«El nuevo novio de Lady Gaga es mi ex»: el transformador relato de ver a tu ex pareja saliendo con una famosa

«El momento más memorable de este día ha sido ver a colegas mandándome correos diciendo: ‘Has superado al Coronavirus‘». Vaya si lo ha hecho. Hace unas horas, la periodista de The New York Times Lindsay Crouse publicó una de las columnas del día. Un texto en primera persona que se ha viralizado por todo el planeta. Se titula La nueva novia de mi ex novio es Lady Gaga y va exactamente de eso, de que su ex, que no era famoso hasta a la fecha ni muchísimo menos, ahora precisamente lo es por ser la nueva pareja de la cantante nominada al Oscar por A star is born. Su columna ratifica, con mucho sentido del humor, que Crouse, a sus 35 años, está viviendo la peor pesadilla en la era de las redes sociales, el más difícil todavía frente a la trampa para la autoestima de stalkear a tu ex con su nueva pareja en sus redes. El que todas esas fotos invadan tu espacio y que, de un día para otro, se publiquen por todas partes junto a una de las mujeres más famosas del planeta. ¿Y si la nueva vida de tu ex pareja apareciese en cada web de cotilleo, en cada publicación del planeta? ¿Cómo se vive con ello?

El ex novio de Crouse (y nueva pareja de Lady Gaga), con el que salió durante siete años, es Michael Polansky. Graduado en Matemáticas Aplicadas y Ciencias Informativas en Harvard y consejero delegado del Grupo Parker en Silicon Valley. Además, dirige un instituto de investigación contra el cáncer y se estima que su fortuna alcanza los 2,4 millones de dólares.

Crouse se enteró de la nueva vida de su ex cuando, comiéndose una bolsa de uvas delante del ordenador en la redacción, su teléfono estalló de notificaciones. «‘Mira Facebook’, ‘Mira Twitter’, ‘¿Estás bien?’ Era una emergencia: me enteré de que mi ex novio tenía una nueva novia. Lady Gaga. Lolol, si quieres (Todo el mundo que conozco lo ha hecho»). Se había producido la primera aparición de Polansky con Gaga. Aparecieron cogidos de la mano en la Super Bowl, en el Miami Gardens. A partir de ahí Crouse contempló anodada como el tabloide Page Six investigó quien era el «hombre misterioso» que acompañaba a la cantante. Que Refinery29 anunciase que Gaga «estaba vistiendo el accesorio más hot de 2020: un novio normal». Que su ex apareciese en el Daily Mail, en Business Insider o People.

«Las redes sociales en 2020 están tan arraigadas que ya no son un suplemento o incluso una adicción. Es solo una extensión acelerada de la forma en que los humanos siempre se han comportado. Vivimos en una cultura de actualizaciones constantes. ¿Quieres darte de baja? Bueno, no puedes», apunta la periodista sobre cómo ha tenido que convivir con esta nueva actualización de la vida de su ex. «No sigo a mi ex en las redes sociales. Éramos ‘amigos’ en Facebook. Luego estábamos ‘en una relación’ en Facebook. Después de que terminamos, noté que estaba ‘bloqueada’ en Facebook. Y luego seguimos adelante. No lo había buscado en Google (lo prometo). Pero este mes supe todo sobre su nuevo estado de relación, pocas horas después de que se revelara«, anuncia en el texto.

La autora relata también la ansiedad que produce tener que verte inmersa en esta situación tan insospechada como sorprendente: «Si alguna vez buscaste en Google a nueva pareja de un ex (sé sincera), probablemente hayas jugado un cierto juego contigo misma. Tienes curiosidad, lo cual es saludable de tu parte, o quieres saber cómo te comparas. ¿Idealmente la vida del ex no mejoraría demasiado sin ti? Sin embargo, en este caso, todo es al revés. ¿Cómo te comparas con Lady Gaga? En lugar de pensar: «¿Por qué no yo?» cuando los veo juntos, pienso «Esa fui yo». Derrumba la ilusión de la celebridad».

En el extraño escenario de la comparación femenina entre parejas, Crouse lo tiene claro: «Lady Gaga es asombrosa. Compararte con ella es increíblemente motivador, y te recomiendo que lo pruebes, independientemente de cómo te relaciones con quién está saliendo con ella. […] A lo que voy es a que Lady Gaga está viviendo esa vida ambiciosa que nos decimos unas otras que deberíamos tener».