Joaquin Phoenix y Leonardo DiCaprio: las vidas paralelas de los dos mejores actores de su generación
Nacidos en el seno de familias ‘hippies’, marcados por la muerte de River Phoenix, ecologistas y candidatos para ser el Joker: la trayectoria de dos de los grandes favoritos para competir por el Oscar a mejor actor presume de llamativas semejanzas.
El momento se produjo el pasado 3 de enero, en los premios del Instituto de Cine Americano (AFI Awards). Joaquin Phoenix y Leonardo DiCaprio, dos de los actores más importantes y laureados de su generación, eran inmortalizados por primera vez juntos. Posibles competidores en la actual carrera hacia el Oscar por sus respectivos papeles en Joker y Érase una vez en… Hollywood, los intérpretes posaron sonrientes ante la cámara, quizá conscientes de que han asegurado una plaza en el olimpo reciente de la meca del cine. Todavía está por ver si uno de los dos se llevará la estatuilla a casa la madrugada del próximo 10 de febrero, pero los celebrados Phoenix y DiCaprio tienen mucho más en común que el hecho de copar las listas de los mejores actores del momento y las agendas de los cineastas más eruditos. Además de haber llegado al mundo con apenas quince días de diferencia en 1974, estos son todos los paralelismos en las vidas de los intérpretes que dominan Hollywood.
Hijos del hippismo y niños prodigio
Llegados al mundo en pleno apogeo del movimiento hippie, no es extraño que tanto DiCaprio como Phoenix se criaran en el seno de familias que abrazaban la contracultura. El protagonista de Titanic creció en los suburbios de Los Ángeles, en un paisaje protagonizado por camellos y prostitutas y en el que la comida no estaba garantizada a diario. Hijo de un distribuidor de cómics y una secretaria –divorciados cuando él apenas tenía un año–, según confesó el actor en una entrevista con Barbara Walters sus progenitores eran “bohemios en el sentido amplio de la palabra”. El pequeño DiCaprio viajaba junto a su padre por todo el país y le permitieron abandonar la escuela siendo un niño para perseguir una carrera interpretativa.
Los Phoenix formaban parte de la secta Niños de Dios, que bajo su mensaje de revolución espiritual y defensa del amor libre escondía la incitación a la prostitución entre los integrantes o con motivos de captación de nuevos miembros. Cuando Joaquin llegó al mundo, sus padres pedían dinero para poder comer y sus hermanos mayores pasaban el día actuando en las calles de San Juan, Puerto Rico, en lugar de ir al colegio. Estos hippies evangelizadores viajaban a lo largo de Estados Unidos y Sudamérica y el culto también toleró la corrupción de menores y el abuso sexual. River Phoenix, futura estrella de la meca del cine, confesó que habían abusado sexualmente de él por primera vez cuando tenía cuatro años. “Las sectas pocas veces se anuncian como tal, sino como ‘somos gente que piensa como tú, somos una comunidad’. Pero en el momento en el que mis padres se dieron cuenta de que había algo más se marcharon”, declaró el protagonista de Her.
Ambos se pusieron delante de las cámaras siendo solo unos niños. DiCaprio participó en diferentes anuncios de televisión antes de saltar definitivamente a la fama con apenas 14 años en la serie de televisión Los problemas crecen. La responsable de los tempranos inicios como intérprete de Phoenix es su propia madre, que consiguió un trabajo como secretaria de un agente de casting de la cadena NBC y convirtió a sus cinco hijos en niños actores. Con apenas diez años Joaquin ya aparecía en series como Se ha escrito un crimen y Canción triste de Hill Street y confirmaba ante las cámaras “echar de menos tener una infancia normal”.
River Phoenix
La muerte a los 23 años del talentoso intérprete de filmes como Indiana Jones y la última cruzada, Mi Idaho privado o Un lugar en ninguna parte (que le valió una nominación al Oscar) tuvo un –evidente– impacto trascendental en la vida de su hermano Joaquin, pero también una influencia directa en la proyección profesional de Leonardo DiCaprio. El californiano no solo reverenciaba a River Phoenix –lo califica “el mejor actor de su generación”–, sino que recientemente desveló en Esquire que cumplió el sueño de conocerlo en persona el mismo día que falleció por sobredosis en el club The Viper Room.
Sin embargo, la desaparición de Phoenix tuvo efectos colaterales positivos en la carrera de DiCaprio, dejando libres un buen número de roles importantes. Como publicó The Guardian, este lo reemplazó en dos de los filmes que tenía pendientes de rodaje: Diario de un rebelde y Vidas al límite, que impulsaron la carrera del prometedor intérprete. Aunque sin confirmación pública por parte de James Cameron, los mentideros de Hollywood también sostienen que la malograda estrella era la primera opción para hacerse con el papel de Jack Dawson en Titanic. “Su ausencia dejó espacio para que otros jóvenes actores pudieran emerger y DiCaprio es el caso más obvio”, afirma la escritora Hadley Freeman. El director y actor Rob Reiner, compañero de reparto de ambos, declaró al medio británico que la muerte de Phoenix impacto tanto al segundo que fue la razón “por la que DiCaprio jamás ha consumido drogas”.
