El de Gala León y otros momentos machistas del deporte
El ‘entiendo que es más fácil que el capitán sea un hombre’ de Toni Nadal no es la primera declaración discriminatoria de género. Hagamos memoria.
"Un aplauso para las madres y mujeres que nos laváis y plancháis la ropa y os ocupáis de tenerlo todo a punto para que triunfemos en el deporte". Félix Gorrín Gómez, un lector de El Diario Montañés alertó hace tres años en sus páginas de esta declaración machista que entonó el presentador de la entrega de premios del trofeo Ebro (que premia la labor de los mejores deportistas campurrianos) y que levantó los aplausos de la concejala de igualdad y del propio alcalde. "Hasta el momento a las mujeres os iba bastante mal, es cierto, pero ahí va el presentador y os va a dar el lugar que os merecéis en esto del deporte […] En Atapuerca no os hubiera ido peor", sentenciaba en su carta al director.
Anécdotas sonrojantes como las de Campoo en 2011 o como las que se están observando estos días a tenor de las declaraciones de Toni Nadal o Fernando Verdasco a propósito del nombramiento de Gala León, primera mujer capitana de la selección de la Copa Davis, ponen de relieve el latente machismo en el deporte español. La primera destila el espíritu rancio del subconsciente social (nosotros jugamos, vosotras nos asistís); la polémica de León al frente de la Davis evidencia la discriminación por género a la que se enfrentan las mujeres cada vez que toman el control en un puesto anteriormente dominado por el género masculino.
Aunque rara vez hemos asistido a reacciones de incredulidad por el nombramiento de hombres que capitaneen equipos de gimnasia, waterpolo o fútbol femenino, para el tío de Rafael Nadal tener a una mujer al frente de la Davis "no es lo normal" porque (a) "no conoce el circuito masculino" (cabe recordar que León dirige la Federación Española de Tenis) y (b) "en los equipos de Davis se pasa mucho tiempo en los vestuarios con poca ropa y con una mujer no deja de ser extraño". Verdasco ha rematado la faena recordando que "no es por in contra de ella, pero siempre que se pueda [el capitán] debe ser un hombre".
Edurne Pasabán y Miriam Blasco.
Cordon Press
Lo tuyo no tiene mérito, es un deporte de hombres
"El problema de esta polémica, algo sacada de contexto, es que demuestra que cuando hablamos de deporte y mujeres seguimos sin avanzar", recuerda Miriam Blasco, primera deportista española en hacerse con una medalla olímpica y actual portavoz de la comisión de Educación y Deporte. A Blanco no le han sorprendido una declaraciones que, pese al revuelo que han generado, "no son malintencionadas pero sí injustificables". "Las primeras siempre generan recelos y cada vez que una mujer asume un puesto de poder, se cuestiona su papel por su género, por cómo viste o por su aspecto físico, ya sea en el deporte o en otros ámbitos como la política o la economía", critica la exdeportista. Para Blanco, otras "lamentables" polémicas con comentarios machistas que han precedido a Gala León fueron la de la primera mujer árbitro o el anuncio de la entrenadora de Andy Murray. "El nombramiento de León es una excelente noticia para el deporte español y para abrir puertas al liderazgo femenino. Estamos consiguiendo cambios que nos hemos ganado a pulso", destaca frente a debates sexistas.
Blanco recuerda que hace 22 años, cuando se hizo con la medalla de oro en Judo en los Juegos Olímpicos de Barcelona muchos restaron importancia a su logro alegando que "lo mío era más fácil porque el Judo es un deporte de hombres y no de mujeres". Otras deportistas españolas que en los últimos años han recordado situaciones similares. En una mesa redonda sobre mujer y deporte, Edurne Pasabán, la primera mujer española en ascender 14 ochomiles, afirmó que "me han llegado a decir que he tenido éxito solo porque iba acompañada de hombres" y la ex ciclista Dori Ruano declaró que la Federación Española trataba a sus mujeres ciclistas peor que a los hombres: "Ellos comían chuletón; nosotras, filete empanado".
Escalar posiciones, dirigir o simplemente practicar un deporte no ha sido una tarea fácil en un mundo que se cree eminentemente masculino. El portero italiano y filósofo Claudio Tamburrini apostaba hace unos meses en la contra de El País por "abolir la segregación sexual del deporte" y "doblegar" al machismo cultural y a los dirigentes retrógrados. La historia no lo está poniendo fácil. El padre del olimpismo, el barón de Coubertin ya aseguraba que "solo el hombre podía ser atlético" y consideraba el deporte femenino «poco práctico, poco estético, poco interesante e incorrecto». Después llegarían declaraciones para el olvido, como cuando en los 80 el entrenador de fútbol Rudi Gutendor entonó aquello de "En la cama, una mujer puede ser maravillosa. En una campo de fútbol me parece horrenda" o como cuando Gerard Müller dijo que el lugar de las mujeres "está entre las ollas" y que "jamás permitiría a mi mujer que jugara al fútbol". No solo en Campoo, la historia ha demostrado que para muchos, estábamos mejor en Atapuerca.
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