_
_
_
_

Entrevista surrealista a Miley Cyrus, por Joaquín Reyes

La nueva princesa del pop (y del twerking) desvela en primicia por qué tiene siempre la lengua fuera.

Miley Cyrus

Miley, ¿cómo fue su infancia?

De alguna forma vivo en una eterna infancia (ríe fuerte), porque nunca he perdido la ilusión por lo que hago. ¿No es maravilloso? (me tira un cojín). Aunque a veces creo que algo se ha roto en mi interior, ¿sabes? Como si alguien hubiera tirado una piedra al escaparate de mi inocencia (llora).

La gente dice que su provocación es algo calculado.

La gente no sabe una mierda: yo hago siempre lo que siento, no sigo ninguna fórmula. ¡No me gusta esta entrevista! (grita de repente). ¡Marcus! (a su asistente). No quiero seguir con esta mierda… Bueno, espera… (respira hondo). Puedes continuar con la entrevista (ríe).

¿Qué es lo que busca con el gesto de sacar la lengua?

La verdad es que cuando fui a grabar el vídeo de We can’t Stop venía del dentista, de quitarme la muela del juicio, y tenía la lengua totalmente dormida y bueno… Literalmente se me salía de la boca y, ya sabes, pensé: «Hagamos algo con esto».

O sea, que fue una casualidad.

Sí, fue un hallazgo del momento, algo mágico. Luego ya lo hice sin parar y a toro pasado ese gesto puede significar algo como: ¡Que os den! Yo soy como soy y no me vais a cambiar.

¡Vaya! Eso es algo profundo.

Sí, me gusta dar espectáculo, pero también lanzar un mensaje. Soy consciente de que miles, millones de jóvenes me admiran y quiero darles algo en lo que pensar. Algo positivo.

Entonces, ¿también lanza un mensaje cuando hace el twerking?

Sí, claro. El twerking no es solo un baile sexy. Reducirlo a eso es sacar una lectura demasiado simple. Mover el culo es como… mover el mundo. ¿Sabes lo que te quiero decir? Si algo no te gusta, puedes cambiarlo zarandeando el mundo (ríe).

Vaya, nunca lo había pensado.

La gente de tu edad sois demasiados obtusos. ¿Has visto, Marcus? (A su asistente). He utilizado la palabra «obtuso», me debes un jodido dólar.

¿Cuántos años cree que tengo, Miley?

No sé… ¿47?

Tengo 39.

Vaya, pues tienes un aura muy envejecida. Deberías limpiártela. Aquí tienes la tarjeta de mi guía espiritual. Se llama Hangla Mangla. Llámalo, cobra 500 dólares la hora.

Gracias, Miley. Ha sido un placer hablar contigo.

(Contesta su agente) Miley ya no te va a hablar más, tus 10 minutos han terminado.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_