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La fabulosa historia de la mujer que le regaló a Niki Lauda diez años de vida

La esposa del recién fallecido automovilista era casi veinte años más joven que él: le donó un riñón cuando nadie más podía hacerlo.

2013 Toronto International Film Festival – Grey Goose vodka co-hosted Party For «Rush»
Stefanie Keenan

Birgit Wetzinger llevaba solo ocho meses saliendo con un hombre casi veinte años mayor que ella al que había conocido en el trabajo cuando supo que él necesitaba un riñón para seguir viviendo. Su nuevo novio había tenido un sonado accidente en 1976 que le había desfigurado la cara y le había hecho arrastrar problemas con sus órganos vitales. Su nuevo novio era su jefe en la aerolínea en la que ella trabajaba. Su nuevo novio no era otro que el mito del automovilisimo y empresario mundialmente conocido Niki Lauda. Ella, una azafata que hasta entonces había permanecido en el más absoluto anonimato mediático. Su incipiente relación, de pronto, estaba en peligro, pero porque la vida de Lauda lo estaba. ¿Quién iba a salvarle?

El primer candidato para donar fue su hijo Lucas. Tenía sentido: era sangre de su sangre y podían ser biológicamente compatibles. Pero resultó que la compatibilidad no era tal. Y ahí fue donde Wetzinger pasó de ser aquella chica jovencita con la que Lauda se entretenía a ser la mujer que se ofrecía a donarle uno de sus riñones.

Lauda inicialmente se opuso a ello, y de hecho, quería impedir que ella se realizase las pruebas de compatibilidad a las que se había sometido su propio hijo. El argumento que le ofreció fue: «Yo no lo haría».

Pero ella lo dejó más claro aún: “Lo voy a hacer, simplemente porque quiero”. Así que Wetzinger se hizo las pruebas, se comprobó que su riñón era compatible con el organismo de su ser amado y se puso en manos de la ciencia. La operación fue un éxito. No era la primera vez que Lauda se sometía a este tipo de intervención: en 1997 recibió otra donación, en aquella ocasión de su hermano.
Después de ese gesto de generosidad absolutamente abrumador, Lauda se casó con la mujer que le regaló ese bonus track vital. Tuvieron dos hijos mellizos, Max y Mia. “Me mantienen joven”, declaró en alguna ocasión.

El automovilista siempre había tenido una reputación de womanizer y después de su divorcio de la modelo y diseñadora alemana Marlene Knaus, con quien estuvo 21 años, aseguró que jamás volvería a contraer matrimonio. Pero lo hizo. Lauda, que falleció ayer a causa de, precisamente un fallo renal, siempre dijo que no lo hizo motivado por la donación de riñón sino porque verdaderamente amaba a Wetzinger. Desde luego, tenía buenas razones para hacerlo: ella le regalo diez años de vida.

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