De musa de Chanel a rebelde del soul: entendiendo la complejidad de Cat Power
La cantante actúa esta semana en España. Aunque no publica disco desde 2012, el poder de atracción de la fugaz musa de Karl Lagerfeld sigue intacto
Con su voz hipnótica, Charlyn Marie Marshall, Chan Marshall, Cat Power, se encuentra inmersa en una gira europea que tras Helsinki, Copenhague, Berlín y Londres la ha traido a Barcelona (jueves 13, Festival del Mil·lenni), Cartagena (sábado 15, Jazz Festival) y Madrid (domingo 16, La Riviera). Luego, la cantante actuará en Zúrich, Fráncfort, Atenas y Estambul antes de viajar a Sao Paulo y Santiago de Chile. En total, sumará 17 fechas en un solo mes. Un maratón de conciertos para una artista con fama de indómita que en 2006 atravesó una crisis psicótica y el pasado mayo reveló que en 2012 sufrió un angioedema provocado por el estrés. Lleva casi tres años sin editar un disco (su último trabajo fue Sun, en 2012), pero pese a sus silencios y a lo imprevisible de sus actuaciones nadie se resiste a esta musa maldita del indie y el soul, que para sus fans es la Nina Simone de nuestros días.
Espíritu nómada
Nació el 21 de enero de 1972 en Atlanta, Georgia (le gusta recordar que es acuario, le interesa la astrología). Su infancia fue un continuo ir y venir por Georgia, Tennessee y Alabama. Hija de una hippie y un pianista de blues divorciados, conoció la psicodelia gracias a la colección de discos su padrastro. “El periodo de tiempo más largo que permanecí en el mismo sitio fue cuando vivía con mi abuela en Carolina del Norte, desde que era un bebé hasta que cumplí los cuatro años y medio. A partir de entonces, me he sentido siempre una nómada”, explicaba recientemente en The Guardian. A los 20 se fue a Manhattan y allí, apadrinada por Steve Shelley –el batería de Sonic Youth–, grabó sus dos primeros álbumes, Dear Sir (1995) y Myra Lee (1996).
Su nombre artístico no viene del amor a los gatitos (de hecho, su mascota es un bulldog francés), sino de una gorra en la que la que ponía “Cat Diesel Power”, por la compañía de maquinaria Caterpillar. Nueva York es la ciudad con la que se suele identificar a la cantante, una habitual de su escena que tocaba con 22 años en el desaparecido CBGB. Pero durante los últimos años ha vivido entre Los Ángeles y South Beach (Miami), donde se mudó con el que fue su novio hasta 2012, Giovanni Ribisi (actor conocido por sus papeles en Lost In Traslation, Salvar al soldado Ryan y Avatar, además de fervoroso cienciólogo como su cuñado Beck). Tras su ruptura y la inmediata boda de Ribisi con la modelo británica Agyness Deyn (celebrada solo dos meses después), Marshall regresó a la Gran Manzana, aunque no por mucho tiempo: sus giras siguen impulsando ese espíritu nómada que la persigue desde la infancia.
Fuerza frágil
En sus últimas entrevistas ha incidido en lo diferente que es ahora, con 42 años, de la imagen que se había hecho de ella misma a esta edad. Su intento de asentarse y formar una familia no funcionó, pero pese a su aparente fragilidad Chan es una superviviente, inspirada por el ejemplo de otras mujeres fuertes. Cuenta que un consejo de Patti Smith la salvó an algunos de sus peores momentos, cuando se veía abrumada por pensamientos suicidas. Junto con Yoko Ono, Kim Gordon (Sonic Youth), Kim Hastreiter (editora jefe de Paper) y las hermanas Kate y Laura Mulleavy (Rodarte) forma parte del recién nacido proyecto School Of Doodle, una escuela online para fomentar la creatividad de las adolescentes y dar visibilidad al empoderamiento femenino. Además, entre concierto y concierto, desde su cuenta de Twitter –es bastante activa en las redes sociales, también publica habitualmente en Facebook y en Instagram– reclama apoyo para We Tell Ourselves Stories In Order to Live, un documental sobre la periodista y escritora californiana Joan Didion financiado a través de Kickstarter.
La actriz Anna Mouglalis, Karl Lagerfeld y Cat Power tras un desfile de Chanel en Mónaco en 2006.
Getty
Musa a contracorriente
París, 2007. Apertura del desfile de alta costura de Chanel. Las modelos circulan mientras Chan Marshall, pantalón y camisa negros, abre el show oculta tras su largo flequillo entonando Naked If I Want To, una canción que empieza con una pregunta –“¿Me dejarías pasear por tu calle desnuda si quiero?”– y cuyo estribillo repite “Y no tengo dinero, pagaré esta vez. No tengo dinero, te pagaré antes de morir”. Una elección curiosa para la Semana de la Moda. Cuentan que Karl Lagerfeld se quedó prendado de ella al verla fumar fuera del hotel Mercer de Nueva York. En 2006 la eligió para ser la imagen de la línea de joyería de la maison. Aunque normalmente viste camisetas y vaqueros, su magnetismo resulta innegable: se atrevió antes que nadie con el peinado mohawk, su flequillo fue durante años una imagen de marca con la que acabó gracias a un corte radical y tinte rubio platino… Hubo una época en la que resultaba difícil distinguir si Chan Marshall era cantante o it girl: en 2009 fue imagen de Levi's, marca para la que diseñó un chaleco vaquero de edición limitada, y solía frecuentar el front row de Marc Jacobs y Ghesquière. También ha hecho sus pinitos en el cine, y no de cualquier forma, sino con Natalie Portman y Jude Law, en una película de un director de culto: en 2007, Wong Kar-wai le dio un papel en My Blueberry Nights.
Rebelde del 'soul'
La música es su refugio. Con Sun, su noveno álbum de estudio en casi dos décadas sobre los escenarios, quiso dar un giro. Ella misma definía su estilo como soulternative, pero en este disco incorporó bases electrónicas en busca de nuevos sonidos. Supuso su regreso tras un parón creativo de seis años, pero la esencia seguía ahí: esa voz rasgada, susurrante. The Greatest, publicado en el año 2006, y el álbum de versiones Jukebox (2008), son sus trabajos más valorados, los que la encumbraron dentro de la escena mundial, aunque sostiene que tardó mucho tiempo en creerse que es una buena cantante de soul. “Es mi estilo musical favorito, lo que más me gusta escuchar, y me parece demasiado presuntuoso referirme a mí misma como una cantante de soul”, le confesaba al periodista musical T. Cole Rachel en una entrevista. Muchas de sus melodías forman ya parte de la memoria auditiva colectiva, porque han servido de banda sonora para anuncios y películas. Los últimos filmes, estrenados este mismo año, en los que se ha podido escuchar su voz han sido Boyhood, que incluía Could We (un tema de 2006), y Ojalá estuviera aquí, dirigida por Zach Braff, para la que interpretó la balada Wish I Was Here, escrita por Chris Martin (Coldplay).
Cat Power en un concierto en 2013.
Getty
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