Cuando ‘cool’ es un insulto
Los republicanos acusan a Obama de ser demasiado ‘guay’ después de que éste haya cantado, bailado, rapeado y hecho monólogos de comedia.
En espacio de una semana, el presidente de Estados Unidos ha rapeado en televisión, ha hecho un monólogo cómico y ha cenado con Lindsay Lohan, George Clooney y Kim Kardashian. Aunque se decía que en 2011 los asesores presidenciales preferían mantener a Obama alejado de la industria del cine y de las celebrities para no dar imagen de brillo y privilegio en tiempos de recesión, a veces saber que tienes un candidato que sabe cantar a lo Al Green y bailar con gracia es demasiado irresistible.
Pero no todo el mundo aprecia el magnetismo del presidente. Un grupo independiente relacionado con el partido Republicano, uno de los llamados Super PAC, apoyado por el que fuera maquiavélico estratega de George W. Bush, Karl Rove, acusa a Obama de ser “demasiado cool”. La organización, llamada American Crossroads, ha creado un vídeo de ataque, titulado precisamente Cool en el que muestra un montaje con los momentos más estelares del presidente: sus estrofas de Let’s stay together en el teatro Apollo, los pasos de baile en el programa de Ellen de Generes, la vez que llamó “jackass” a Kanye West y también, curiosamente, cuando mató una mosca con la mano en una entrevista -¿Qué proponen los republicanos hacer con los insectos voladores?-.
Se les ha escapado algún que otro material de perfil bastante molón: el saludo trekkie que hizo hace poco el presidente y la fiesta de Halloween que los Obama al parecer celebraron en 2009 en la Casa Blanca, con ambientación de Alicia en el país de las maravillas, conTim Burton y Johnny Depp como invitados. Al parecer, George Lucas envió el disfraz original de Chewbacca para la ocasión.
A esas imágenes del Obama más guay, el vídeo les superpone estadísticas sobre la situación de los jóvenes, algunas a simple vista algo exageradas: el 85 % (¡85!) de los jóvenes está volviendo al hogar paterno, uno de cada dos graduados universitarios no encuentra empleo…etc. Y al final pregunta: “Tras cuatro años con un presidente celebrity, ¿tu vida ha mejorado?”.
El vídeo incluye un efecto de sonido que dice “oh yeah” y que recuerda al “oh yeah” de la canción principal de la comedia de los ochenta Todo en un día, con Matthew Broderick. La banda suiza de electrónica Yello, que firmó aquel tema en su día, se apresuró a asegurar a través de un comunicado que no aprueban ese mensaje (o sea, que están a favor del cool), pero American Crossroads respondió que su propio “oh yeah” proviene de un fondo sonoro de efectos especiales.
En 2008, la campaña de John McCain, cada vez más impotente a la Obamanía, ya criticó a Obama por ser demasiado famoso en un clip titulado Celeb, en el que le comparaban con Paris Hilton y Britney Spears.
Más allá de estos vídeos, que han sido criticados y ridiculizados, en campos poco sospechosos de fanatismo anti-Obama, sí se cuestiona el desfile de famosos en la cena de corresponsales de la Casa Blanca, que se celebró el pasado fin de semana y a la que asistieron los citados Lohan, Clooney y Kardashian, además de Reese Witherspoon, el reparto completo de Modern Family y decenas de celebrities más, algunas con credenciales bastante más cool como Fred Armisen y Carrie Brownstein, de Portlandia, Aziz Ansari y Jason Schwartzman, todos ellos invitados por The New Yorker. Al evento se le conoce en Washington como Nerd Prom, el baile de graduación de los perdedores. El New York Times boicotea la fiesta desde hace años y los principales periódicos estadounidenses han publicado editoriales contra lo que ven como un carnaval fuera de lugar.
Así que, por mucho que se empeñe Obama, lo cool no se lleva en 2012. Pero ese no es el único insulto estrambótico que ha propiciado lo que va de precampaña. En las primarias republicanas, el ya retirado de la contienda Newt Gingrich acusó a su contrincante Mitt Romney en un anuncio de un crimen insospechado: hablar francés.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.