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Amaia Salamanca: «No me da miedo ser madre. Seguiré mi instinto»

S Moda presenta a una mujer (embarazada) contemporánea y creativa, que celebra el 8 de marzo anunciando su nuevo proyecto profesional: en breve se incorporará a la serie Velvet. Y de paso, como es natural, habla del instinto maternal.

Amaia Salamanca
Carmen Amoraga y Chabela García (Realización)

En una mañana lluviosa, una cafetería. Una escritora espera a una actriz y la imagina llegando con representante, estilista y asistentes. Se abre la puerta y entra una mujer joven, alta, rubia, guapa, embarazada, sola. Los clientes, en la barra, se vuelven para (ad)mirarla. Ella levanta la vista para buscar a alguien que no conoce y sonríe con franqueza al (re)conocerla. Las primeras palabras: «Enhorabuena por tu premio Nadal». Sonríe de nuevo. Es Amaia Salamanca. Natural. Como la vida misma.

La primera pregunta es casi obligada. ¿Cómo se encuentra?

Muy feliz, muy contenta. Está yendo todo muy bien.

Viniendo, he leído en prensa que íbamos a hacer esta entrevista…

Sí… No sé cómo se enteran los periodistas de todo. ¡Lo saben todo antes que yo misma! Si me descuido, me informan de mi propio embarazo [risas]. Nunca he querido hablar de mi vida privada, mis entrevistas están siempre relacionadas con mi profesión. No tengo Facebook, ni Twitter, ni Instagram, ni un blog. Y aun así… Intento llevarlo de la mejor manera. Respeto su trabajo, pero espero que también respeten que yo quiero tomar esta distancia.

¿Y cree que sus seguidores lo valoran o tal vez quisieran saber más cosas sobre usted?

[Se lo piensa]. No lo sé. Pero no voy a actuar según lo que crea que esperan los demás, sino de la forma que me sienta cómoda, a gusto conmigo.

Esa es una de las cosas que destacan quienes la conocen: que es tal como se muestra y que la fama no la ha cambiado.

En mi vida sigue todo igual. Conservo a mis amigos, aunque, obviamente, se incorporan personas a tu vida que se suman a las que ya estaban. Pero me gusta lo mismo de siempre y no querría que eso cambiara.

Un portal de venta online de productos para bebés hizo una encuesta sobre la maternidad de las famosas, y el 44% dijo que tenía ganas de verle la cara a su hija, ¿qué le parece?

[Risas]. Me uno a ese porcentaje, yo también tengo muchas ganas de verla. Pero a la hora de guardar su privacidad soy inflexible. Entiendo que mi trabajo tiene un punto de exposición, pero mi intimidad va a seguir siendo solo para mí.

Verá, las madres de la clase de mi hija tenemos un grupo de WhatsApp. Solemos poner en común dudas sobre los deberes de los pequeños, contamos chistes…

Parece muy práctico.

Y hoy me han encargado una serie de preguntas para usted. [Risas]. La mayoría de los comentarios hace referencia a sus compañeros de reparto.

Masculinos, claro.

Han hecho un ranking de los más guapos. 

[Risas]. No me sorprende. La pregunta más repetida que he recibido es si esa imagen de estar a gusto con la vida se corresponde con la realidad. Y quieren saber cómo lo consigue. 

Sí, es real, claro. A mí todo se me nota en la cara, se me ve venir. Me parece muy difícil, y sobre todo algo muy cansado, tener una fachada para la prensa o la gente que me ve por la calle. No podría, tendría que ser dos personas distintas.

Vestido de Céline, anillo de oro y pulsera, todo de Tous.

Sergi Pons

¿Y cómo es un día normal en su vida? Desde fuera los imaginamos todo el tiempo de fiesta en fiesta y guapísima siempre…

¡Qué va! Yo soy normal y el resto de mis compañeros también. La gente nos puede magnificar, pero nos levantamos muy temprano y pasamos frío, sueño… Esta profesión tienes que amarla. En mi día a día me gusta vestir de sport, sentirme cómoda. No te voy a negar que si hay una fiesta, me encanta ponerme un vestido bonito, sentirme guapa. Para todo lo demás, soy una mujer trabajadora.

¿Por eso ha querido hacer esta portada y esta entrevista que se publica hoy, el Día de la Mujer Trabajadora?

Me han ofrecido hacer portadas, pero no quería hacer una como simple imagen de mi embarazo. Es absurdo y poco coherente. Pero unir mi nuevo proyecto profesional y el personal me apetecía. Tengo 27 años y he tenido la oportunidad de trabajar en cine, en teatro, en televisión, he hecho doblaje. Ahora tengo un nuevo proyecto en Velvet.

La serie de la temporada.

Encarnaré el papel de Bárbara, la cuñada de Cristina Otegui (Manuela Velasco). Estoy felizmente casada con el hermano de esta, Enrique, del que espero un hijo. Bárbara llega días antes de una boda… y estará presente en los últimos preparativos del evento. A pesar de ser una mujer de clase alta, mi amistad con Cristina me llevará a relacionarme con las modistas, en concreto, con Ana (Paula Echevarría). Con el tiempo, la perspicacia de mi personaje pondrá en riesgo el triángulo amoroso entre Ana, Alberto y Cristina.

¿Por qué aceptó este proyecto estando embarazada? 

Porque cuadra muy bien con mi vida personal. Empiezo estando embarazada, sí, y la evolución del personaje me permite tener a mi hija y, cuando todo esté en orden, reincorporarme a la serie. Me siento muy feliz por poder seguir desarrollando mi carrera sumándola a mis cambios vitales, porque las actrices dependemos de nuestro físico para trabajar y eso puede repercutir en el momento en el que afrontamos la maternidad.

