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Selena Gomez y el hartazgo de cuestionar su físico: «Sí, estoy un poco gorda porque me divertí en vacaciones»

No es la primera vez que habla de su peso y la presión que ha sentido por el escrutinio sobre su aspecto.

Selena Gomez, vestida de Valentino en los Globos de Oro el pasado 11 de enero.
Selena Gomez, vestida de Valentino en los Globos de Oro el pasado 11 de enero.Getty Images

A sus 30 años, Selena Gomez sabe bien lo que es estar expuesta a las opiniones de los demás. A los 11 empezó a aparecer en la televisión en el programa infantil Barney & Friends, con 15 conoció el éxito como protagonista de la serie de Disney Los magos de Waverly Place y en Instagram suma la inabarcable cifra de 371 millones de seguidores. «Estar expuesta a la atención mediática desde una edad tan temprana conlleva sin duda mucha presión», explicaba en una entrevista concedida a S Moda de 2021, cuando presentó su marca de belleza, Rare. Los comentarios constantes sobre su físico han contribuido a aumentar esa presión a lo largo de su carrera, reconocía entonces: «A diario escucho, cada día, que no soy lo bastante sexy o guay, así que quise hacer una marca para alentar a todas y cada una de las personas a ser quienes son y para tratar de eliminar toda esa presión no deseada».

La actriz, cantante y empresaria texana ha hablado en repetidas ocasiones sobre sus problemas de salud mental (ha sido diagnosticada con trastorno bipolar, como contó en su documental de 2o22 Selena Gomez: My Mind & Me) y se ha defendido de las críticas recibidas por sus cambios de peso. El pasado 11 de enero se enfrentó por última vez a ese tipo de comentarios. Gomez acudió a los Globos de Oro, nominada como mejor actriz televisiva en una serie musical o de comedia por su papel de Mabel Mora en la serie Solo asesinatos en el edificio, emitida en España por Disney +. Asistió a la gala celebrada en Los Ángeles acompañada por su hermana pequeña Gracie Teefey y vestida con un modelo de terciopelo con mangas abullonadas de Valentino. No recibió el galardón, que se llevó Quinta Brunson por Abbott Elementary, pero sí protagonizó un debate en las redes sociales, que ella zanjó compartiendo un directo de Instagram en el coche junto a su hermana en el que decía con una sonrisa «Estoy un poco gorda en este momento porque me divertí durante las vacaciones», a lo que la pequeña Gracie, de nueve años, respondía entusiasta «¡Síí!».

«A todos los que están hablando de su peso. ¿Recordáis que ha tenido un trasplante de riñón a causa del lupus, verdad?», lamentaba una de sus seguidoras en los comentarios de las fotos de esa noche que la propia Gomez compartió en su cuenta de Instagram. Otra persona la animaba a ignorar las críticas constantes sobre su cuerpo: «No tienes que responder a estos haters que dicen que has engordado porque no les debes ninguna explicación. Lamentablemente, la industria se preocupa más por la imagen que por el interior. Y eres perfecta tal como eres, no importa cuánto peses». En septiembre de 2017 Gomez anunció que había recibido un trasplante de riñón, órgano que tenía dañado por el lupus, una enfermedad autoinmune que ataca a tejidos sanos y que la actriz padece desde hace años. En 2019 explicó en el podcast Giving Back Generation que la medicación que toma debido a su dolencia ha afectado a su metabolismo: «Tengo que enfrentarme a muchos problemas de salud, y es cuando realmente he empezado a notar más las cosas de la imagen corporal». Pero sus cambios de peso no tienen su origen ahí, ella misma ha reconocido que fluctúa según los momentos emocionales que atraviesa. De hecho, un vídeo titulado La razón por la que Selena siempre estaba delgada cuando era pareja de Justin Bieber se hizo viral a finales del año pasado y Gomez comentó en un post en TikTok del vídeo que el físico tuvo mucho que decir en su relación con el cantante canadiense (que se extendió de forma intermitente entre 2010 y 2018): «Él es más de modelos. Yo soy demasiado normal».

La intérprete ha tenido que lidiar a lo largo de su carrera con los efectos en su salud mental que supone el escrutinio constante de su imagen. «Yo intento estar delgada, pero luego voy a Jack in the Box y pido cuatro tacos, tres rolls de huevo, unos aros de cebolla y un sándwich de pollo picante. Pero sinceramente me da igual mi peso, la gente me va a criticar de todos modos. Por ser muy grande, por ser muy pequeña… Por no encajar», comentaba hace unos años Gomez en un vídeo con el que trataba de lanzar un mensaje de autoaceptación. Ese empeño se ha convertido en una constante para ella, amplificada por el predicamento que tienen sus comentarios en sus distintas redes sociales, debido a su multimillonario número de seguidores: en agosto de 2022 posaba en bañador en un barco y cuando una amiga le decía que metiera barriga para el vídeo ella respondía que no lo iba a hacer, porque «las barrigas de verdad están de vuelta», afirmaba.

«El mito de la belleza es una obsesión con la perfección física que atrapa a la mujer moderna en un ciclo interminable de desesperanza, autoconciencia y autodesprecio mientras intenta cumplir con la definición imposible de la sociedad de belleza impecable. Elegí cuidarme porque quiero, no para demostrarle nada a nadie», argumentaba en 2018 la actriz a la vez que compartía un vídeo en su Instagram, consciente de los problemas que puede conllevar reflexionar sobre el físico en una sociedad donde la imagen sigue siendo clave, aunque se estén intentando romper cánones y presentar una diversidad real. «La presión para tener confianza en uno mismo es muy alta porque los estándares de belleza son al mismo tiempo muy poco realistas. La industria de la moda y belleza nos están tratando de persuadir diciendo de que todo funciona en torno a estar cómoda en tu propia piel (…) Pero, al mismo tiempo, nos lanzan mensajes con sus estándares de belleza, que cada vez son más severos y más intensos. Así que existe esta situación contradictoria. Es una tensión real y las mujeres tienen que lidiar con ella, sometidas a todos estos ideales realmente difíciles de alcanzar», explicaban en una entrevista con S Moda Rosalind Gill y Shani Orgad, autoras del libro Confidence Culture, en el que analizaban cómo la cultura de la confianza en uno mismo puede afectar negativamente a la percepción que las mujeres tienen de sus retos y adversidades.

Selena Gomez no rehúye esta conversación y siempre que puede explica las paradojas que vive y comenta los cambios que va atravesando su cuerpo en distintos momentos de su vida. «Como tengo la plataforma que tengo, es como que me estoy sacrificando un poco por un bien mayor», aseguraba en Rolling Stone el pasado noviembre, cuando revelaba por qué había querido hacer el documental Selena Gomez: My Mind & Me. En este 2023, después de su nominación al Globo de Oro, sus proyectos no cesan: sigue trabajando en su marca de belleza, acaba de anunciar que ya está rodando la tercera temporada de Solo asesinatos en el edificio, con el fichaje estrella de Meryl Streep, y ha anunciado que está preparando ya los temas de su próximo álbum (su cuarto trabajo de estudio).

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