrífuga y las turbulencias a la hora de formar astros. La verdad es que hasta ahora no se sabía cuál era el papel de los campos magnéticos en el colapso de la nube de polvo, y se creía que la turbulencia regularía el proceso, explican los investigadores en una comunicación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

En su artículo en Science, los astrónomos detallan que han estudiado un núcleo masivo molecular caliente de la región G31.41+0.31 y "descubrimos que la evolución de su colapso gravitacional está controlado por el campo magnético". El seguimiento de su lenta evolución les lleva a concluir que ese núcleo masivo "está simultáneamente contrayéndose y rotando, y las líneas del campo magnético se deforman a lo largo de su eje mayor adquiriendo una forma de reloj de arena".

Además de Girart, han participado en la investigación María Teresa Beltrán Observatorio de Arcetri, Italia), Robert Estalella (Universidad de Barcelona), Qizhou zhang (Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics) y Ramprasad Rao (Instituto de Astronomía y Astrofísica de la Academia Sínica de Taiwan.

El Instituto de Ciencias del Espacio es un centor mixto del CSIC y el Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña.

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