¿Es su caso?

No, yo siempre he querido ser madre joven aunque las cosas han venido rodadas. He tenido esa inmensa suerte. De momento, no puedo contar nada más sobre la serie.

¿Habrá que esperar para saber algo más de ese apasionante reencuentro con Miguel Ángel Silvestre? 

Me temo que sí.

¿Siempre ha querido ser actriz?

Siempre me ha gustado el deporte, hubiera querido dedicarme a algo relacionado con eso. Empecé una doble licenciatura en la universidad, Derecho y Administración de empresas. En segundo hice un casting para una serie y tuve que aparcar los estudios. He unido unos proyectos con otros… me dejé llevar.

¿Qué papel ha marcado ese punto de inflexión en su carrera?

De cada uno guardo un recuerdo maravilloso y un aprendizaje importante, pero el punto de inflexión quizá ha sido Gran Hotel, porque me dio la oportunidad de dejar de hacer papeles de niña y empecé a ser una adulta. Alicia era transgresora, adelantada para su época, y me gusta que las mujeres que interpreto tengan carácter, que no sean conformistas. Aunque Sin tetas no hay paraíso fue el trampolín, está claro.

Amaia Salamanca lleva americana de Chloé, camiseta de American Vintage, culotte de Calvin Klein Underwear, pendientes de Luby&Lemerald y anillos, todos de ele.A.

Sergi Pons

¿Esperaba ese éxito que le dio Catalina? 

No. Estábamos muy ilusionados, pero no podíamos imaginar su repercusión. ¡Todavía me preguntan en la calle por «el Duque»!

¿La gente la trata bien?

Sí, sí. Con mucho cariño y respeto.

Antes ha mencionado que le gustan los papeles de mujeres fuertes. ¿Cree que es importante que sigamos reivindicando un día como el 8 de marzo?

Desde luego. Aunque todos los días son el de la mujer trabajadora. Todavía no estamos en una época equitativa para el hombre y la mujer, así que seguiremos necesitando celebrarlo.

Usted va a tener una hija… ¿qué mundo imagina para ella? 

[Suspira]. Me planteo mi temor a no saber cómo actuar ante esta explosión tecnológica. Tengo miedo de no estar preparada cuando a mi hija le lleguen esas cosas. Ahora, a los 10 años, una niña ya tiene móvil, se conecta a Internet, hace fotos, las manda. Todo eso me da mucho miedo. En 10 años todo puede evolucionar tanto…

¿Y socialmente, cómo le gustaría que fuese el mundo en el que va a crecer?

Menos intransigente, que la igualdad fuese una realidad.

A menudo menciona a sus padres, ¿son su referente a la hora de enfocar su maternidad?

Desde luego, si pudiera ser la mitad de buena madre de lo que han sido ellos, firmaba ahora mismo. Vivo esta nueva etapa con mucha ilusión y con ganas, pero sin ideas preconcebidas. Lo afronto todo conforme pasa, ya pensaré en los problemas cuando vengan, no antes.

Quizá ese es el secreto de la felicidad. 

Pues a lo mejor… Yo me considero una persona muy afortunada, muy feliz.

Body de algodón de H&M y sujetador con encaje de Oysho.

Sergi Pons

¿Qué le parece que todo el mundo opine cuando se tiene a una embarazada cerca?

Es verdad. Pero yo soy poco paciente, ya los pondré a todos en su lugar [risas]. Acabo de ser tía y lo veo, lo sufro. Yo soy bastante independiente, confío en el instinto maternal y por eso no le tengo ningún miedo a la maternidad. Creo que hemos llegado hasta aquí de manera natural, sin que nadie nos enseñara a hacerlo, confiando en nuestro instinto… y tengo claro qué es lo que voy a hacer: escucharlo.

La entrevista se publica el 8 marzo pero se hace el 14 de febrero. ¿Es bueno poner el foco en un determinado día para decir o hacer pensar en ciertas cosas? 

El amor se celebra día a día. Suena a tópico, pero debe estar presente todo el tiempo. Es diferente en otros casos, como el Día del Cáncer. Vamos tan rápido que, a veces, no le prestamos atención a temas tan importantes y necesitamos que nos pongan ahí el foco para concienciarnos más. Eso no sucede en el caso del amor.

¿Hay algo que le gustaría que sus admiradores supieran de usted? ¿Que en realidad es morena, por ejemplo? 

[Risas]. No, soy natural. Espero que eso lo sepan ya, la verdad.

¿Lo tiene todo tan claro? 

No, también tengo mis dudas.

Ha dicho que suele dejarse llevar. Si tuviera que elegir un lema para su vida, ¿sería ese?

[Se lo piensa]. «Déjate llevar»… puede ser. Pero en mi caso es fácil porque he sido muy afortunada. Todo ha ido rodado. Aunque también soy muy persistente. La suerte la ha encontrado trabajando. Sí, pero a partir de un momento la suerte ya no vale para mantenerte.

La entrevista termina. Con la grabadora apagada, me cuenta que el carrito del bebé no le cabe en el ascensor de casa y sonríe sin parar. Me acompaña al taxi. Nos despedimos con dos besos y un tímido abrazo. El taxista la observa por el retrovisor y me pregunta:

—¿Es Amaia Salamanca?

Le digo que sí.

—¿Y qué tal es?

Le digo la verdad: «Una persona normal, como usted y como yo».

—Ya te digo.

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