Defensores del ‘método’ (pero ignorados por la Academia)
Los actores también se han erigido como sustitutos naturales de leyendas como De Niro o Pacino a la hora de abrazar la técnica interpretativa conocida popularmente como “el método”, que se basa en el hiperrealismo y la asimilación de las características del personaje durante la duración del proyecto. Célebre es la involucración total de DiCaprio en el rodaje de El renacido, que lo llevó a comer carne cruda y sumergirse desnudo en lagos helados. Los sacrificios de Phoenix rozan directamente la locura: para dar vida al Joker perdió más de veinte kilos, en No te preocupes, no llegará lejos a pie se pasó meses en silla de ruedas para interpretar a un parapléjico y para Gladiator decidió pasearse y dormir cada noche junto a una espada real.
También coinciden a la hora de enfocar su carrera profesional. Ambos han rechazado nóminas mareantes para participar en franquicias de acción y prefieren centrarse en proyectos dirigidos por cineastas de prestigio. Su ejemplo es seguido por jóvenes estrellas como Timothée Chalamet, que confesó en The Inquirer que DiCaprio y Phoenix eran sus referentes a la hora de participar exclusivamente en películas firmadas por grandes directores. En el lado negativo, la reticencia de los académicos a celebrar su talento: ya sea por el pesado arquetipo de ídolo forracarpetas en el caso del primero o por las odiosas comparaciones con el hermano fallecido en el caso del segundo. DiCaprio tuvo que esperar a la sexta nominación para conseguir su primera estatuilla y Phoenix todavía no puede presumir de Oscar en su salón. Parece que, a la cuarta, irá la vencida para él.
Ecologismo
Phoenix y DiCaprio son sin lugar a dudas dos de las estrellas de Hollywood más inequívocamente comprometidas con el medio ambiente y han hecho de la crisis climática y el veganismo su causa vital. Al primero lo hemos visto en manifestaciones en defensa de la protección de los animales, ha sido nombrado Persona del año 2019 por la organización PETA y tuvo mucho que ver en que el menú servido en los pasados Globos de Oro fuera vegano por primera vez. Además, fue arrestado este pasado fin de semana en las escaleras del Congreso de Estados Unidos, acusado de manifestarse sin autorización, durante la última concentración semanal por el clima organizada por la intérprete Jane Fonda en Washington. El segundo, además de haber producido diferentes proyectos documentales al respecto, cuenta con una fundación para la protección de la naturaleza con más de dos décadas de vida. Pero quizá el ejemplo más claro de su activismo sea el hecho de que ambos aprovechen el tiempo sobre el escenario cada vez que reciben un premio para intentar concienciar a los espectadores sobre la situación de emergencia. Phoenix, por ejemplo, ha comunicado que vestirá el mismo esmoquin sostenible de Stella McCartney durante toda la temporada de premios. “El cambio climático es real, está ocurriendo ahora mismo. Es la amenaza más urgente a la que se ha de enfrentar nuestra especie (…) No demos el planeta por sentado. Yo no doy esta noche por sentada”, dijo el protagonista de El renacido el día que ganó su primer Oscar.
Joker
A falta de saber si le otorgará también su primera estatuilla, lo que ya es seguro es que el papel de Arthur Fleck será uno de los que primero resuenen en la memoria colectiva cuando alguien aluda a Joaquin Phoenix. La película para mayores de 18 años más taquillera de la historia (recaudó más de mil millones de dólares con un presupuesto de solo 60) y ganadora del León de Oro en el festival de Venecia es un éxito incontestable, pero la historia pudo haber sido muy diferente si los ejecutivos de Warner Bros hubieran hecho realidad su voluntad inicial. Según publicó The Hollywood Reporter en septiembre de 2017, cuando Joker estaba todavía en fase de preproducción, Leo DiCaprio era el actor deseado para interpretar al célebre villano de cómic. Aunque Todd Phillips aseguró en la promoción que Phoenix siempre había sido la primera opción para él, la revista publicó que el estudio se había puesto en contacto con el mismísimo Martin Scorsese para que ejerciera como intermediario en la negociación y futuro productor de la cinta. Las habituales reticencias del intérprete a aceptar proyectos relacionados con los superhéroes supusieron un obstáculo definitivo para concretar el fichaje. Finalmente, y quizá para el bien de todos, DiCaprio apostó por participar en Érase una vez en… Hollywood y fue Phoenix quien acabó pintándose la cara de payaso.
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