Hallado en Australia el cráter del meteorito que causó la mayor extinción de vida terrestre
El impacto hizo desaparecer la mayor parte de las especies, y está asociado con la división actual de los continentes
Los dinosaurios fueron borrados de la faz de la Tierra, junto con numerosas especies de animales y plantas más, hace 65 millones de años. La teoría más aceptada explica la extinción por el impacto de un meteorito, que al chocar contra la Tierra con una fuerza equivalente a millones de bombas atómicas habría provocado, junto con la ola de erupciones volcánicas desencadenadas por el choque, una densa capa de polvo alrededor del planeta que habría oscurecido el Sol. Pero millones de años antes, otro meteorito provocó una extinción aún mayor, y científicos estadounidenses han hallado el cráter que causó.
La mayor extinción de la historia de la vida en la Tierra se produjo hace 250 millones de años. Desaparecieron entonces el 90% de todas las especies marinas, el 70% de los vertebrados terrestres y la mayor parte de las plantas. Un equipo de científicos estadounidenses publicó hace tres años un estudio en la revista Science en la que culpaban de este suceso a un meteorito o un cometa de entre seis y 12 kilómetros de diámetro que chocó contra la Tierra.
La extinción fue muy rápida, en términos geológicos, y marcó la frontera entre el periodo pérmico y el triásico. Por entonces, todos los continentes estaban unidos en una gran masa llamada Pangea, rodeada por un único océano denominada Panthalassa. Las especies tardaron en desaparecer entre 8.000 y 500.000 años. La pista que guió a los investigadores provino de unas moléculas de carbono llamadas fullerenos, que guardaban en su interior gases que no se dan en la Tierra. Fueron hallados en tres lugares muy distantes: el sur de China, el suroeste de Japón y el norte de Hungría. Allí, la erosión ha dejado expuesta la capa de sedimentos de la frontera pérmico-triásico, y los fullerenos aparecen en concentraciones muy altas en esta capa, y muy bajas en la anterior y posterior.
En cualquier caso, y como ocurrió en el caso de los dinosaurios, la colisión no fue responsable directa de la extinción. Los culpables fueron los efectos colaterales: violentas erupciones volcánicas y cambios en el contenido de oxígeno del agua marina, en el nivel del mar y en el clima. El choque produjo un terremoto de magnitud 12 en la escala de Richter; las erupciones que siguieron hicieron que en la región de Siberia se expulsaran 1,6 millones de metros cúbicos de lava durante un millón de años. Los volcanes emitieron toneladas de cenizas y cantidades masivas de dióxido de carbono a la atmósfera. El dióxido de carbono es un gas de efecto invernadero y, por tanto, con efectos sobre el clima. Pero además las cenizas podrían haber bloqueado la llegada de la luz solar a la Tierra, impidiendo la fotosíntesis de las plantas y desencadenando un colapso en la cadena alimenticia.
Hasta el momento no se había encontrado el cráter causado por el impacto. El meteorito que provocó la extinción de los dinosaurios cayó junto a la península de Yucatán (México). Ahora, un grupo de científicos liderados por Luann Becker, investigadora científica de la Universidad de California, ha descubierto el cráter dejado por el meteorito que provocó la mayor extinción frente a la costa noroeste de Australia.
La investigación, financiada en gran parte por la NASA, será publicada mañana en la revista Science. El cráter, bautizado como Bedout, tiene 201 kilómetros de diámetro, y está relacionado "sin ninguna duda" con esa gran extinción, y también con la ruptura de Pangea.
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