La nave Soyuz parte hacia la ISS con una cosmonauta francesa a bordo

La nave rusa Soyuz ha salido desde el cosmódromo de Baikonur hacia la Estación Espacial Internacional con una tripulación franco-rusa en la que se encuentra la astronauta Claudie Haigneré, primera europea en la ISS. No ha habido problemas en el lanzamiento y la nave ya está en órbita. Los tres cosmonautas llevarán a cabo una misión de diez días que tiene por objetivo preparar la próxima llegada a la ISS de una nueva cápsula de socorro, además de llevar a cabo varios experimentos científicos.

Los dos astronautas rusos Viktor Afanasiev y Konstantin Kozeyev y la francesa Claudie Haigneré han sido bendecidos antes de partir por un sacerdote ortodoxo en el cosmódromo de Baikonur.

El sacerdote ortodoxo bendijo a la tripulación con una cruz, después echó agua bendita sobre el vehículo que les llevó desde el hotel hasta un lugar cercano al punto de lanzamiento donde tendrán que ponerse las escafandras.

Haigneré y sus colegas siguieron en las horas previas al lanzamiento otros ritos tradicionales en los lanzamientos en Baikonur, desde ver la película rusa "El brillante sol del desierto" hasta escribir sus nombres en la habitación del hotel y brindar con champaña.

Una copita de Burdeos

La astronauta francesa, quien anunció que lleva como regalo a la tripulación permanente de la ISS una botella de vino de Burdeos, se reservó los dos kilos permitidos para recuerdos personales, entre ellos una foto de su hija Carla y un amuleto: su osito de peluche.

Haigneré también salió hacia el cosmos con un dibujo original de la heroína del espacio Tania Bradley, protagonista del cómic Terror sur le Cap, del belga Pierre-Emmanuel Paulis.

Haigneré será la encargada de sacar a Tania de su refugio para decorar una de las paredes de la ISS el tiempo que dure la misión Andrómeda, y luego la traerá de vuelta a la Tierra, dijo a EFE el dibujante belga, quien mostró su contento por ser el autor "del único personaje de cómic que ha viajado al espacio".

Serguéi Gorbunov, portavoz de la Agencia Rusa del Espacio, negó que se hubieran adoptado medidas especiales de seguridad, pero en Baikonur era visible el control más estricto y sobre todo la mayor presencia de soldados.