Pamflet: moda, arte y feminismo
Avalado por Zadie Smith y Tavi Gevinson, hablamos con las creadoras de este blog sobre cultura en clave femenina.
La industria de la moda está dominada por mujeres y es consumida por mujeres y quizás no es una coincidencia que por eso algunos sectores la trivialicen.
Pamflet es una web que habla de arte, moda y estilo en clave feminista. Una web que reivindica un punto de vista femenino para comprender la cultura en su complejidad. Una web que demuestra lo evidente: que la moda, incluso su parte frívola, puede ser disfrutada por mujeres inteligentes.
Pamflet nació en 2005 como un fanzine. La adolescencia de Anna-Marie Fitzgerald y Phoebe Frangoul, sus creadoras, se desarrolló en ambientes punk y underground londinenses, donde el fanzine era el formato lógico para compartir información. Ya en la veintena, Anne Marie y Phoebe, recién graduadas de sus estudios en literatura inglesa, decidieron emplear el medio que mejor conocían como plataforma creativa. Frustradas porque el punto de vista masculino sea siempre EL punto de vista comenzaron a hablar de sus intereses sin ánimo de "ghetizar". "El fanzine trataba de lanzar una voz asertiva, furiosa y divertida. Muchos medios aparentemente dirigidos a nosotras representaban de manera insulsa a las mujeres jóvenes como objetos pasivos, promoviendo imágenes y formas de vida poco realistas. Criticábamos a esos medios, revistas femeninas, anuncios, la industria de la música y la de la belleza, pero a la vez cubríamos informaciones sobre mujeres artistas que nos gustaban", explica Anne Marie.
Durante 5 años, hasta 2010, publicaron su fanzine. En noviembre de ese año, por falta de tiempo, decidieron concentrar toda la información en un blog. Allí hablan de feminismo, publican perfiles sobre artistas, críticas de libros, reflexiones sobre moda… Un ejemplo de esto último es el post dedicado al advenimiento de un 'estilo Thatcher'. Tras el estreno de La dama de hierro muchas publicaciones de moda se lanzaron a proponer en sus páginas el estilo Thatcher revisitado como tendencia floreciente. El post alerta del peligro de ignorar la política en favor de la estética y critica esas propuestas de moda peregrinas que invitan a las mujeres a adoptar el estilismo de una mujer rígida y oscura, que pocas querrían imitar.
Su aproximación a ciertos temas culturales desde un enfoque femenino les ha llevado a colaborar con The Guardian y el New York Times, entre otros. Tavi Gevinson, esa adolescente repelente y brillante al mismo tiempo, es una de sus fans. Y Katie Grand, la antítesis de Carine Rotfield y pope de la moda vanguardista británica, ha asistido a uno de sus salones para escuchar la lectura del libro de Luella Bartley.
Bolsa con el primer fanzine de Pamflet impreso
Pamflet
Los llamados salones que organizan con cierta periodicidad son una forma de juntar a un grupo de unas 30 mujeres para discutir ideas y socializar. Todo parte de un club de lectura que siguen realizando cada mes en el que reflexionan sobre obras principalmente escritas por mujeres. Además, y para hacer un poco de propaganda subliminal, cuando ejercen de DJs solo pinchan música interpretada por mujeres. La idea es huir de la corriente oficial, que incluso en su versión más alternativa, es predominantemente masculina.
"El arte surge de la experiencia personal, de la educación, la imaginación, el individuo. Muy frecuentemente, sin embargo, el arte desde el punto de vista masculino es el universal, mientras que el femenino es 'el otro'. Rara vez el arte creado por mujeres parece representar una experiencia colectiva. No queremos convertirnos en un gueto, pero sí mostrar que hay una forma diferente de acercarse a los medios y explorar la cultura", explica Anne Marie.
Su intención integradora queda de manifiesto en la forma en que consideran hay que tratar temas como el aborto o las violaciones. "Hace falta un hombre para que una mujer se quede embarazada y la mayor parte de quienes perpetran violaciones y violencia doméstica son hombres, así que no son temas exclusivamente femeninos ni las mujeres son simplemente víctimas de las acciones de los hombres. Deberíamos ayudar a los hombres a comprender mejor nuestras experiencias y preocupaciones", escribe Anne Marie. Sin embargo, en la vida real hay muy pocas mujeres con puestos de responsabilidad que puedan encargarse de esto, matiza, sin pasar por alto que en el caso del aborto, que se debate actualmente en Reino Unido, hay mujeres aún más beligerantes que los hombres en el lobby antiabortista.
El postfeminismo es una etiqueta que no les interesa por ambigua "si se refiere a que vivimos en una era en que el feminismo es irrelevante no estoy de acuerdo. Si se refiere al feminismo que viene tras la segunda ola (60/70) o a un feminismo contemporáneo me parece bien, pero no nos gustan las etiquetas", dice Anne Marie.
Reconocen que han perdido parte de la rabia que se recogía en el fanzine, pero nada tiene que ver con el paso de los años o con actitudes etiquetadas. "Creo que quizás hemos perdido algo de la rudeza e histeria que gustaba a nuestras lectoras (o que les hacía reír). Nos sentimos mucho más vulnerables en el blog a la crítica y a los trolls, así que nos censuramos un poco y somos más cuidadosas sobre cómo cubrimos los temas", confiesa Anne Marie.
Comprendo la situación. Escribir en internet significa exponerse a cuerpo. La moda, por ejemplo, suele ser un blanco fácil y a menudo los comentarios califican cualquier tema relacionado con la ropa como algo frívolo y ridículo. Quizás lo sean en muchas ocasiones, pero no solo y no siempre. "Para nosotras la moda es algo para ser disfrutado y celebrado y no simplemente ridiculizado. La industria de la moda está dominada por mujeres y es consumida por mujeres y quizás no es una coincidencia que por eso algunos sectores la trivialicen", escribe Anne Marie. "La ubicuidad de celebrities y la moda de usar y tirar pueden ser deprimentes, pero la artesanía, la imaginación y la belleza, ¿no deberían tomarse en serio?", añade.
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