Los médicos logran separar con éxito a los siameses egipcios operados en Estados Unidos
Los niños se encuentran en estado estable mientras los doctores reconstruyen sus cráneos y cierran las heridas
Ahmed y Mohamed ya duermen en camillas separadas. Unidos por la cabeza desde su nacimiento, los siameses egipcios de dos años han sido intervenidos con éxito por un equipo de 20 cirujanos y otros 40 especialistas y podrán vivir desde ahora dos vidas independientes. La operación, que ha durado 27 horas, ha terminado sin complicaciones, y por ahora el estado de los niños es estable.
Los médicos anunciaron esta mañana que la primera fase de la operación había ido bien. Los siameses llevaban un año preparándose para este momento, desde que fueron llevados a Estados Unidos gracias a los esfuerzos de una organización humanitaria. Ayer entraron por fin en el quirófano, donde procedieron a retirar los dispositivos que se insertaron hace cinco meses bajo la piel del cráneo para estirar el tejido, con el fin de que luego éste cubriera los desprotegidos cerebros de los niños.
Sangre compartida
Una vez concluido ese trabajo, llegaba el turno a "la parte del procedimiento con los mayores riesgos", según explicó el doctor Jim Thomas, jefe de la unidad de cuidado intensivo del Hospital Infantil de Dallas. "Aquí es donde va a comenzar la división vascular [...] con el proceso de separar el sistema venoso que une a Ahmed y Mohamed", dijo Thomas, para añadir a continuación que lo más complicado seríaestabilizar la vena que evacúa la sangre del cerebro de uno de los niños, puesto que en vez de regresar a su sistema circulatorio pasa al de su hermano.
Los doctores han procedido ahora a reconstruir los cráneos de los niños y ha cerrar la herida en sus cabezas. En caso de que no se presenten complicaciones, la intervención habrá terminado esta noche con éxito.
Ahmed y Mohamed nacieron el 2 de junio de 2001 en un pueblo situado en el desierto egipcio, unos 700 kilómetros al sur de El Cairo. Están unidos por la cabeza en la parte superior de sus cerebros, pero sólo comparten una mínima parte de sus tejidos cerebrales. Después de un año de estudios médicos, los expertos en cirugía craneal determinaron que la intervención era posible. Los padres insistieron en que querían tratar de dar a sus hijos ""una vida normal", pese al riesgo que entrañaba la operación.
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