La complicada ascensión de las mujeres ‘gamers’
Aunque cada vez hay más jugadoras, la industria del videojuego y muchos jugadores masculinos siguen viendo a la mujer como un objeto sexual.
Un estudio presentado recientemente dice que las mujeres representan ya el 48% de las personas que juegan a videojuegos en Estados Unidos. En Gran Bretaña, otro estudio, eleva esa cifra hasta el 52%. Pero a pesar de la espectacularidad de estos datos hay cosas que no han cambiado. Basta con teclear en Google los términos “videojuegos, chicas” para comprobar que cinco de los diez primeros resultados son contenidos sobre las protagonistas más sexys de videojuegos. Aunque también aparece una web especializada en juegos para que las mujeres se diviertan cocinando…
No parece haber dudas de que la relación de las mujeres con el entretenimiento digital ha cambiado. Pero este cambio también trae nuevos fenómenos sexistas. Prueba de ello es el fenómeno de las gamers que explotan sus atributos sexuales en juegos en los que predominan los chicos.
Un buen ejemplo de esto lo constituye el caso de Jessie Rogers, una gamer que además de realizar películas porno logró tener más de 80.000 seguidores en Twitch, una red social en la que se retransmiten partidas en straming. Teniendo en cuenta que suscribirse a su canal en esa plataforma, inactivo desde hace meses, costaba cinco dólares mensuales, es evidente que se trata de un negocio de cierta importancia.
Minarvae es el seudónimo que usa Elena Peña cuando juega. Con 23 años esta licenciada en publicidad se dedica profesionalmente al mundo de los videojuegos. Pues es periodista de la web especializada MeriStation y ha colaborado con empresas clave del sector, como Intel.
Al preguntarle por el fenómeno de las gamers que usan su cuerpo para promocionarse nos responde que “no hace falta enseñar pecho para ganar seguidores, aunque en un mercado en el que un gran porcentaje son hombres resulte la vía fácil. Para mí es un poco como vender tu alma al diablo, ¿realmente quieres que te quieran por tu físico o por tu trabajo?”.
Sobre el aumento del número de mujeres que se divierten compitiendo en videojuegos, Elena Peña nos cuenta que la cifra "ha aumentado principalmente por el auge de los dispositivos móviles. Estos han transformado el mercado de los videojuegos en algo más mainstream. Angry Birds es un juego descargado por todos sin distinción de género, al igual que Flappy Bird. Sin embargo, los hardcore gamers, o personas que pasan muchas horas delante del PC o las consolas, siguen siendo mayoritariamente chicos”.
Elena Peña es periodista especializada en videojuegos y toda una ‘hardcore gamer’.
Elena Peña
Una de esas raras hardcore gamers es Helena Rodríguez, que tiene 24 años y muchas tablas jugando. Pues a los ocho años ya lo hacía con una vetusta videoconsola Sega Megadrive. Hoy compite en plataformas online tan populares como League of Legends, Diablo III o World of Warcraft. Sobre las reacciones que se crean entre sus competidores masculinos al descubrir que es una chica nos cuenta que “para algunos eres un jugador más. Para otros es abrir la veda a una cantidad inimaginable de insultos machistas, desde el típico ‘a fregar’, hasta cosas realmente obscenas”.
Helena también se muestra crítica con la tradicional distinción entre videojuegos femeninos y videojuegos masculinos: “Tengo amigos que se han pasado juegos de Barbie. Me parece que todo depende de la persona y qué tipo de historias quieras jugar. Si en realidad existe ésta diferenciación en los videojuegos, espero que pierda fuerza ya que no le veo ningún sentido”.
Pero lo cierto es que siguen existiendo videojuegos inicialmente enfocados para mujeres que tienen un tremendo éxito. Uno de ellos es por ejemplo el que protagoniza la reina de la telerealidad estadounidense: Kim Kardashian. Un título que recaudó 24 millones de dólares durante el primer mes de su estreno. Incluso ha logrado superar las ganancias obtenidas por el popular juego Candy Crush.
El videojuego de Kim Kardashian, uno de los más exitosos de la historia.
Aunque la distinción que parte de la industria hace entre jugadores masculinos y femeninos de videojuegos también se da en los torneos. Pues existen ligas femeninas y masculinas para jugar a un mismo juego. Un fenómeno que Elena Peña explica así: “Creo que se trata más de una iniciativa para animar a las chicas a introducirse en la escena competitiva que un proyecto nacido de una diferencia verdadera. Parece que los chicos son más competitivos a la hora de jugar que las chicas, no me preguntes por qué”.
Lo que no es ningún juego son las duras reacciones que puede desencadenar la crítica al sexismo que fomenta parte de la industria de los videojuegos. Algo que pudo comprobar hace poco la bloguera Anita Sarkeesian. Pues recibió amenazas por difundir en su blog Femenist Frequency un vídeo sobre el carácter misógino de muchos juegos electrónicos.
En él esta activista señala como desde los inicios de la industria la mujer ha sido utilizada como reclamo sexual para animar a los hombres a consumir sus productos. Pues incluso en el anuncio de 1971 de Computer Space, la primera máquina de videojuegos que funcionaba con monedas, ya aparecía como reclamo una modelo ataviada con un vestido casi transparente. Hoy, 43 años después, las cosas no parecen ser muy diferentes. Aunque, eso sí, Lara Croft gasta algunas tallas menos de sujetador.
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