_
_
_
_
_

Nostalgia de la tapa plegable: vuelve el Motorola Razr, el móvil que marcó a una generación

Favorito entre las divas de los primeros 2000, el teléfono regresa convertido en objeto de lujo.

Los nacidos entre 1975 y 1995 probablemente lo sabrán. Con su tapa plegable, la delgadez del lomo y un acabado metálico, este teléfono móvil se convirtió en el tótem de principios de los 2000. Quince años después de que saliera al mercado, la firma norteamericana Motorola ha decidido hacer negocio con la nostalgia y actualizar el primer It Phone.

“Echo de menos mi Motorola Razr de color rosa”. Con este tuit, el cantante y productor musical Charlie Puth (Nueva Jersey, 1991) capturaba el sentir de los millenials, esa generación bisagra que se hizo mayor en los 2000 y que ahora mira con añoranza una época en la que todo –especialmente la cultura popular– parecía más deslumbrante. El modelo plegable que la compañía lanzó en 2004 y le llevó a ser número uno en ventas en el sector de la telefonía móvil, cuajó perfectamente con ese imaginario. Elegir a Paris Hilton (Nueva York, 1981) y a David Beckham (Londres, 1975) como embajadores del celular –y hacerlo un año después de que la bisnieta de Conrad Hilton coprotagonizara la serie The Simple Life (Fox, 2003) junto a Nicole Richie y de que el futbolista británico fichara por el Real Madrid de los galácticos– tuvo mucho que ver con esto. Que dos personajes de perfil alto y sendos referentes de estilo emplearan el Razr V3 como una extensión de sus looks plantó la semilla de un fenómeno que no tardó en germinar.

París Hilton con el mítico modelo de Motorola.
París Hilton con el mítico modelo de Motorola.Getty

Personalidades como Hilary Duff, Kirsten Dunst o Jessica Simpson coparon las páginas de los tabloides estadounidenses con el flip-flop pegado a la oreja y productos audiovisuales como El diablo viste de Prada (2006) dotaron de dramatismo al gesto de abrir y cerrar el terminal. Mucho antes de que la tecnología se pusiera al servicio de la moda con las Werable Technologies –dispositivos electrónicos inteligentes incorporados a la vestimenta– y de que los empresarios Paul Deneve (Bruselas, 1961) y Angela Ahrendts (Indiana, 1960) cambiaran respectivamente Yves Saint Laurent y Burberry por Apple, el Razr V3 se convertía en el accesorio inesperado de los dosmil. El único error de cálculo por parte de la multinacional fue presentarlo tres años después de Una rubia muy legal (2001), a sabiendas de que la actriz Reese Whiterpoon hubiera elevado el culto por el prototipo rosa a lo más alto en su papel de Elle Woods.

La edición limitada ideada, en diciembre de 2004, por Dolce & Gabbana fue el espaldarazo definitivo al apodado It Phone: el primer móvil que trascendía su naturaleza tecnológica y alcanzaba el estatus de icono. Solo se fabricaron 1000 unidades de carcasa dorada y un colgante a juego con las iniciales de la casa italiana, 100 de las cuales fueron destinadas a celebridades como Victoria Beckham, Sharon Stone o la mencionada Paris Hilton. El éxito fue tan rotundo que, en junio de 2006, Motorola repitió la alianza para comercializar una segunda versión del Dolce & Gabbana V3i Razr. Ese mismo año, también presentaron la colección Miami Ink, inspirada en los tatuajes realizados por el israelí Ami James. A esas alturas, la tendencia había cristalizado más que las gorras de Ed Hardy y los chándales de Juicy Couture juntos.

De la misma manera que Chanel recuperaba los pantalones de tiro bajo en su desfile de primavera-verano 2019 o que Sarah Jessica Parker ha rescatado el bolso baguette que popularizó en Sexo en Nueva York, este complemento, al que nos vimos obligados a renunciar con el advenimiento de los smartphones, regresa quince años más tarde. Motorola volverá a distribuir el Razr a mediados de 2020 en Estados Unidos y Canadá. Más allá de reavivar el sentir de una generación, las funcionalidades del nuevo diseño poco tienen que ver con las de su predecesor. Su tamaño de bolsillo y sus dos pantallas son los principales reclamos en materia de innovación y desarrollo, pero es la nostalgia la que justifica un precio de salida de 1.500 euros. El placer de volver a finalizar una conversación telefónica con un golpe certero y cierto aire teatral solo es comparable a escuchar las canciones de The Strokes en radiocasette, revisitar la filmografía de una pubescente Lindsay Lohan o cantar por Britney Spears en el karaoke de tu barrio. Son los códigos pop de una década que vuelve con la misma facilidad con la que se va. En esta ocasión, parece que el bumerán retorna con fuerza.

Sita Abellán con el nuevo Motorola Razr.
Sita Abellán con el nuevo Motorola Razr.Getty

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_