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‘Sports Illustrated’: La revista que integró el sexo en el deporte cumple 60 años

El semanario deportivo más famoso del mundo celebra su aniversario en un inmejorable estado de forma. Sus portadas ocupan un lugar señalado en la historia visual del último medio siglo.

sports illustrated

En 1954 el caos se apoderó del despacho de Henry Luce, gran magnate estadounidense de la empresa periodística y uno de los impulsores del diseño actual de la prensa periódica. Las semanas previas al mes de agosto transcurrieron entre reuniones al más alto nivel, estudios de mercado y el rechazo frontal de sus asesores más cercanos ante una idea que hasta entonces nadie había podido ejecutar con éxito. Luce, todopoderoso fundador de las revistas Time y Fortune, llevaba tiempo dándole vueltas a un proyecto que en realidad no era más que un capricho: editar una publicación deportiva de periodicidad semanal que hablara de vela, safaris y polo, es decir, sus tres grandes pasiones. Luce, a quien sus enemigos llamaban El Duce –apodo propagandístico de Benito Mussolini–, hizo caso omiso a quienes auguraban un fracaso seguro y en agosto lanzó Sports Illustrated. 60 años después, toca celebrar el nacimiento de la primera revista deportiva de la historia.

Avalado por el éxito de otras publicaciones que versaban sobre actualidad política y económica, a Luce poco le importó que durante los doce años siguientes Sports Illustrated solo tuviera pérdidas. A los anunciantes les costó entender que sus productos podían tener algún encaje entre el público que leía la revista, pero la creciente atención que el deporte fue recibiendo en los diarios generalistas acabó animando a las firmas a invertir en ella. Pronto salieron otras cabeceras de similar entidad, e incluso con los años llegaron a publicarse revistas especializadas en un solo deporte. Seguramente obligado por la acuciante situación económica de Sports Illustrated, en 1964 sus responsables tuvieron la idea de lanzar un número anual dedicado a la ropa de baño. El éxito de aquella maniobra, cuyas portadas acabaron siendo tan rentables como famosas, consolidó definitivamente un producto que en los primeros meses de 1954 solo parecía una extravagancia. Aunque tarde, la idea de Luce acabó triunfando.

Primer número de la revista (1954) y portada conmemorativa del atentado de Boston (2013).

Sports Illustrated

Poco a poco, tanto los lectores como el resto de la profesión fue tomando en serio la información que producía Sports Illustrated. En 1960, el nombramiento como director de André Laguerre, excorresponsal en Europa de Time, motivó la creación de ciertas innovaciones editoriales de las que hoy muchos periodistas se sienten deudores. Laguerre organizó la redacción por secciones comandadas por jefes de departamento, instauró la dictadura de la fotografía a todo color, nombró al fútbol como deporte rey y creó los premios universitarios Player of the Month para ganarse el favor de los futuros lectores. Las crónicas, los reportajes y los géneros de opinión implantaron una nueva forma de hacer periodismo deportivo.

Pero vayamos a lo fundamental. Si por algo se hizo conocido Sports Illustrated fue por el número anual dedicado a la ropa de baño. Por él pasaron las mejores modelos de la época y, en lo que parecía algo improbable hasta entonces, integró la belleza en el deporte. Las poses de las chicas a las que catapultaron al estrellato trascendieron los límites geográficos de Estados Unidos. La primera portada de aquel número especial lo lanzaron en 1964, diez años después de la primera entrega de la revista. Si bien el medio centenar de números que publicaban a lo largo del año seguía las máximas del rigor periodístico y la actualidad, aquel especial constituía –constituye todavía hoy– una revista con entidad propia aupada por el efectismo del semidesnudo femenino.

Primer número con una modelo negra (1997) y portada con Judit Mascó (1990).

Sports Illustrated

Empezaron con la modelo Betty di Bugnano posando en la orilla de una playa del Caribe. Con la excusa de mostrar las nuevas colecciones de baño –siempre en el mes de febrero–, la revista diseñó contextos idílicos y escenarios que todavía hoy resuenan en la memoria colectiva. A Cheryl Tiegs la llevaron a los arenales de Cancún (1975), a Christey Brinkley la mandaron a Panamá (1981) y a Elle Macpherson la guiaron hasta la República Dominicana (1987) –ante la expectación que generó, al año siguiente volvió a protagonizar la portada, esta vez en Tailandia–. En 1997 eligieron por primera vez a una modelo negra para su número de baño, Tyra Banks, que repitió un año después.

En 1990 Judit Mascó se convirtió en la primera y única modelo española en protagonizar el esperado especial de baño. Más tarde llegaron Petra Nemkova, Rebecca Romijn-Stamos, Heidi Klum o Marisa Miller. En 2007 Beyoncé fue la primera modelo no profesional en posar bajo las siglas de Sports Illustrated. Toda una excepción, ya que en los años siguientes le siguieron Kate Upton, Irina Shayk o Bar Refaeli. Pese a que entre el gran público la fama de la publicación se deba al eficaz maridaje entre belleza y deporte, el proyecto editorial ideado por Henry Luce es mucho más. Así lo acreditan los premios recibidos, el apoyo del público y los anunciantes, o la consolidación de los prestigiosos galardones Sportsman Of The Year, que cada año recaen en algún destacado atleta. Seguro que los 21 millones de lectores con los que cuentan propiciarán la celebración de, quizás, otros 60 años haciendo historia.

Número especial de baño de 2006 y 2011, con Irina Shayk.

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