Antonia Guzmán, la inesperada estrella de los Goya a los 93 años
Se ha convertido en la actriz más longeva de la historia en ser nominada a un Goya por su papel en la película ‘A cambio de nada’. Conversamos con ella y con su nieto, Daniel Guzmán, afamado actor y director del filme.
– ¿Vas a venir este fin de semana?
– Si no tengo teatro, voy a verte.
– Es por si quieres ver a tus tías, que se van el sábado.
– Bueno, abuela, que estamos en una entrevista… No te preocupes que ahora te llamo yo.
A la flamante nominada al Goya parece preocuparle más reencontrarse con su nieto que la posibilidad de llevarse el ansiado galardón a casa. Antonia Guzmán, de 93 años, natural de Candeleda (Ávila) y costurera de profesión, rebosa llaneza y serenidad pese al mayestático éxito de su interpretación en la película A cambio de nada, por la que ha conseguido ser la nominada más veterana de los premios. La inesperada actriz, que nunca antes se había puesto delante de las cámaras, será protagonista en la gala del 6 de febrero gracias a su entrañable papel en la ópera prima de su nieto. El actor Daniel Guzmán firma una de las obras más celebradas del curso cinematográfico que acaba de concluir, conquistando la Biznaga de Oro en el Festival de Málaga y múltiples nominaciones en los Premios Feroz y en los Goya, incluyendo Mejor Película.
De la buena noticia le avisó el propio Daniel, que perdió la voz con la emoción provocada por las seis nominaciones. Ella, modesta, cree que la han propuesto debido a su edad, pero su nieto la rebate: “Será porque lo has hecho muy bien y por tu naturalidad, que es lo más difícil de conseguir”. “Bueno, para una persona que no es profesional, un poco les habrá gustado sí…”, termina por admitir Antonia, que se levantaba a las siete de la mañana para estudiar el papel –y también el de su réplica, para no perderse- y que confiesa no haberse equivocado durante el rodaje.
“Yo ya estoy mayor para ir a la gala, pero estos me insisten. Como mi hija también se ha dedicado a la costura, vamos a hacer el traje nosotras mismas. No quiero decir cómo es. Es una sorpresa”, dice tajante. Solo gracias a la insistencia de Daniel termina por confesarnos que pisará la alfombra roja más importante de nuestro país con un vestido “negro y muy elegante”.
A cambio de nada, de gran carga autobiográfica, narra la historia de Darío, un joven conflictivo que escapa de casa en pleno divorcio de sus padres y se refugia en el piso de Antonia, una solitaria anciana que recoge muebles abandonados. Que personaje y actriz compartan nombre es la prueba irrefutable de que Daniel pensó desde el principio en su abuela para interpretarlo. “Fue muy difícil convencerla, me pidió muchísimo dinero, una caravana… Y para dirigirte a ella hay que hablar primero con su representante“, bromea él.
Hacer realidad el deseo de dirigir a su abuela quizá sea una de las pocas ventajas de ser el principal productor del filme, una odisea en la que el actor ha estado embarcado diez años. “No volvería a pasar por una experiencia así: dirigiendo pero además produciendo. No disfrutas”. Y de la que todavía no se ha desprendido, ya que como el resto de los nominados, espera que esta repercusión se convierta en la oportunidad de darle una segunda vida a la película. “Reestrenarla en salas es importante porque quiero que no sea deficitaria para mis socios. Con la taquilla actual, aún queda un 40% de la inversión por recuperar. Espero que con esto lo logremos”.
“Estoy contenta por la nominación porque es una ventaja para Daniel”, señala a S Moda una Antonia que durante toda la entrevista evidencia ese gen característico de las abuelas de transformar cualquier piropo hacia su persona en un cumplido para el trabajo de su nieto. Antonia debuta en las grandes galas estableciendo el hito histórico de ser la nominada a un Goya más longeva. Competirá así en la categoría de Actriz Revelación con nombres de la talla de Irene Escolar, de quien la separan no solo varios papeles en teatro, cine y series, sino unos 66 años de diferencia.
La actriz confiesa que la han felicitado y que todo el pueblo está muy contento. Pero tiene que ser Daniel una vez más quien vuelva a presumir de ella al confesar que la habían reconocido por la calle y hasta pedido autógrafos. “Bueno sí, autógrafos, pero sobre todo fotografías. En Madrid, muchas”. Aunque admite que no tiene especial interés por ver a ninguna estrella en la gala y que lo que quiere es que “todo salga bien”, Antonia también se ha ganado el reconocimiento de otros tótems de nuestro cine. “La semana pasada me llamó Fernando Esteso y me dijo que estabas brillante; y hace unos días también Pajares, para darte la enhorabuena por lo bien que lo habías hecho”, le revela su nieto.
La nonagenaria actriz se muestra evasiva sobre sus opciones de llevarse el Goya, pero también explica que le alegraría alzarse con el premio porque “¿a quién le amarga un dulce?”. Lo que parece seguro es que no va a preparar discurso de aceptación, y que no sabe a quién se lo dedicaría en caso de hacerlo. “Me lo tengo que pensar”, apunta.
Por su parte, Daniel, que cosechó una tremenda popularidad durante su etapa en la serie Aquí no hay quien viva, quiere hacer un parón cuando finalice la temporada de premios para comenzar a barruntar el guión de su siguiente película. Y pese a lo mucho que se ha escrito, parece que no lo veremos retornar a la famosa serie como sí lo han hecho otros compañeros como María Adánez, o más recientemente, Luis Merlo. “He hablado con Laura y Alberto Caballero (creadores de la serie) y siempre he disfrutado mucho con ellos. Pero volver al proceso de hacer una serie, tan duro y tan rápido, no podría. Quizás un cameo divertido… Pero después veré qué quiero hacer, ahora necesito descansar”, señala el actor.
¿Y qué mejor modo de hacerlo que escapándose a un pueblo de Ávila junto a la actriz revelación del año?
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