Qué son los ‘nanosprays’ para la piel y por qué se convertirán en tu nuevo favorito
¿Desde que descubriste las brumas hidratantes tienen un puesto fijo en tu bolso? En ese caso puede que quieras añadir un plus de tratamiento en profundidad con los nuevos sprays basados en nanotecnología.
El “pulverizar y listo” de las ya famosas brumas o aguas faciales se ha convertido en un gesto tan automático para muchas como pasarse el bálsamo labial. Las razones son varias: estos productos tienen un reconocido efecto flash, refrescan, hidratan y revitalizan la piel del rostro en cuestión de segundos; permiten fijar el maquillaje, optimizar la eficacia del tratamiento de belleza posterior, activar la microcirculación y compensar la pérdida de sales minerales tras el ejercicio. Pero la industria cosmética nunca duerme y ha querido ir un paso más allá con los nuevos sprays formulados mediante nanotecnología y micro-dispersión, capaces de distribuir los activos de forma atomizada y de que penetren en mayor profundidad. Refrescar está bien; tratar (además) está mejor. Te lo contamos en cinco claves:
1. Nanotecnología. Según la Dra. Cristina García Millán, de la Academia Española de Dermatología y del Grupo Pedro Jaén, la nanotecnología manipula nuevos materiales a una escala entre uno y cien nanómetros. “Buena parte de esta ciencia se dedica al diseño de nuevos cosméticos, y estos aseguran que la penetración cutánea aumente”. El Dr. Gabriel Serrano, dermatólogo y presidente de Sesderma cuenta que “las brumas que hasta ahora existían en el mercado eran aguas o lociones con una fórmula enfocada a refrescar, pero no a actuar como un potente tratamiento similar a una ampolla o un sérum. La nanotecnología consigue que penetren más profundamente en la piel”, asegura. “La explicación está en que esta tecnología aplicada a las cosmética hace que las partículas se hagan significativamente menores”, explica María Pérez Cervera, marketing manager de M2 Beauté. “A través de los nanosomas mantenemos estables y activos los ingredientes una vez penetran”, añade, puntualizando que el formato crema en nanotecnología es mucho más pesado y los ingredientes no penetran igual de bien como en spray. Pero la Dra. García Millán puntualiza: el grado de penetración aún no está bien establecido, y no todos los productos pueden alcanzar la dermis papilar (a la dermis profunda no llegan). “Lo que sí es seguro es que la nanotecologia ayuda a que las partículas penetren algo más y su acción y duración sea mayor”.
2. Activos específicos. Los nuevos sprays moleculares suelen estar formulados con un activo u objetivo específico. Por ejemplo, de Colágeno, Vitamina C o Ácido Hialurónico. Como explican desde Collistar, el de hialurónico hidrata desde dentro y aumenta la síntesis del colágeno propio gracias a un monosacárido contenido en la fórmula, la glucosamina, y a los diferentes pesos moleculares. Lo mismo ocurre con el colágeno, también de mayor y menor peso molecular, que consigue compactar el cutis. Aún así, la Dra. García Millán puntualiza: “El colágeno es enorme, quizá lo que penetren son los aminoácidos que forman colágeno”.
3. Aguas puras. Sí, el tipo de agua es clave. La que contienen los nano-sprays de M2 es ultrapura, es decir: libre de sales, alcohol, bacterias, hormonas, parabenos y parafinas, con un pH de 7 a 8, o lo que es lo mismo, alcalina; y opera como vehículo transportando las partículas de los ingredientes hasta la dermis para ganar en eficacia. Cuentan desde la marca que este tipo de agua transporta los activos según el principio de la ósmosis, y esto marca la diferencia con un sérum normal en otra textura, cuyos ingredientes tardan más en llegar a las capas profundas.
4. Pulverización no, microdispersión sí. Aquí lo importante es el contenido, pero también el continente. Hablamos de sprays que más que pulverizarse, se dispersan de forma atomizada, reduciendo los ingredientes a micropartículas, como en el caso de Skin Up, a la que llaman “la polvera electrónica”: en lugar de retocarse con los clásicos polvos de toda la vida, una puede hacerlo con este dispositivo electrónico de belleza que aporta en un flus un resultado antiaging global a largo plazo, además de un perfecto efecto flash al momento. ¿Y cómo se aplican? Un par de veces al día, de media, durante 2 o 3 segundos, sujetando el producto en posición vertical y a una distancia de 15-20 cm.
5. A largo plazo… y a corto también. Que sean auténticos tratamientos a la larga no significa que no incorporen también las ventajas de una bruma facial al uso; es decir, un resultado buena cara al instante. De hecho, además de aportar todas las vitaminas, minerales y oligoelementos que el cutis necesita para dar brillo, hidratar y revitalizar, algunos ofrecen el plus de reflejar la luz con una especie de efecto soft focus, es decir, como si llevásemos un filtro que disimula imperfecciones y aporta luz 24 horas.
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