Velas de lujo y jarrones de diseño: las marcas de moda se reiventan apostando por la decoración

Renovarse o morir. El «Keep calm and carry on» de 2020 no ha necesitado imprimirse en pósteres ni camisetas –al menos por el momento– para convertirse en el mantra de cabecera de muchos de los negocios más duramente golpeados por la crisis sanitaria. Si uno puede ahora tomarse un café donde antes solo se servían copas y los cáterings que solían ocuparse de los piscolabis navideños corporativos envían ahora el tentempié al domicilio de los empleados, la industria de la moda también ha explorado nuevos terrenos durante este complicadísimo año. No solo hemos sido testigos de una proliferación de chándales y pijamas en marcas que jamás se habían inmiscuido en la ropa para estar en casa (la británica Rixo, por ejemplo, acaba sumar a sus vestidos de fiesta sofisticados conjuntos para irse a dormir) o de la consagración de la mascarilla como un obligado accesorio que se vende a juego con camisas y diademas. También ha sido un año para ampliar horizontes incluyendo objetos de decoración en un catálogo antes poblado por complementos ahora tan prescindibles como bolsos, zapatos de tacón o ropa de oficina.

Loewe, por ejemplo, lanzó su primera colección de fragancias para el hogar a la vuelta de verano, una apuesta por las velas, los ambientadores y hasta candelabros que ejercen como minimalistas objetos decorativos al tiempo que refrescan las horas extra que estamos echando en casa. No es la única: en la web de Zara pueden comprarse por primera vez este año piezas tan distintas a la ropa como varios jarrones diseñados en colaboración con Jessica Hans y Jade Paton en versión low cost y la holandesa Wandler, famosa por sus bolsos, puso a la venta hace un mes una colaboración con varios artistas protagonizada por jarrones de cristal y esculturas. La unión entre moda y decoración no es nueva (Gucci o Armani, por ejemplo, llevan tiempo trabajando esta división), pero se ha nutrido y multiplicado a medida que las ventas en moda descendían en pos de un creciente interés por mejorar la estética y funcionalidad de un hogar en el que hemos pasado más tiempo del que nos gustaría.

H&M, por ejemplo, cuenta desde 2009 con la línea de hogar, H&M Home, pero ha anunciado una próxima colaboración con la diseñadora de moda Diane von Furstenberg que incluirá jarrones, fundas de cojín, mantas o velas partiendo de los famosos estampados de la creadora. Una declaración de intenciones teniendo en cuenta que sus colecciones cápsula de decoración solían estar firmadas por nombres vinculados al interiorismo como Jonathan Adler.

La consolidación del matrimonio ente moda y decoración queda confirmada por el auge de cuentas en Instagram dedicadas a mezclar ambas esferas. Las influencers que antes centraban sus esfuerzos en recomendar artículos de moda han ido ampliando su espectro prescriptor hacia un estilo de vida que incluye viajes (este año pocos), alimentación y, por supuesto, deco. Es el caso, por ejemplo, de la española Blanca Miró, que hace unas semanas presentaba @blanca_a_table, una cuenta enteramente dedicada al arte de crear la mesa perfecta. «Empecé a ver que mi Instagram personal estaba invadido por fotos de mesas y decidí abrir un perfil centrado solo en ellas», contaba a S Moda en un artículo que analizaba el boom de la mantelería y las vajillas de diseño impulsado en la red social durante los meses de confinamiento. En su tienda online Vasquiat, donde Miró comercializa las creaciones de su marca propia, La Veste, así como de las firmas más cool del momento, la división de decoración va adquiriendo mayor protagonismo con incorporaciones de artistas internacionales y marcas de menaje de toda la vida como Vista Alegre. Algo similar a lo que está pasando en otros portales de moda nacionales como Es Fascinante, especialista en marcas españolas, o Les Fleur Studio, dedicado a la moda y decoración vintage.

Según publicaba The Guardian, a medida que otras industrias languidecen, las servilletas y los manteles han aumentado sus ventas un 109% y un 102% interanual, respectivamente, en el retailer británico Argos y las ventas de mantelería se han duplicado en los grandes almacenes Selfridges. En España, el 43,7% de la población valora más su casa tras estos meses y tiendas como Ikea han disparado sus ventas de mobiliario y decoración online. Las velas aromáticas también se han convertido esos meses en un símbolo de estatus: pagar 70 euros por una de Byredo o Loewe sigue siendo un capricho, pero mucho más asequible y adaptado a los tiempos que comprar un bolso de lujo. Motivo suficiente para que celebridades como el rapero Drake se hayan animado con una marca dedicada a las velas que ya supera los 28.000 seguidores en Instagram sin haber hecho una sola publicación y ha agotado la primera remesa disponible en Revolve. Renovarse en los tiempos que nos ha tocado vivir pasa por mirar hacia el hogar.