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Louis Vuitton: en la ‘maison’ de la salamandra

La nueva boutique de Louis Vuitton en Barcelona es el hogar de un enorme anfibio, una escultura hecha con accesorios de la firma y con la que Billie Achilleos homenajea a las que Gaudí modeló en el Parque Güell.

Louis Vuitton

¿Es posible unir las marionetas de Fraggle Rock y a Louis Vuitton? «¡Por supuesto! Para mí es algo que tiene todo el sentido», dice con una gran sonrisa la creadora británica Billie Achilleos. «Mi fascinación por Jim Henson –autor de este programa– hizo que me convirtiera en una artista dedicada a la creación de muñecos y escenografías, y Louis Vuitton me ha dado la posibilidad de crear un bestiario único construido a partir de sus piezas de piel», comenta.

Estamos sentados en un banco de piedra en el jardín de Bellesguard, una casa privada en Barcelona, construida por Gaudí entre 1900 y 1909. El arquitecto es otra de las estrellas de la jornada, ya que los animales que adornan el Parque Güell de esta ciudad sirvieron de inspiración para el animal número 51 que Achilleos realiza para la maison.

Como muchas historias de amor contemporáneas, las redes sociales obraron el flechazo entre el equipo de escaparatismo de la firma y Achilleos. «Vieron algunos de mis trabajos en Facebook [como Las Vegas Supernova, una instalación que hizo con David LaChapelle para los grandes almacenes Selfridges en 2007, o la marioneta Shun-kin, que protagonizó la obra del mismo nombre presentada en el Barbican en 2009] y me propusieron que colaborásemos juntos». Así nacieron 20 animales hechos con pequeña marroquinería para la apertura de su nueva tienda en New Bond Street, Londres. «Con los años, la familia ha crecido, no solo en número, también en tamaño. Como un oso panda, para el que utilicé más de 50 bolsos», y que presentó en la última edición del Salón Internacional del Mueble de Milán.

La elaboración de este zoo de diseño ha sido una aventura que la ha llevado hasta esta última pieza. «Para mí es la más especial. Hasta ahora todas tenían una proporción real, pero la salamandra está sobredimensionada hasta alcanzar el tamaño de un dragón. Además es mi aproximación a Gaudí y a todos los seres que creó y que parecen imponerse a la arquitectura de los hombres», comenta con fascinación. 

Detalle del escaparate de la boutique.

Este animal tiene instinto viajero. Tanto como el equipaje por el que es conocida la marca; por eso ha llegado hasta el número 80 del Paseo de Gracia. Allí está su nuevo refugio, Casa Julia, una construcción de 1874 de Rafael Guastavino. Michael Burke, presidente y CEO de Louis Vuitton, recibe a la artista y enfatiza su fascinación por este emplazamiento. «Guastavino es uno de mis arquitectos favoritos y este fue uno de los últimos edificios que realizó en Europa antes de emigrar a EE UU. Allí firmó algunos de sus monumentos, como la Grand Central Station o el Carnegie Hall, por lo que estoy feliz de que esta boutique esté en una de sus obras».

Achilleos bebe champán mientras nos comenta satisfecha: «He trabajado en ella durante más de un mes y ya me es imposible recordar cuántas piezas de piel empleé», comenta anticipándose a la inevitable pregunta. Señala las patas del animal y reflexiona: «En un primer momento creí que sería la cabeza lo que me costaría más trabajo, pero en una tarde la tenía lista. En cambio, la cola y los dedos de las extremidades me dieron muchos problemas».

Recoge unos pósters en los que aparece su nuevo trabajo –junto a los otros 10 animales que estarán en la boutique los próximos dos meses– y los guarda en su bolso, que ella misma ha hecho con chapas de latas de refrescos. «No sigo la moda y antes no era fanática de esta firma. Pero ahora no puedo evitar sentirme como una sádica al cortar esta piel; según pasa el tiempo, me resulta más doloroso, porque ahora hay algunos bolsos de los que estoy perdidamente enamorada».

La nueva tienda está en la isla de la Discordia, conocida así porque fue donde los grandes arquitectos modernistas, como Domènech i Montaner, Puig i Cadafalch y Gaudí, rivalizaron con sus obras.

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