Bárbara Bermejo, de bailarinas Bobo’s: «Producimos en talleres donde el personal tiene nombre y apellido»
En 2010 Bárbara Bermejo cambió su carrera en el mundo de la publicidad para crear una marca de calzado que reinventara la clásica bailarina de ballet.
En 2010 Bárbara Bermejo dio un giro a sus planes y apostó por impulsar un proyecto personal ligado al mundo de la moda. Antes se había dedicado al mundo de la publicidad y se había especializado en desarrollar la estrategia digital de distintas marcas. “Decidí emplear todo lo aprendido sobre cómo hacer conocidas a otras marcas en mi idea”, explica. Así nacía Quiero unas Bobo’s, con un doble objetivo: “Desde el punto de vista publicitario quería crear mi propia marca y darle voz. Y, desde el punto de vista más romántico, para mí el calzado es el complemento que te ubica en un sitio o en otro. Cambia totalmente tu aspecto dependiendo de si con un mismo look llevas unas sneakers, un zapato de tacón o una bailarina”, explica.
A la vuelta de un viaje a Nueva York en el que descubrió que las alpargatas colonizaban las calles, su primera apuesta fue customizar el diseño clásico. “Al tiempo me di cuenta de que era algo muy estacional y en España no podía competir con las alpargatas de yute de toda la vida”, recuerda. En busca de un diseño que pudiera lucirse en cualquier época del año, finalmente dio con el calzado en el que tenía que concentrar sus fuerzas. “Lanzamos las bailarinas clásicas, las de ballet de toda la vida con una gomita en el medio. Es un diseño que he llevado siempre y me costaba encontrar modelos que me gustaran año tras año”, resume.
Desde que sus bailarinas echaron a andar, Bobo’s localiza su producción en España. “Nuestro modelo de fabricación es lo que hace más sostenible a la marca. Trabajamos con pequeños talleres donde el personal tiene nombre y apellido. La presencia del ser humano en el calzado es fundamental, cada proceso se termina a mano”, detalla. Un modelo de producción a pequeña escala que recupera el trabajo artesanal como base. “Nos han propuesto deslocalizar la producción, pero para nosotros es innegociable”, afirma.
Tras el éxito de sus bailarinas, su curiosidad por adentrarse en nuevos lares y ampliar su propuesta le impulsó a recuperar piezas clásicas y actualizarlas según las necesidades del momento. “Nuestras sneakers son una reinvención del modelo clásico Stan Smith, tenemos unos blucher ingleses de siempre o unos zapatos tacón gatsby estilo años veinte”, aclara. Delicadeza, feminidad y elegancia conforman el denominador común a sus creaciones siempre en sintonía con su estilo femenino y atemporal. Fieles a la máxima “menos es más”, sus colecciones parten de patrones tradicionales sin sucumbir a las modas pasajeras. “Reinventamos los clásicos, pero no tenemos hormas muy estridentes, ni nos hemos dejado llevar por las tendencias”, reconoce la creativa. Una línea de diseño que coincide con la mujer a la que dirigen sus piezas. “La mujer Bobo’s cultiva su discreción para ser más visible”, desvela. Algo que, si bien a priori puede parecer contradictorio, para el alma máter del proyecto cristaliza la filosofía de la firma. “Puedes ir discreta pero que todo el mundo te mire. Aunque lleves un zapato que sea muy sobrio, simplemente por eso ya no pasas desapercibida”, apunta.
Otro paso de gigante llegó en 2019, cuando inauguraron su primer punto de venta físico en Madrid (C/ de Gabriel Lobo, 14), un nuevo canal que le permitió acortar distancias con el cliente. “Bobo’s había nacido como una marca 100% digital pero, aunque ofrecemos facilidades en la compra online, el zapato es algo que todavía mucha gente quiere probarse antes de comprar”, explica. Y hace tan solo unos meses lanzó su primera prenda de ropa. “Queríamos complementar nuestra propuesta y nos decantamos por un básico, la sudadera. En un fondo de armario las piezas atemporales son fundamentales”, añade. Un diseño que nació de la mano de la ilustradora Bego Martín, quien actualizó esta pieza clásica con una reinterpretación del logo de la firma.
En estos más de 10 años de trayectoria, la firma alcanzó uno de sus mayores hitos el pasado octubre, cuando la Infanta Sofía irrumpió con sus zapatos en el desfile de las Fuerzas Armadas. “Fue una satisfacción que la Casa Real se fijara en mi marca. La repercusión en prensa fue brutal”, confiesa. Y en un paradigma dividido entre las marcas que priorizan los medios de comunicación tradicionales frente a la inmediatez del mundo digital, la directora creativa reconoce la eficacia de las redes sociales durante esta década al timón de su proyecto: su comunidad en Instagram alcanza los 47.000 seguidores. “Instagram es un altavoz indiscutible y la herramienta que permite a pequeñas marcas darnos a conocer”, dice. Una ventana al mundo donde las influencers tienen un papel fundamental. “El poder de prescripción y alcance que tienen muchas personas que utilizan Instagram como su método de trabajo es igual de importante o incluso más que cuando antes una estilista de una revista te llamaba para utilizar y conocer tus zapatos”, reconoce Bermejo.
Y si hablamos de futuro, la fundadora de Bobo’s lo ve claro: “Con la crisis actual, que Bobo’s se quede como está y siga creciendo poco a poco ya me parece un futuro muy prometedor”. Y no descarta explorar un nuevo camino. “Me gustaría adentrarnos en el mundo masculino con calzado para hombres”, termina.
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