Vuelven los cuadros de Burberry convertidos en lo más ‘cool’ del momento
La mítica casa inglesa recupera la ‘checkmanía’ después de que el estampado fuera denostado por los chavs. Pero ha pasado el tiempo suficiente para reconvertirlo en objeto de deseo de rostros como Rihanna.
Han pasado 15 años desde que el mítico estampado de cuadros de Burberry se volviera en su contra. A principios de los 2.000, el print beige, rojo, negro y blanco se había convertido en una tendencia de masas y adolescentes de todo el mundo vestían gorras, bufandas, camisas y abrigos con la famosa cuadrícula. Muchos de ellos falsos. Los cuadros se convirtieron en símbolo de los chavs –una especie de ‘ninis’ ingleses cercanos al movimiento hooligan y tan ridiculizados como olvidados por el resto del país– y la marca decidió reestructurar su identidad y su estética para librarse de esa asociación. Christopher Bailey se encargó de reformular la imagen de una firma que se había vuelto demasiado popular, asequible –las gorras o las bufandas se vendían a precios muy asumibles– y copiada hasta la saciedad. En esa nueva etapa, el damero pasó a un segundo plano en pos de reinventar la imagen aristocrática de la marca con cuidadas piezas de fuerte carácter inglés y sin olvidarse de generar nuevas tendencias: el estampado de búhos, las camisas de corazones o los ponchos personalizados.
Pero ha llegado el momento de rescatar los cuadros. La colección otoño-invierno 2017/2018 de la firma, presentada hace unas semanas en Londres, es una oda al célebre estampado de la casa. Gabardinas, gorras, bolsos o vestidos confeccionados en distintos tejidos inundaron la pasarela combinándose de forma inesperada y convirtiendo el clásico estampado en símbolo de diversión y modernidad. Las prendas, a la venta tras el show (Burberry fue pionera en implementar la estrategia see now, buy now; que defiende la compra inmediata tras el desfile acabando con las tradicionales esperas de seis meses), también han llegado a Net a Porter en una colección exclusiva para el gigante del lujo online. La mismísima Rihanna ya se ha dejado ver hace unos días llevando un total look de pasarela. Y no será la única.
El famosísimo estampado apareció por primera vez en los años 20 como forro de las gabardinas inventadas por el propio Thomas Burberry años antes. Las estrellas del Hollywood de los años 40 lo convirtieron en símbolo de glamour y en los 80 se hizo tan famoso en Japón que acabó usándose en bolsos, paraguas y casi cualquier accesorio imaginable. Esta versión del tartán, bautizada en un primer momento como ‘Haymarket Check’ y conocida después como ‘Nova Check’, estuvo apunto de convertirse en una caricatura de sí misma. La imagen de la actriz Danniella Westbrook, vestida de pies a cabeza con prendas de cuadros en 2002 (incluido su bebé y el carrito de éste), es el vivo retrato del daño que le hizo a la marca la ubicuidad de su seña de identidad. El libro Berberry recopila imágenes de los mil y un objetos en los que acabó estampado el damero (coches, manicuras, sanitarios y hasta sillas de ruedas) y analiza a través de imágenes hasta dónde llegó la apropiación. Durante bastante tiempo, la marca pasó de los cuadros y después fue reintroduciéndolos poco a poco.
Pero ha pasado el tiempo suficiente para devolver al ‘nova check’ sus días de gloria. Burberry permitió a la firma rusa Gosha Rubchinskiy reinterpretar su estampado en su show masculino de primavera/verano 2018 y, poco después, el propio Christopher Bailey decidía tirar de nostalgia en una temporada de desfiles en la que los logos –de Fendi a Gucci– fueron los grandes protagonistas. El director creativo de la casa ha demostrado que ha logrado con creces recuperarla de la muerte por éxito que estuvo a punto de sufrir. Por eso puede permitirse el lujo de resucitar su otroro denostado tartán. Si Gucci ficha sin miramientos a Dapper Dan, principal ‘falsificador’ de sus diseños en los 80, ¿por qué no iba a recuperar Burberry su propio legado? La aparición de Rihanna luciendo el print y la colección de 14 piezas en exclusiva para Net a Porter son solo dos pistas de cómo uno de los estampados más copiados de la historia de la moda está listo para volver a convertirse en epítome de lo cool.
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